¿Otro caso de gatillo fácil?

Familiares de un joven asesinado denunció que la policía mató a la víctima y le puso un arma en las manos.

29 de Diciembre de 2012 11:49

Por Redacción 0223

PARA 0223

La muerte de un joven que recibió un disparo en el estómago de manos de un policía durante la madrugada del último domingo alteró la tranquilidad de los vecinos de la zona de Formosa y 20 de Septiembre.

Según informaron fuentes policiales pocas horas después del hecho, el fallecimiento del muchacho había sido el saldo de un tiroteo en el que habrían intervenido tres personas -entre ellos, la víctima fatal y un menor de edad que se trasladaban a bordo de un Fiat Duna- tras negarse a identificarse ante las autoridades de la fuerza.

Sin embargo, los familiares del ultimado, Mauricio Araujo, denunciaron que se trató de un nuevo caso de “gatillo fácil”. "A mi hermano se le paró el auto y se fue con mi primo a comprar una gaseosa hasta que se le recuperara la batería, pero cuando volvió, se encontró con dos policías de civil que le pegaron un tiro en la mano y después un culatazo en la cabeza, que lo dejó desplomado. Ahí nomás lo ejecutaron en el piso”, dijo a Canal 8 un familiar de Araujo, quien precisó que uno de los efectivos se encontraba uniformado y el otro, de civil, y se transportaban en “en un auto particular”.

Por su parte, otra hermana de la víctima, relató que “hay vecinos que dicen que antes del primer disparo escucharon una voz de alto” ante lo cual, el fallecido “gritaba 'no hice nada'”. “Lo levantaron de la capucha y lo corrieron a otro lado, donde le dieron un tiro en el estómago”, agregó.

Y reclamó: “Pedimos justicia y que el que lo mató se pudra en la cárcel porque mi hermano no se tenía que morir así”.

En tanto, el padre del menor que se encontraba en el lugar del crimen, aseguró que a su hijo “lo apuntaron con una pistola para que no dijera nada y también le pegaron”.

Además, no sólo ratificó que el grupo se hallaba desarmado sino que también afirmó que la policía colocó un revólver en la escena del crimen. “Mi hijo vio cuando sacaron un arma, se la pusieron en la mano muerta, le cerraron los dedos y se fueron”, declaró por último.

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