Tolerancia cero: “Lo de Mar del Plata fue una aventura mal hecha y por eso no dio resultados”

Lo dijo a 0223 el nuevo ministro de Transporte, Jorge D´Onofrio, quien ahora pretende impulsar por ley la misma política en toda la Provincia de Buenos Aires. "La idea fue buena en la ciudad pero no se implementó bien", sostuvo.

"Cuando sea ley provincial, se va a ejecutar perfectamente", garantizó el nuevo hombre en el gabinete de Kicillof.

15 de Enero de 2022 18:50

El massista Jorge D’Onofrio es el hombre que el 6 de enero juró como ministro de Transporte del gobierno de Axel Kicillof. Uno de los grandes desafíos que el exdiputado y senador marca como horizonte es generar, según sus propias palabras, un profundo “cambio cultural” en materia de seguridad vial en la Provincia de Buenos Aires. La propuesta parece más que ambiciosa: en dos años de gestión, aspira a aggiornar la lógica de las sanciones contra los que infringen las normas de tránsito para avanzar con multas que no solo duelan al bolsillo y generen verdadera conciencia a la hora de subirse al auto.

Y su primer caballito de batalla contra las muertes que a diario deben lamentarse por la imprudencia al volante es la “tolerancia cero”. El funcionario pronto enviará un proyecto a la Legislatura para que a lo largo y ancho del territorio bonaerense sea ley la prohibición de conducir alcoholizado, cualquiera sea el grado detectado en sangre. Es lo mismo que se aplica dentro de General Pueyrredon desde hace casi cuatro años. Y lo cierto es que, a día de hoy, los siniestros que protagonizan borrachos no son casos aislados sino que siguen siendo una constante en la ciudad, sobre todo en temporada y en la costa.

La iniciativa la impuso en septiembre de 2018 por decreto Carlos Arroyo cuando estaba al frente de la intendencia. La medida de inmediato fue blanco de debate y polémica, no tanto por su contenido sino por la forma: concejales y abogados entendían que el único camino para decidir algo así era por vía de ordenanza, para la cual inexorablemente se exigen consensos previos. Hasta Guillermo Montenegro llegó a prometer, en sus primeros días como jefe comunal, la derogación del decreto.

El exintendente Arroyo fue un precursor de la medida pero sin mayor éxito. Foto: 0223.

“Queremos que se abra la discusión sobre este tema. No es urgente, pero se debe definir por intermedio de una ordenanza y no de un decreto. Creo deberíamos seguir la legislación provincial al respecto. Y ser muy estrictos en los controles y en las campañas de concientización”, dijo, en diciembre de 2019, aunque finalmente con el tiempo no hubo cambios ni promovió mayores ámbitos de discusión al respecto.

Los magros resultados en Mar del Plata no asustan al ministro D’Onofrio: por el contrario, ratifica la reivindicación a la tolerancia cero. En un mano a mano con 0223, atribuye la fallida experiencia local a la “aventura” con la que se lanzó la administración de Arroyo. En palabras más, palabras menos, reconoce buenas intenciones pero señala que una política de este tenor requiere de otros abordajes para que sea efectiva. “Es como en una formación militar: cuando sale uno de la fila, se nota mucho”, compara el hombre del Frente Renovador, que garantiza: “Cuando esto sea ley provincial, se va a poder ejecutar perfectamente”.

-Recién se pone al frente de un ministerio que tiene muchos y complejos frentes de gestión para atacar, ¿por dónde se empieza?

Mi primer paso es mandar el proyecto de ley de alcohol cero para su tratamiento en extraordinarias. Eso va a ser un gran primer paso para evitar uno de los grandes flagelos que tiene que ver con las muertes y lesiones en la Provincia. Tenemos índices realmente alarmantes. Y con el mismo objetivo, queremos generar un cambio cultural para cambiar esta conducta.

Cuando analizamos que la infracción termina en una multa y la multa por más que aumente, el que puede la paga, el que no la debe, pero en ningún caso genera un cambio de conducta en el infractor. Muy por el contrario: a lo sumo, busca la forma de evitar el lugar donde se hace la multa y nada más. Y lo que nosotros queremos es que aquella persona que sea infraccionada por conducir en estado de ebriedad, con exceso de velocidad, por uso indiscriminado del celular, sea sometida, como parte de la pena, a horas de reentrenamiento, a horas de capacitación, que haga trabajos comunitarios, algo que determinará el juez que entienda en la causa. Queremos que esa persona genere un cambio de conducta con la sanción.

-¿Pero para lograr un cambio cultural no hacen falta otras medidas que vayan más allá de la sanción?

-Sí, por eso también vamos a trabajar desde el Ministerio de Educación de la Nación en agregar conceptos y currícula para que este cambio realmente en el tiempo tenga cimientos. Yo soy de la generación que vio a los autos venir de fábrica sin cinturón de seguridad. Pero muchos años después, cuando llevaba a mi hija más grande al jardín de infantes, lo primero que ella hacía al subir al auto era ponerse el cinturón y reclamarme a mí que me lo ponga ¿Y por qué hacía eso mi hija? Porque en el jardín de infantes les daban esas premisas.

Hace muy pocos años se fumaba en cualquier lugar público y hoy no se fuma. Así como la sociedad avanza en muchas cosas, queremos que ese cambio cultural se practique en el tránsito y dejemos de lamentar vidas de manera inútil.

-¿En cuánto tiempo cree que su gestión va a poder implementar esta nueva concepción de la multa en toda la Provincia?

-Lo que es alcohol cero va a ser inmediato y después queremos mandar un paquete de leyes que acompañen el resto de las cuestiones. Entiendo que hay que abrir el debate y ver algunas cuestiones que deberán ser acompañadas por los municipios porque la jurisdicción de la Provincia tampoco está en todos lados. Hay que consensuar mucho. Lo importante es que esto sea un punto de partida para que las cosas empiecen a cambiar.

-Ahora, ministro, usted tiene a la tolerancia cero como principal premisa para erradicar el alcohol al volante pero en Mar del Plata ya se aplica desde 2018 una normativa igual, por medio de un decreto de intendencia, y no se han visto mayores resultados…

-Pero es que eso pasa cuando una idea es buena pero está mal implementada. Es como en una formación militar: cuando sale uno de la fila, se nota mucho. Pero cuando se hacen las cosas bien, en las provincias donde se aplica la tolerancia cero se puede ver que son muchos menos en los controles de alcoholemia que en las provincias donde se tolera el 0.50. Más allá de la intencionalidad, una ordenanza no puede estar por encima de la ley y no se le puede exigir a nadie por encima de la ley. Realmente, en estos casos termina siendo más una norma declarativa que otra cosa. Aunque estoy de acuerdo con la política y por eso, de hecho, estoy mandando esto al Congreso para que se aplique en la Provincia. Entonces, muy prontamente va a dejar de ser una aventura del municipio para convertirse en una ley provincial que pueda ser perfectamente ejecutada.

-¿Y qué reflexión le amerita la problemática de tránsito con la que convive Mar del Plata? No es muy extraño ver en medios nacionales noticias que se hacen eco de los choques en la costa, de los borrachos que salen a manejar después de ir al boliche…

-Sí, Mar del Plata tiene la misma problemática de las mismas ciudades, y más aún cuando estamos en temporada estival. Pero también es cierto que no hay legislación, multa o control que supere la estupidez humana, y por eso tenemos que lograr un cambio cultural.