"Me pegaron mucho y me ahogaron": torturaron a una jubilada de 92 años durante un brutal asalto
Los delincuentes forzaron la reja de la puerta de entrada, se metieron en su casa y le dieron una golpiza.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Una jubilada sufrió un salvaje asalto en el partido bonaerense de Merlo: la anciana de 92 años fue víctima de una golpiza propinada por tres delincuentes que entraron a robar a su casa durante la madrugada de ayer. El dramático episodio sucedió cuando Julia Cáceres dormía en su casa, ubicada en el cruce de las calles Garay y Rodríguez, y los ladrones forzaron la reja de la puerta de entrada para irrumpir intempestivamente.
La señora contó que los agresores buscaban dinero y objetos de valor: con ese objetivo, la golpearon durante varios minutos. "Me taparon la boca y me apretaron el cuello. Me dijeron que si gritaba, me iban a matar“, contó la nonagenaria en una entrevista televisiva. Con el paso del tiempo, la violencia de los acusados fue creciendo: “Se subieron a la cama y me pidieron plata, dólares".
Al mismo tiempo, la mujer explicó que se llevaron objetos de valor tanto económico como sentimental: "Me sacaron los anillos que llevaba puestos y hasta un perfumito que me regalaron mis nietos. Agarraron todo lo que pudieron, ropa, zapatillas y la poca plata que tenía”. El calvario dentro de la vivienda duró poco más de una hora, aunque las golpizas no cesaron hasta segundos antes de que escaparan.
"Me pegaron mucho y me ahogaron“, graficó Cáceres. Una vez que los delincuentes se fueron, la jubilada llamó a la Policía, que arribó casi al instante. Los efectivos la trasladaron a un hospital de la zona, donde fue atendida por los golpes que sufrió y también porque le subió la presión. Hasta el momento, no se registraron detenciones por el brutal robo, y los investigadores trabajan en el análisis de las cámaras de seguridad para tratar de identificar a los delincuentes.
La víctima expresó que uno de los ladrones "tendría 30 años", mientras que “el otro era más chiquito”, y no descartó que hubiera más personas “haciendo de campana” en la puerta de la propiedad. “Podrían ser mis nietos”, lamentó la señora, quien advirtió que no llega "a fin de mes" y que el asalto agravó su situación financiera.
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