Horror: una escort apareció muerta en el fondo de una pileta tras un encuentro sexual con un policía

La autopsia mostró que la causa del fallecimiento fue estrangulamiento: ya no tenía signos vitales cuando fue encadenada y sumergida en el agua.

El uniformado habría ofrecido pagar un tercio del precio estipulado por los servicios.

14 de Abril de 2025 09:10

Por Redacción 0223

PARA 0223

El encuentro entre una joven de 22 años que trabajaba como escort y un policía terminó de la peor manera. La noche del martes 1 de abril, la chica salió de su casa ubicada en la zona Oeste del conurbano bonaerense para encontrarse con un cliente con el que había acordado una cita, en la localidad de Mariano Acosta, dentro del partido de Merlo: sin embargo, nunca regresó.

La madre denunció su desaparición y al día siguiente su cuerpo fue encontrado sumergido en el fondo de la pileta de la misma casa del cliente, con una imponente cadena atada a los pies. El dueño de la propiedad, un integrante de las fuerzas de seguridad con antecedentes de consumo de drogas, fue detenido en el lugar. A más de una semana del femicidio, el ahora ex agente permanece aprehendido y se mantiene en silencio. 

El estremecedor caso se dio a conocer la semana pasada, cuando una persona identificada como C.E. se presentó en una comisaría para advertir que su hija no había vuelto a su hogar. A su vez, remarcó que no respondía los mensajes ni atendía el teléfono desde la noche anterior; aunque a veces se ausentaba cada dos días, le resultó extraño que no hubiese ninguna comunicación.

La clave para avanzar con la investigación llegó cuando una amiga y compañera de trabajo de la víctima aportó el número de teléfono del cliente con el que había pactado la cita. El hombre en cuestión fue identificado como Agustín Guillermo Benítez, de 24 años, quien era oficial desde hacía dos. De todas formas, se encontraba en situación de “recuperación aptitudinal transitoria” (RAT) por consumo de cocaína y llevaba cuatro meses de servicio bajo tratamiento.

El uniformado había advertido que la fallecida se había retirado de la propiedad sin que hubiera pasado nada entre ellos, a bordo de una moto de una aplicación de viajes. Además, señaló que no habían podido arribar a un acuerdo por los servicios sexuales: ofreció pagar un tercio del precio estipulado. Al parecer, según surge desde la hipótesis más concreta, a raíz de ese motivo habría iniciado una discusión.

En el fondo del terreno del inmueble ubicado en la zona de Las Dalias y Caldén, dentro de una piscina con agua estancada, hallaron el cuerpo sin vida de Antonella: estaba vestida, le faltaba una zapatilla y tenía los pies atados con una cadena gruesa que tenía ganchos en los extremos. Por supuesto, el colgante fue el que mantuvo el cadáver sumergido en el fondo.

En el primer examen médico en el lugar se estableció que la víctima tenía equimosis en el cuello y en las manos y que presentaba lesiones en el rostro, por lo que se había defendido antes de morir. La autopsia, luego, reveló que la causa de muerte fue estrangulamiento y el cuerpo no tenía agua en los pulmones, por lo que se descartó el ahogamiento. Además, presentaba fracturas en la zona del cuello, equimosis compatibles con maniobras defensivas y otras lesiones visibles.