Cuando un rayo conmocionó a Mar del Plata

Gustavo Sterponi, con la camiseta de su último club, Círculo Deportivo (Foto: facebook Alejandro Sterponi).

10 de Enero de 2014 01:31

Por Redacción 0223

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por Francisco Giovanoni

Luego de la terrible tragedia que vivió Villa Gesell este jueves, muchos veteranos memoriosos habrán recordado un hecho de características similares sucedido en Mar del Plata hace casi 30 años. El 10 de febrero de 1984, un rayo fulminante cayó sobre la humanidad del futbolista Gustavo Abel Sterponi, capitán y símbolo de Círculo Deportivo de Comandante Nicanor Otamendi, mientras realizaba un entrenamiento de pretemporada en Parque Camet.  

Un hecho terrible que, lógicamente, conmocionó a toda una ciudad que ese día cumplía 110 años de su fundación. La noticia tuvo alcance nacional, dado lo extraño del suceso. 

El plantel de Círculo Deportivo, dirigido por "el Gallego" José Enrique Diez, entrenaba en inmediaciones al complejo del Bigüá Rugby Club, cuando de pronto se desató una fuerte tormenta cuyas consecuencias terminaron siendo gravísimas, inesperadas. Sterponi corría con una cadenita que terminó oficiando de pararayos en su humanidad. En aquella ocasión, de milagro salvaron su vida sus compañeros de equipo Gustavo "Huevo" Sosa y Héctor Varzilio, que resultaron heridos. 

Gustavo Sterponi tenía 24 años, y se desempeñaba como marcador central. De fuerte personalidad y muy querido por sus compañeros, pese a lo breve de su trayectoria, se había dado un importante reconocimiento en el ámbito local. Había debutado en el Club Atlético San José. Pero su mejor momento llegó en Alvarado, cuando en 1977 fue pieza clave del equipo campeón del torneo local de la Liga Marplatense, que otorgó a la entidad del ex Barrio del Matadero una plaza al Torneo Nacional del año siguiente. Su padre Abel fue presidente del "Torito". Su hermano menor, Alejandro, fue compañero de equipo.

Luego de la fatal muerte de Sterponi, Círculo Deportivo obtuvo el Torneo local, y logró acceder al Torneo Nacional de 1985, última participación de un equipo de la zona en primera división.

Un hecho trágico que, 30 años después, vuelve a golpear a la costa atlántica. Esta vez en Villa Gesell, y con peores consecuencias.

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