La autopsia reveló lo peor: encontraron el cadáver de una mujer en el placard de un policía
Detalles de la muerte de una chica de 30 años. El dueño del departamento es un ex oficial, condenado por otro crimen.
Por Redacción 0223
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A 10 días del escalofriante hallazgo de un cuerpo en el interior de un ropero en un departamento del centro de Córdoba, la autopsia comenzó a arrojar sus primeros resultados. Según informaron fuentes judiciales, el cadáver corresponde a una mujer de aproximadamente 30 años, y su muerte habría ocurrido hace unos seis meses, según reportó eldoce.tv.
Esta conclusión descarta una de las primeras hipótesis que se barajaban, que indicaba que la víctima podría haber estado muerta desde hace más de dos años. Sin embargo, la identidad de la mujer todavía no fue determinada, ya que no se registraron denuncias recientes por personas desaparecidas que coincidan con las características del cuerpo.
El cadáver fue hallado en posición sentada, envuelto en mantas, atado con un cable y en estado avanzado de descomposición. Estaba oculto en el interior de un ropero del departamento 3°B de calle Buenos Aires al 315, a solo dos cuadras de la Plaza San Martín.
Las miradas de la investigación se posan sobre Horacio Antonio Grasso, un ex policía condenado por el homicidio del niño Facundo Novillo, ocurrido en 2007 en Colonia Lola. Grasso se encontraba cumpliendo prisión domiciliaria en el mismo departamento donde fue hallado el cuerpo, pero días antes del hallazgo fue trasladado nuevamente a la cárcel de Bouwer por incumplimientos reiterados en las condiciones del arresto.
El inmueble es propiedad de su hermano, Jorge Javier Grasso. Fue allí donde dos albañiles ingresaron para realizar una refacción y se encontraron con el cuerpo. El fuerte olor los alertó. Ahora, los investigadores evalúan si esos hombres fueron contratados con el objetivo de “limpiar” la escena del crimen.
Vecinos del edificio describieron una convivencia hostil con Grasso. Relataron que el ex policía tenía comportamientos agresivos, caminaba descalzo por los pasillos y solía pedir comida y dinero. También denunciaron que, a pesar de la prisión domiciliaria, no llevaba tobillera electrónica y su presencia generaba miedo constante.
Uno de los testimonios más inquietantes es el de una vecina que asegura haber escuchado gritos desesperados de una mujer el 11 de febrero de este año. “Ahora nos preguntamos si no era ella, o si había otra mujer”, dijo.
La Fiscalía continúa recolectando pruebas para determinar cómo murió la mujer, quién era y si efectivamente fue asesinada dentro del departamento. La investigación sigue bajo un estricto hermetismo, pero el caso mantiene conmocionada a la ciudad.
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