"Dibu" Martínez, el arquero que trasciende todo el país, se reencontró con su gente en Mar del Plata

Una verdadera "Dibumanía". Por su personalidad, carisma o actitud, Emiliano Martínez, el arquero campeón del mundo con la Scaloneta en Qatar, probablemente sea el jugador de Argentina más influyente después de Lionel Messi. Los más chicos quieren lucir su buzo y sueñan con ser arquero. Los más grandes, con igual fanatismo, se desvelan por verlo. El "1" marplatense asoma para convertirse en la figura deportiva más popular de la ciudad, pero también trasciende en todo el país.

El Dibu se reencontró este jueves con sus raíces. Se fue de muy chico, primero de Mar del Plata y después de Argentina, para darle un mejor presente a su familia. Con apenas 19 años recaló en el Arsenal de Inglaterra, y después de ser cedido a prestamo en varios clubes, se asentó en el arco del Aston Villa, club al que llegó en septiembre de 2020. Sus más que cumplidoras actuaciones le valieron la convocatoria a la Selección Argentina y apenas 20 partidos le bastaron para salir campeón del mundo en Qatar. Cuatro días después de alzar el trofeo, se mostró con su gente en un merecido homenaje que hizo virbrar a una ciudad entera.

Hubo gente que se instaló en el Mar del Plata Arena Fest, organizado por Pinturas Valen, en horas de la mañana. La convocatoria estaba hecha para las 16, pero su presencia se esperaba para cerca de las 18. Con el correr de las horas, el verde de Las Toscas desaparecía y era cubierto por miles de personas que se acercaban para recibir al primer marplatense titular y campeón del mundo con la Selección.

Con el centro del lugar totalmente cubierto, el sector más aledaño al Paseo Hermitage fue el siguiente en coparse. La expectativa y la ilusión eran más intensas."Que venga el Dibu la puta que lo parió", cantaba la gente. Quedaban menos minutos y cada vez más personas bajaban desde las escaleras para hacerse un lugar. La postal era impresionante: una marea de gente, desde el Torreón del Monje hasta la terminación del Paseo Jesús de Galindez y con gente sentada en los paredones de la vereda. Nadie se lo quería perder.

"De Mardel como el Dibu", "Dibu haceme upa", "Dibu te amamos", eran las consignas que se podían leer en varios carteles. Otros se acercaron con fotografías impresas del arquero y camisetas celestes y blancas. También se veían puntos rojos y verdes. Eran decenas de chicos que vestían el buzo de arquero de su ídolo. El Dibu logró romper con la hegemonía de las camisetas "10" de Messi y ahora despierta el interés de miles de chicos que el día de mañana sueñan con ser arqueros.

Pero no solo trasciende a los más chicos, sino también a los más grandes. A familias enteras que en los últimos días se movilizaron a Mar del Plata desde distintos puntos del país para ver al arquero campeón del mundo en Qatar.

Camila tiene 23 años. Viajó con su papá desde La Plata exclusivamente para recibir al "Dibu". "Es mi ídolo, es un genio. Lo amo", se sincera desde la primera fila, sin más preámbulos, con 0223.

Un grupo de chicos y un adulto aguardaba en otro sector pegado al vallado. Están desde las 10 de la mañana. Son el profe y los jugadores de la escuelita de fútbol Beto Cano, del barrio Las Canteras y San Martín de Mar del Plata. "Los chicos están todos locos con el Dibu, Messi y Argentina", asegura el entrenador.

Una pareja llegó de vacaciones con sus dos hijos desde Pergamino. Hicieron más de 600 kilómetros y se encontraron la oportunidad de ver a uno de los 26 campeones del mundo. "Llegamos el lunes y no queríamos perdernos la chance de verlo", asegura la mujer de la familia.

Alejandra tiene 55 años y es oriunda de Tierra del Fuego. Trabaja como enfermera naval en un buque que salió a pescar calamar y el mismo domingo amarró al Puerto de la Base Naval. Ella y los otros 57 tripulantes siguieron la Copa del Mundo arriba del barco por una transmisión satelital. Vive en la provincia más austral del país y, de paso por la ciudad, tal vez sea la única vez que esté tan cerca de uno de los campeones. Tampoco se lo quería perder.

Leonardo salió el martes desde Chaco. Los 52 años que porta denotan su experiencia. Vio salir campeón a Ubaldo Matildo Fillol en Argentina 1978 y Nery Pumpido en México 1986, pero se queda con el "Dibu" Martínez. "Probablemente sea el arquero argentino más trascendental en la historia de los mundiales", apuesta. No está muy errado. En el partido definitorio, abriendo todas sus extremidades, el "Dibu" tuvo una tapada fenomenal ante Randal Kolo Muani en la última jugada del partido cuando el reloj marcaba 123 minutos de juego, impidiéndole a Francia alzarse con la Copa del Mundo y llevando la definición a la tanda de penales, donde también fue terminante: tapó el tiro de Kingsley Coman y forzó el error de Aurélien Tchouaméni.

El fervor que solo despierta una figura popular y mundial

Los movimientos de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (Utoi) delataban su inminente arribo. Los móviles policiales abrieron paso a una camioneta de Defensa Civil, de donde descendió el "Dibu" Martínez, el concejal Fernando Muro y el intendente Guillermo Montenegro, cada uno con sus respectivas familias.

Ni bien puso un pie en la calle, la gente lo distinguió por su imponente altura y empezó a delirar. "Olé, olé olé, Dibu, Dibu", vitoreaba la multitud. Personal de seguridad lo escoltó hasta el escenario por un comprimido pasillo humano. Los fotógrafos y periodistas hacían el mejor esfuerzo para captar su imagen con cámaras profesionales o el celular.

Para controlar a la gente y apaciguar los ánimos, rápidamente se proyectó un videoclip con las mejores actuaciones de Martínez en la Copa del Mundo: la tapada definitoria ante Australia, los penales con Países Bajos, y sus revolcadas ante Francia fueron las destacas.

El "Dibu" se reencontró con su gente. Como lo hace adentro de la cancha, arriba del escenario también sacó a relucir su tribunerismo. Tildó de cagón a Tchouaméni, reavivó las idas y vueltas con el técnico neerlandés Louis van Gaal y hasta repitió el bailecito que hizo en los penales. La gente explotó y lo festejó.

Habló de sus inicios en General Urquiza, Talleres y San Isidro. Sacó pecho por los títulos de la Copa América, la Finalissima y el Mundial y revolucionó a los presentes cuando habló de ir por la cuarta estrella.

El operativo de seguridad cumplió, pero por momentos se veía en peligro. Estaba todo desbordado. Algunos se colaron y estuvieron más cerca de lo permitido. Otros fueron por más y subieron al escenario para pedirle una foto o una firma. Probablemente podría haber sido más largo, pero el incesante acoso de la gente que estaba a su alrededor seguramente precipitó el cierre y su salida. Parecía que solo podía salir en helicóptero. A las apuradas, todos volvieron a la camioneta de Defensa Civil que avanzó a contramano por el Paseo Galíndez en dirección al Torreón del Monje, en lo que fue la convocatoria más importante de los últimos tiempos impulsada por un nuevo ídolo popular.