Jacobo Winograd y el recuerdo de las dos veces que hizo saltar la banca en el casino de Mar del Plata
En febrero de 1986, Jacobo hizo saltar dos veces la banca del casino de Mar del Plata. Fueron él y 39 personas más, aunque la segunda vez estaba subido a un árbol fuera del casino, ya que había sido expulsado. La historia de esas tardes, los números ganadores y un hombre que terminó comprendiendo la gravedad del juego.
Cerca de los 20 años, Jacobo Winograd comenzó a alquilar autos de alta gama en un hotel de cinco estrellas de Buenos Aires. En ese momento, todas las estrellas internacionales que llegaban al país se hospedaban allí, lo que le generó un buen ingreso de dinero. Figuras como Rod Stewart, Joe Cocker, David Bowie, George Kennedy, Tina Turner, Bo Derek y Eric Clapton fueron sus clientes.
A los 21 años, con bastante dinero en los bolsillos, se sintió tentado a jugar sus primeras fichas en un casino. Según cuenta, durante los primeros tres días ganó y pensó que sería fácil: "En una semana me hago millonario", se dijo.
Pero todos sabemos que no es así. A esa gran maquinaria no se le puede ganar nunca. "Destruye hogares, familias, vidas enteras. El que apuesta gana tres veces, pero, en lugar de irse, se queda porque está enfermo. Cuando iba al casino del barco en Puerto Madero y al Hipódromo, veía muchos jubilados, y eso me hacía mal. Me daba miedo por ellos. Ahora estoy expulsado también del de Palermo; yo digo que me dieron perpetua, ellos lo llaman 'suspensión permanente'", ha contado el propio Jacobo Winograd.
El día que hizo saltar la banca en Mar del Plata
Era el carnaval de 1986. Temporada en Mar del Plata, Alfonsín en el gobierno, la selección de Bilardo con Maradona se preparaba para el Mundial en México.
Cuentan que Jacobo Winograd ya venía de ser expulsado de algunos casinos; también dicen que ya había hecho saltar la banca en Necochea y que había visitado muchos de los grandes casinos del mundo y, según asegura él mismo: "Sabía que lo podía lograr".
"Estudié e instrumenté un sistema con muchos jugadores a la vez. Yo les indicaba cómo apostar. Siempre, después de errar tres o cuatro bolas, venían cinco, siete o diez buenas. Jugaba fuerte, eh. Entonces pensé: 'Si tengo bastante resto y muchos jugadores, lo puedo hacer'. Les daba la plata en la calle porque dentro del casino no se podía, ni se puede ahora. Iban, compraban las fichas de chance e imitaban lo que yo hacía. Gané durante cuarenta días seguidos y junté una gran suma de dinero con cinco o seis personas, no más", le contó al diario La Nación hace algunos años.
Pero Winograd quería más. "Quería ponerlo de rodillas", dijo. Fue entonces cuando decidió llamar a todos sus empleados de su rentadora de autos, los hizo viajar a Mar del Plata, los reunió y les indicó que todos compraran fichas de chance. Ellos debían jugar en la última bola de la noche de ruleta los números del 22 al 36, sobre todo 23, 26, 29, 32 y 35, los centrales. En total eran 40 personas: 38 empleados, el gerente de la empresa y el propio Winograd. Fueron 25 minutos para fichar. El lugar estaba lleno de gente; algunos aseguran que había unas 500 personas rodeando esa mesa especial, una de las más caras del casino.
El crupier tiró la bola. Salta de casilla en casilla, demora unos segundos en detenerse y se canta: "Colorado el 32". El 32, en la ruleta, está al lado del cero, por eso, en ese mismo reportaje, Winograd dijo: "Casi me desmayo o me muero directamente. Saltó la banca, literalmente. Ahí fue donde me aplicaron el derecho de admisión porque, si bien no cometí ningún delito, no me querían ver más".
Los testigos dicen que fue todo un escándalo. Los habitués del casino, jugadores que conocían a Winograd desde hacía años, protestaban cantando: "Si lo tiran a Jacobo al bombo, va a haber quilombo, va a haber quilombo".
Pero, pese a que le aplicaron el derecho de admisión, Winograd intentó volver al casino al día siguiente. Obviamente, no se lo permitieron. Pero él no desistió. Entonces, mandó a la misma gente de la noche anterior al interior del casino y, mientras tanto, consiguió una escalera y trepó a un árbol cercano al edificio. Desde allí, jugó a través de un walkie-talkie. Desde adentro, abrieron una ventana y corrieron una cortina para que intentara ver algo. Así y todo, volvió a ganar en la última bola con el "negro 29".
"Me caí del árbol de la emoción, me rompí el huesito dulce, estuve cinco meses enyesado. Veinticuatro horas más tarde, las autoridades del casino lograron que la municipalidad podara el árbol, te juro", contó.
La primera noche ganó casi cuatro millones de dólares con una apuesta inicial de 850 mil dólares. Al día siguiente, con el 29, recaudó un poco más de dos millones. El cobro se hizo en Buenos Aires, en cuatro pagos y mediante cheques. Winograd aclara: "¿Sabés por qué me aplicaron el derecho de admisión? Porque no podían decir que hice trampa, porque la verdad es que no la hice. Me costó estar como 18 años suspendido, pero no me importó".
De la mano del casino, llegaba la etapa más mediática de Jacobo Winograd. Luego de este episodio, fue invitado al programa La Noticia Rebelde, con Adolfo Castelo y Carlos Abrevaya. Más tarde, apareció en las portadas de medios reconocidos a nivel mundial como The New York Times, The Washington Post, Le Figaro y Le Monde de París. También aseguran que, en Las Vegas, hay una foto suya.
El lado B del juego
Sabemos que la ludopatía es una enfermedad grave que no solo afecta al jugador, sino también a todo su entorno. Jacobo Winograd ha reconocido que perdió fortunas incalculables por el juego, pero que hubo un momento en su vida en el que comprendió que esto no lo llevaba a ningún lado. Ese instante fue el nacimiento de su hija. "Hasta que nació mi hija Nazarena, yo era un ludópata terrible. Cuando nació, hice un 'click'. El amor por Nazarena me hizo ver que el 'verdadero' 32 era ella, no el juego. Lo logré gracias al amor que le tengo. Dije: 'Si sigo así, no voy a poder darle un estudio, un futuro'", sostuvo en reportajes periodísticos.
Por otro lado, al hacer balances sobre su "suerte" en el juego, queda claro que, inmediatamente, uno recuerda aquellas dos instancias en el casino de Mar del Plata, donde ganó más de seis millones de dólares. Sin embargo, también confesó haber tenido pérdidas aún mayores: un chalet en Los Troncos en Mar del Plata, un piso en Libertador y Salguero, una casa en Martínez (donde se filmó Johny Tolengo, con Juan Carlos Calabró), un campo, autos BMW y Mercedes Benz, entre otras propiedades.
Hoy, Jacobo Winograd se dice recuperado, al menos así se desprende de sus respuestas en las últimas entrevistas que se pueden encontrar en la web, mientras algunos aún murmuran su nombre en el casino de Mar del Plata, recordándolo como el único, o uno de los pocos, que logró hacer saltar la banca dos veces seguida.
(*) Para comunicarte por problemas de juego, puedes contactar la línea gratuita 0800-444-4000, que funciona las 24 horas del día, los 365 días del año. Programa de Autoexclusión: Si deseas registrarte en el programa de autoexclusión de salas de juego de azar, puedes comunicarte a la línea gratuita 0800-444-4000.
Leé también
Temas