Ayudaba a robar su hijo menor de edad: seis años y medio de prisión

Fue condenada por tres hechos tras la realización de un juicio abreviado. Malvina Samudio monitoreaba con un handy los movimientos de la policía para garantizarle impunidad.

Samudio ratificó en audiencia el acuerdo de juicio abreviado.

26 de Octubre de 2017 15:45

Por Redacción 0223

PARA 0223

Una mujer de 35 años que monitoreaba los movimientos de la policía mediante la escucha de un handy para avisarle a su hijo menor de edad si podía robar, fue condenada a seis años y seis meses de prisión trea la realización de un juicio abreviado. Malvina Samudio participó de esta manera en al menos tres hechos cometidos entre julio y septiembre de 2016.

El juez Facundo Gómez Urso avaló este jueves el acuerdo propuesto por el fiscal Mariano Moyano y la defensa de la mujer en una causa calificada como robo triplemente agravado por su comisión en lugar poblado y en banda, por fractura y por la intervención de un menor de 18 años de edad, hurto agravado por escalamiento y robo agravado. Samudio fue considerada coautora en los tres hechos.

Con excepción del primero de los robos en los que participaron otros dos delincuentes que ingresaron a una vivienda en el Bosque de Peralta Ramos, en los otros dos hechos juzgados Samudio colaboró con su hijo menor de edad para garantizarle impunidad mientras cometía los robos.

“Ahí le voy a dar, estate pilla”

El primero de los hechos por los que condenaron a la mujer ocurrió la noche del 23 de septiembre de 2016 cuando su hijo y otras dos personas fracturaron la puerta de acceso de una vivienda ubicada en Hernandarias al 6100. Tras intimar a su morador, escaparon con dos televisores, un monitor, una consola de juego, una filmadora, un celular, una notebook y una billetera con documentación y 280 pesos.

La investigación dio por probado que “quienes ingresaron a la finca, mantuvieron comunicación telefónica con la madre del menor, quien co-dominaba la configuración del hecho de modo tal que tenía para sí la decisión de ejecutarlo, continuarlo o frustrarlo, tomando decisiones que podían implicar una readecuación o, eventualmente, renunciar al mismo, pues operó antes, durante y después de la ejecución del hecho, con capacidad para advertir cualquier llamado a la policía y su próximo arribo al lugar, favoreciendo así la consumación, la fuga del resto de la banda y la impunidad de todos”.

Una semana más tarde el hijo de Samudio y otras tres personas “organizadas y cumpliendo los roles preestablecidos por el plan” según el magistrado, accedieron a la losa del techo de la construcción de la iglesia "El rocío de tu amor", sita en Antártida Argentina al 3700. En esa ocasión lograron consumar el hecho debido a la intervención de un vecino que advirtió el accionar delictivo de la banda.

Al igual que en los casos anteriores, el menor y sus cómplices mantuvieron comunicación telefónica con la imputada a un celular y a un Nextel desde los que advertía el movimiento policial a partir de la escucha –en ese momento sin encriptar- de la frecuencia policial.

Esa ayuda quedó evidenciada en las grabaciones incorporadas al expediente en las que en relación a la posibilidad de ingreso a una vivienda dicen "le damos dos voladoras y sabés como la abrimos"; o a la indicación de Samudio de “rancho, seguí derecho, ¿anotaste todo?".

Después de una primera recorrida por la zona y ante la inminencia del ingreso a una vivienda, el menor decía "ahí le voy a dar, ahí le voy a dar, estate pilla…", en alusión a Samudio que estaba del otro lado de la línea monitoreando el movimiento policial para garantizar impunidad.

Para Gómez Urso “los diálogos resultan contundentes y claros en relación al aporte de Samudio, pero también preocupantes y alarmantes, ya que dejan a la vista que una banda como la que aquí se describe, con capacidad logística y material, tiene para sí el dominio abierto de la vía pública y la decisión de dónde y a quién asaltar según sus criterios. Es decir, patrullan, observan y actúan sin más, con un vocabulario que, como decía, preocupa”.

“No hace falta más que leer detenidamente las desgrabaciones o escuchar el audio para confirmar que se trata de eventos que atemorizan, habiendo confirmado, sin dudas, que la voz corresponde a la imputada Samudio”, agregó. En la sentencia a la que tuvo acceso 0223, el magistrado destacó luego de una lectura del expediente de investigación "la incansable labor de la Fiscalía 13 en su objetivo de confrontar y disolver bandas que, como la referida, actúan con violencia y dañan gravemente a la comunidad trabajadora y honesta".

Para el Juez las pruebas fueron contundentes y sellaron la cuestión respecto a la participación de la mujer en los hechos juzgados. Tras descartar cuestiones eximentes y considerar como atenuante el buen concepto acordado por las partes, consideró como agravante la logística empleada en todos los casos, la nocturnidad y la presencia de víctimas menores de edad.

En virtud de la pena pactada entre las partes, se condenó a Malvina Soledad Samudio como coautora de los delitos de  robo triplemente agravado por su comisión en lugar poblado y en banda, por fractura y por la intervención de un menor de 18 años de edad; hurto agravado por escalamiento y por la intervención de un menor de 18 años de edad en grado de tentativa; y robo agravado por su comisión en lugar poblado y en banda a seis años y seis meses de prisión que seguirá cumpliendo en la Unidad Penal 50 de Batán..