Violó todas las semanas a su hija por más de seis años y lo condenaron a 20 años de prisión

La pena es la máxima para ese delito. Se resolvió este miércoles tras un juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal 1.

El fallo se conoció este mediodía en Tribunales.

4 de Agosto de 2021 13:47

Por Redacción 0223

PARA 0223

“Pocas veces se estuvo en presencia de un relato tan claro y contundente”. Así coincidieron los miembros del Tribunal Oral en lo Criminal 1 con el fiscal Leandro Arévalo en la sentencia que se conoció este miércoles y que condenó a 20 años de prisión –el máximo establecido por ley- a un hombre que entre 2010 y 2016 violó de manera sistemática a su hija a la que amenazaba, controlaba y le decía que los ataques eran “revisaciones”.

Los jueces Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Juan Galarreta condenaron a C.M.G. –sus datos completos no se dan para evitar identificar a la víctima- como autor penalmente responsable del delito de abuso sexual continuado con acceso carnal doblemente agravado por el vínculo y por la situación de convivencia preexistente con una menor de 18 años . El sujeto de 49 años seguirá alojado en el complejo penitenciario de Batán.

Pasados más de cuatro años del último abuso la víctima dio un crudo relato, de manera detallada, acerca de los motivos por los que llegó a vivir con el sujeto que no la había reconocido como hija hasta que cumplió cinco años. Si bien en un primer momento se fue a vivir a Morón, a los pocos meses regresaron a Mar del Plata.

Los abusos comenzaron cuando la víctima tenía cerca de 12 años y ocurrían con una frecuencia no menor a las tres veces por semana. En su declaración, cortada por la angustia y el llanto, contó que el hombre le decía que eran revisaciones que le hacía y que en más de una ocasión la terminó golpeando.

Si bien la joven tenía su propio cuarto, casi todas las noches se tenía que pasar a la cama del sujeto que la violaba para permitirle salir con sus amigas o ir un día más a la casa de su abuela materna. Ese era el brutal abuso que la víctima sufría para poder obtener uno o dos días de paz y tranquilidad, libre de abusos y violencia, como refirió en la valiente testimonial.

En sintonía con la investigación que hizo el titular de la Unidad Fiscal de Instrucción 7, la joven relató la obsesión del imputado por controlarle todo lo relacionado con su vida privada: desde roturas de celulares, tablets, control de llamados y activación del GPS de los equipos para ver dónde estaba, entre otros.

La chica se animó a mudar a la casa de su abuela materna y le contó todo a una ex pareja de su padre con la que había tenido una buena relación. Cuando cursaba sexto año de la escuela decidió hacer la denuncia que dio origen a la causa que se resolvió tras un debate en el TOC 1.

En la sentencia a la que tuvo acceso 0223, con el voto inicial del Juez Gómez Urso al que acompañaron Viñas y Gallarreta, se dio por probada la autoría de C.M.G. en los hechos llevados a debate, se descartaron cuestiones eximentes de la responsabilidad penal y se valoraron como atenuantes la falta de antecedentes penales y el buen concepto del imputado.

En cuanto a los agravantes consideraron la vulnerabilidad de la víctima, la extensión del daño causado, la inmadurez de la víctima, la extensión en el tiempo y el daño psicológico.

Al declararlo autor penalmente responsable del delito de abuso sexual continuado con acceso carnal doblemente agravado por el vínculo y por la situación de convivencia preexistente, los magistrados lo condenaron a la pena de 20 años de prisión, la máxima prevista y que fuera solicitada por el fiscal en su alegato. Apenas terminada la lectura C.M.G. fue trasladado nuevamente al complejo penitenciario de Batán.