Lo violaron con una botella, le hicieron leer la Biblia y lo golpearon hasta matarlo porque creían que había abusado a su hija
La pareja que materializó el crimen quemó y escondió a la víctima, a quien terminaron comiendo los perros.
Por Redacción 0223
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La causa que investiga el crimen de César Darío Rodas descubrió el escalofriante desenlace de la víctima. Según los investigadores, el artista callejero fue sometido a torturas durante aproximadamente cinco horas antes de morir. Con detalles aberrantes.
Por el caso hay tres detenidos, dos hombres y una mujer con prisión domiciliaria, que de acuerdo con las primeras pericias habrían estado bajo los efectos de drogas y alcohol al momento de cometer el crimen. Ocurrió en Guaymallén, provincia de Mendoza.
Una discusión fue el desencadenante de “un horror indescriptible”. Los investigadores lograron reconstruir que Rodas recibió un primer golpe en los pies, presuntamente con una pala de jardín, lo que lo hizo caer al suelo. También se cree que habría sido sometido sexualmente con una botella de cerveza que fue secuestrada para peritar.
A través de distintos testimonios, determinaron además que el hombre fue obligado a leer fragmentos de una Biblia mientras lo golpeaban, un ejemplar ensangrentado que fue incautado como evidencia.
Lo que siguió después, durante al menos cinco horas, fue un calvario. La víctima fue torturada con una manopla, una pata maciza de madera de una cama y una pala. “La causa de muerte no se ha podido determinar. Suponemos que se desvaneció por los golpes. El cuerpo está, literalmente, dividido”, señaló una fuente cercana a la causa a Los Andes.
Por el crimen del artista callejero fueron detenidos Adriana Suárez, quien cumplía prisión domiciliaria desde 2020 por un robo agravado, y su pareja, Marcelo “El Porteño” Altamirano. Ambos fueron imputados por “homicidio agravado por ensañamiento”, un delito que prevé prisión perpetua. En las últimas horas, la fiscal Andrea Lazo ordenó detener a Ángel Quiroz, un hombre de 32 años, como partícipe necesario del hecho.
Tras asesinar a Rodas, los acusados escondieron el cuerpo debajo de la cama y al día siguiente empezaron a desmembrarlo. Una parte del cuerpo fue quemada en un intento por hacerlo desaparecer, mientras que otra fue devorada por los perros de la casa.
En el momento de su detención, Suárez sostuvo ante la policía que Rodas, su inquilino, había abusado sexualmente de una de sus hijas, una chica de 16 años y que por eso, ella lo mató.
Sin embargo, desde la Fiscalía de Homicidios descartaron que ese hubiera sido el móvil del crimen, ya que los peritajes que le practicaron en el Cuerpo Médico Forense (CMF) a las cinco menores de 6, 9, 11, 13 y 16 años, determinaron que ninguna presentaba signos de abuso.
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