Así se vive el arreo de lobos marinos en el sector productivo del puerto

Actualmente hay cerca de 700 ejemplares en la reserva natural. Cómo convive con el sector productivo del puerto.

7 de Junio de 2022 17:09

Por Redacción 0223

PARA 0223

Los lobos marinos son una postal tradicional de Mar del Plata. Desde los icónicos ejemplares de piedra de la rambla hasta los naturales de un pelo que habitan el puerto de la ciudad y en ocasiones copan las calles del centro comercial puerto llaman la atención de las miles de personas que llegan a “La Feliz”.

Los archivos históricos de la ciudad dan cuenta que Mar del Plata fue la receptora, desde tiempos inmemoriales, de una de las colonias más grandes de lobos del litoral costero debido a su rocosidad. 

Antes de la llegada de los fundadores de la ciudad, Mar del Plata fue uno de los principales puntos elegidos por los lobos marinos de un pelo para establecer sus colonias reproductivas y, los principales asentamientos se dieron en el corredor costero que abarca desde la actual Punta Iglesia hasta Punta Mogotes. 

Cuenta la leyenda que los grupos originarios, Pampas y Araucanos, capturaban ejemplares para obtener sus pieles, aunque se trataba de una actividad poco usual. Siglos más tarde, en 1856 con la instalación del Saladero de Coelho de Meyrelles, comenzó el éxodo de los animales hacia el sur de la ciudad.

Actualmente, la colonia de lobos marinos de un pelo cuenta con aproximadamente 700 ejemplares machos que rondan no solo la escollera sur, sino también la banquina y, desde el inicio de la pandemia salieron al centro comercial del puerto y el sector productivo generando inconvenientes en la zona , por tal motivo desde la Fundación Fauna Argentina iniciaron operativos para controlar que los animales no dificulten la tarea.

“La problemática de los lobos marinos en el sector productivo no es algo nuevo. En la década del 40 se registraron las primeras fotografías de los lobos en la banquina”, explica en diálogo con 0223 Juan Lorenzani, titular de la Fundación Fauna Argentina, al tiempo que señala que en las últimas semanas se intensificaron los operativos constantes de arreo para devolver a los animales al agua.

Según explica el especialista, durante la última semana, los cuatro integrantes de la Fundación que realizan trabajs de arreo de animales por la madrugada notaron un descenso del 50% en la cantidad de animales que salieron de la banquina y poblaron las inmediaciones urbanas del puerto.

“El trabajo tiene que ser constante para conseguir resultados que no dañen a los animales y que no afecten a los trabajadores”, dice Lorenzani, mientras revela que durante varios años se evaluó hacer cercos de contención pero las obras se desestimaron porque dificultan la labor portuaria. “Si pones una red, el lobo la rompe o la salta, y hacer un cerco o un alambrado es una complicación para la operativa de los barcos”, explicó.
 

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