Club Unión de Mar del Plata, el club familia
El club Atlético Unión de Mar del Plata nació en 1926. Tiene momentos históricos y personajes entrañables. Muy cercano a los 100 años, Marcelo Oliver se encarga de ir armando la rica historia del club donde creció.
A principios del siglo XX, en la esquina de 9 de julio y Dorrego, donde hoy se encuentra una imprenta, se inauguraba el almacén La Unión Italiana de Pacífico Vignatti, un inmigrante que buscaba en Mar del Plata una mejor vida. Luego de los partidos de fútbol con otros chicos de la zona, los hijos de Pacífico compartían esa esquina con sus amigos. Es así que, viendo su entusiasmo, Vignatti, a través de una donación del proveedor de cigarrillos Dólar, consigue camisetas para ellos.
Podríamos decir que ahí está la piedra fundamental del club Unión: familia, amistad, un vínculo deportivo y los colores de aquella camiseta, blanco con una franja celeste que cruzaba el pecho en diagonal de izquierda a derecha.
Pero aún faltaba mucho. Marcelo Oliver, hoy miembro de la comisión directiva del club, viene haciendo una exhaustiva recopilación de la historia del club pensando en su centenario. Fundado el 1 de diciembre de 1926, este 2023 el club cumple 97 años.
“En plena pandemia yo me fui al club y me llevé todos los libros de actas. Para mi fueron los mejores libros de historia que leí en mi vida. La letra, la forma de escribir, los apellidos que ahí aparecían. De la década del 20 o del 30 estaban contadas hasta las discusiones que mantenían en y por el club. Ahí aparecía mi abuelo, muchos de los apellidos de mis amigos que estaban en las comisiones de aquellos años. Yo los reconocía y comenzaba a armar sus árboles genealógicos a través de la historia del club”, comienza diciendo Oliver.
Los hijos de Vignatti son quienes comienzan con el club, propiamente dicho. Se funda en el 26 y los chicos ya tenían entre 15 y 20 años. El barrio ya tenía dos clubes en la zona: Quilmes e Independiente, pero Unión comenzó a ganarse su espacio. Para 1929 empezó a participar en los torneos marplatenses de fútbol, en la tercera categoría. En ese momento existían la tercera, la segunda, una intermedia y la primera. Por cada una de ellas había seis o siete clubes, nada más. Unión pasa por todas las categorías, asciende a segunda en 1929, a primera en 1932 y recién en 1946 gana el primer campeonato, algo que repetirá en 2006.
La sede donde funciona el club hoy, 9 de julio 3749, se inauguró el 8 de agosto de 1942. Pero si decíamos que en la esquina de 9 de julio y Dorrego estaba su piedra fundamental, deberíamos decir también que el acta fundacional del club se firmó en una pensión justo frente a donde está su sede actual.
Se alquiló un local en 20 de septiembre y 9 de julio, luego uno en 25 de mayo al 3700, luego otro en 25 de mayo entre Guido y Dorrego. Así llegaron hasta el año 1938, que es cuando compraron la sede actual. Para 1941 también habían adquirido el terreno lindero. Los registros hablan de una obra magnifica, mucho mármol y un gran salón de baile. Por este pasaron la orquesta de Tito Fagnani, Luis Savastano y Miguel Sebastián. También recuerdan a Piazolla, Pugliese y Barbieri, los más memoriosos.
El club comenzaba a tener una intensa actividad social. Sus bailes eran de los más reconocidos y esperados en la comunidad, pero, además, el nuevo edificio contaba con una amplia pista de baile, un buffet en el primer piso, secretaría, biblioteca y un sector de lectura. Oliver agrega, “Los bailes eran de los más importantes de la ciudad. Es más, la rivalidad con Independiente o Quilmes a nivel deportivo se terminaba en los bailes del club Unión. A la hora del baile, se juntaban todos en el club Unión, era el punto de reunión. Después eso se repitió en los 60 o 70, donde las “carteadas” eran puntos de encuentro también”.
Desde lo deportivo, Unión tenía el fútbol, ajedrez, atletismo, una cancha de bochas, se jugaba al casín y al billar. También tuvo su gran momento de patín en la década del 40 con Adalberto Lugea a la cabeza. “En abril de 1947, Lugea estuvo 50 horas y 25 minutos patinando sin parar en la sede del club.
Buscaba superar la marca de permanencia sobre patines. En ese momento fue record Guines y se juntaron miles de personas, al punto de que tuvieron que avisar que no lo tocaran de camino a su casa, porque si lo hacían o se le iban encima, quedaría descalificado y el record no sería homologado. Después ganó muchísimas medallas y finales Lugea. Siguió vinculado al patín y a Unión hasta 1988. Fueron muchísimos años. Después, como todos los clubes, tuvimos que dejar el patín por una cuestión de espacio, pero nosotros igual seguimos sosteniendo la afiliación a chicas que hacen patín artístico en el Esquiú”, recuerda Marcelo. Por el club no solo pasó Adalberto Lugea, sino también corredores destacados como Reinaldo Vega o la mismísima Nora Vega.
