Espionaje: a una mamá de los tripulantes del Rigel le borraron todos los mensajes de whatsapp

En junio de 2019, Guillermina Godoy, la madre de Nahuel Navarrete, perdió los registros de los chats que había tenido con su hijo. Creyó que había sido "culpa" del celular.

Guillermina Godoy, una mujer de lucha incansable. Foto: archivo 0223.

24 de Septiembre de 2020 19:00

Por Redacción 0223

PARA 0223

    - Es así la vida, señora: no hay presupuesto.

El que lo dijo fue el expresidente Mauricio Macri. Y la que dice que lo dijo es Guillermina Godoy, la mamá de uno de los tripulantes desaparecidos del buque marplatense Rigel, que hoy recuerda con otro dolor las palabras del exmandatario después de tomar conocimiento de la escandalosa denuncia por espionaje que realizó este miércoles la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño.

Según la referente del organismo, Macri, entre 2018 y 2019, ordenó la vigilancia ilegal de familiares marplatenses de los 44 submarinistas del ARA San Juan y de las familias de los marineros del pesquero que naufragó en las aguas del Océano Atlántico el 9 de junio de 2018. Y una de las presuntas investigadas es ella: Guillermina Godoy, la madre de Nahuel Navarrete.

Está claro que la respuesta que le dio el expresidente en algunos de los escasos y breves encuentros que pudo llegar a tener personalmente hoy se reproduce en la memoria con otro significado: es que la persona que le negaba la posibilidad de pagar un operativo de rescate con buzos para salvar el cuerpo de su hijo de las profundidades del mar era la misma que, desde las sombras, destinaba fondos para que equipos de inteligencia la siguieran, la escucharan y la vigilaran.

Por supuesto que Godoy no tenía idea ni imaginación para semejante absurdo. A diferencia de lo que sostienen los familiares de los tripulantes del ARA San Juan, que en los últimos años habían hecho pública su sospecha de espionaje, la mamá del marinero reconoce que nunca pensó que el Gobierno podría avanzar con procedimientos de estas características sobre ella: una mujer que solo pedía - y sigue - pidiendo que bajen los buzos.

Pero así como la respuesta de Macri cobra otro significado por estas horas, también hay recuerdos que empiezan a removerse con otro ruido en los caminos de la memoria. Dice que en junio del año pasado perdió, de un día para el otro, los últimos mensajes de whatsapp que le había enviado su hijo antes de que sucediera la tragedia en altamar.

Según ella, ahí estaba "todo": horarios, irregularidades del barco, roturas, y un montón de aspectos claves para la causa penal que investiga las circunstancias del naufragio. "Intenté recuperarlos por todos los medios pero no hubo caso. Hasta le mandé un mensaje a whatsapp para ver si me podían ayudar a recuperar los mensajes. Pude recuperar algo pero porque al principio había certificado algunos mensajes con un escribano", comenta.

Hasta ese momento, hasta este miércoles, Godoy le echó todas las culpas al celular por la pérdida pero ahora lee de otra manera el extraño altercado tecnológico que sufrió de manera repentina. "Nunca me iba a imaginar que me podía pasar algo así. Es indignante. Estas personas no tienen escrúpulos", apunta, en una entrevista que le concede a 0223.

"Me da mucha bronca e impotencia porque veo que para algunas cosas sí hay presupuesto pero para otras no. Fue mucho el dinero que se gastó, todos los dispositivos, y eso se podría haber utilizado para mejorar las condiciones de los barcos o tener otro buque de salvamento: hoy seguimos teniendo solamente el guardacostas SB-15 Tango", expresa la mamá de Navarrete.

Mientras intenta digerir el dolor y la noticia, Godoy tiene dos certezas: que "esto no puede quedar así" y que "nadie se va a seguir callando estos atropellos", por lo que analiza en insistir con otra denuncia a la Justicia, en paralelo a la presentación de la AFI, para que se profundice la investigación sobre los hechos que se le imputan a la administración macrista.

El buque Rigel zarpó el 5 de junio de 2018 del Puerto local rumbo al sur para abocarse a la pesca de langostinos y el último contacto que tuvo con las autoridades fue alrededor de las 23 del viernes 8 de junio. Iba a la búsqueda del langostino que por esa época abunda en las costas de Chubut y cuyo valor de venta es mayor al de cualquier otro marisco.

El sábado 9 de junio fue hallado un cuerpo en la zona donde se buscaba al pesquero y finalmente se confirmó que era el de Salvador Taliercio, capitán de la embarcación. Pero el pesquero tenía otros 8 tripulantes a bordo: el segundo patrón Rodrigo Sanita, el jefe de máquinas Néstor Rodríguez, el auxiliar de máquinas Cristian Maximiliano Osorio y los marineros Amadeo JonatanNahuel Navarrete, Carlos Daniel RodríguezPedro Mierez y Rodrigo Blanco.