Dejaba a sus hijas al cuidado de sus padres y denuncia que fueron abusadas por su abuelo

Las víctimas tienen 7 y 15 años; el acusado, 73. La mujer denuncia que sus progenitores no respetan la restricción de acercamiento porque viven enfrente de su casa. "Estamos día a día expuestas. Mis hijas lloran cuando se lo cruzan", confió.

La denuncia fue radicada en la comisaría de la mujer a mediados de abril. Foto: 0223.

11 de Julio de 2022 17:31

Por Redacción 0223

PARA 0223

Una mujer denunció que sus hijas de apenas 7 y 15 años fueron abusadas en reiteradas oportunidades y durante varios años seguidos cuando quedaban al cuidado de su abuelo, un hombre de 73 años de edad. La Justicia local avanza con las diligencias correspondientes para tratar de esclarecer el episodio de violencia sexual.

Los hechos ocurrieron en los últimos años y fueron denunciados en la comisaría de la mujer a mediados de abril por la madre de las presuntas víctimas después de que sus hijas le revelaran lo sucedido con su abuelo.

Según consta en la denuncia a la que tuvo acceso 0223, la menor de 7 años confesó que su abuelo "la acostaba al lado de la abuela y le sacaba el pantalón y la bombacha" para tocarle la vagina, mientras su madre la secaba y la cambiaba después de haberla bañado.

Poco después, la hermana mayor admitió que sufrió los mismos actos por parte de su abuelo y que la abuso sexualmente varias veces desde los 5 a los 9 años.

Además, en la denuncia la mujer refirió que cuando era joven y convivía con sus padres una prima suya le había manifestado que había pasado por las mismas circunstancias.

A partir de la denuncia, se inició una causa en la que interviene la Unidad Funcional de Instrucción Nº1 a cargo de Florencia Salas, a la espera de que en los primeros días de agosto se lleve a cabo la Cámara Gesell de las menores para confirmar o descartar la existencia del delito y avanzar en las imputaciones que considere pertinentes.

Mientras tanto, la mujer denunció que sus progenitores violan constantemente la restricción de acercamiento que se aplicó ya que viven en una casa al frente de su domicilio. "Estamos uno enfrente del otro. Es horrible, es espantoso. Se sigue manejando como quiere y no hay una restricción. Estamos día a día expuestas. Mis hijas lloran cuando se lo cruzan. Ellas tienen contacto visual constantemente, se lo cruzan en el colectivo, en la cuadra. Se mueven libremente", confió.