Para 1945 la otrora pista de baile comienza a transformarse en una cancha de básquet. Alfredo Brun, socio de la institución y ex jugador y entrenador, se pone bajo la dirección técnica del equipo de básquet (Hoy sus nietos son jugadores de básquet del club) y logra al año siguiente el ascenso. Desde ese año, Unión ha participado de todos los torneos. En 2023, el club se coronó campeón de La Liga Federal frente a Provincial de Rosario.
Pasado los años, empiezan cambios más profundos en sus actividades y compromisos. Pero nunca cambia su impronta y su sentir familiar. Lo social se sostiene por el mismo movimiento que le proporcionan los más jóvenes, que permanecen mucho tiempo en su sede compartiendo. El Chelo Oliver lo dice en estos términos: “Unión siempre tuvo un arraigo en la propia gente del club, acá hay familias desde que están hace muchos años. Unión en eso es un club muy familiar, acá los pibes se quedan a hacer los deberes a la tarde y hay chicos que estudian en Quilmes y que salen a las cuatro de la tarde y se vienen para acá. Esto funciona también como un refugio para los chicos. A mí me parece que la diferencia con otros clubes es esa, en otros no hay pibes que tengan ganas de quedarse todo el día. Acá están cómodos y tranquilos, entre pares y sus padres y madres también están tranquilos por el lugar. Nosotros el slogan familiar lo tratamos de mantener desde siempre”.
En Unión recuerdan no solo nombres, sino también hazañas. Como la de Potrillo, aquella del año 1963, cuando ganan la final del Torneo José Martínez, organizada por el Club Quilmes, frente a Unión y Juventud Católica de Nueva Pompeya. La particularidad, lo que lo hace histórico, es que gana con solo tres jugadores en cancha. Pero si eso era sorprendente y quedaría en los anales del Club, ni hablar si esta situación se repetía. Y se repitió: en el 2007/8, frente a Quilmes, Unión vuelve a ganar con tres jugadores y un triple de mitad de cancha.
Oliver se entusiasma en el relato, hace memoria, busca fechas y compara estadísticas. Es un apasionado del y por el club. Creció en él. Conoce sus ruidos, sus olores, sus estados de ánimo y sus secretos. Le pido un personaje, una anécdota. No lo duda ni un instante: “El negro Andrés”, dice inmediatamente.
En 1975, con el buffet de club a cargo de Carlos Moro y Rafael Oliver, se retoma un ritmo social, almuerzos, compartir tardes, cartas, mirar partidos. Por esa época y ante la necesidad de un parrillero, llega el Negro Andrés, un uruguayo al que todos recuerdan con cariño y con alguna anécdota. Terminó viviendo en el club y cumpliendo diferentes funciones como cocinero, parrillero, utilero y mantenimiento. “Todavía lo veo salir con la toalla a la cintura y cruzar la cancha para ir a bañarse a los vestuarios mientras entrenábamos”, cuenta.
- ¿Qué creés que lo hace tan especial al club?
- No te lo podría explicar. La verdad es que, cómo mantenemos el espíritu de familia en el club, no lo sé. Para mí es algo innato y mágico, pero no podría decir lo que es. Sí de lo que estoy convencido es que los que llegan a acá después no se van. Llegan ellos y después empiezan a traer a sus hijos y no pueden irse. Ver a jugadores de otros clubes como Quilmes o Peñarol que traen a sus hijos acá es algo increíble. Pato Garino salió de este club y llegó a la NBA, los pibes cuando viene se vuelven locos por él, pero también, hace poco ascendimos y se vuelven locos por estos jugadores. No sé, por ejemplo, algo que me emociona es ver a un pibe que entra al club con la camiseta de Felipe Barrionuevo, no con la de Campazzo u otro, sino con la de Barrionuevo, y eso es espectacular.
Los hermanos Oliver armaron el primer álbum de figuritas del Club Unión. En estas próximas semanas sale la segunda parte de esta iniciativa que generó un boom en el club. Todos querían sus figuritas, todos querían el álbum completo. “De pronto estaban en el buffet y ese que tenían en el álbum entraba o salía de entrenar. Fue hermosos ver eso, las miradas, los gestos de los chicos y chicas”, cuenta Chelo. Las figuritas y el álbum no solo convocan, sino que refuerza la identidad del club.
El Club Atlético Unión Mar del Plata nació en una esquina. Tuvo épocas muy buenas y algunas no tanto, pero siempre mantuvo la identidad familiar. Hoy cuenta con muchas actividades deportivas como vóley femenino, básquet, fútbol, artes marciales, gimnasia, pero, sobre todo, el club sostiene ese espacio a base de vínculos fuertes y valores. Como lo dice su slogan: Club Unión, desde 1926 el club familia.
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