“La comparación de la situación de Mar del Plata con Rosario es absurda”

Para el fiscal de Estupefacientes Leandro Favaro los escenarios son distintos. Organizaciones familiares y esclarecimiento de homicidios como diferencias claves.

Los últimos secuestros mostraron una cocaína de mayor calidad.

9 de Marzo de 2023 19:44

Por Redacción 0223

PARA 0223

De manera presencial y anónima en el segundo piso de Tribunales, vía mail, por llamado al 911, actuaciones policiales o la aplicación Mi Seguridad en celulares. Así llegaron a la fiscalía de Estupefacientes las 365 causas iniciadas entre el 1 de enero y el pasado fin de semana, 80 de las cuales dieron lugar a nuevas investigaciones por situaciones de comercialización.

Fiscal Leandro Favaro. (Foto: archivo 0223).

En un primer análisis, el resto de las causas obedecen a intento de ingreso de droga al complejo penitenciario de Batán, a posesión para el consumo o la tenencia simple de estupefacientes para la que se busca, en la mayoría de los casos, una solución alternativa del conflicto. Esa primera mirada, ya marca una diferencia notable con la grave situación que atraviesa la ciudad de Rosario y que se toma como reflejo en distintos sectores.

El fiscal de Estupefacientes Leandro Favaro reconoció que el trabajo hecho en la mesa de trabajo que integran junto al municipio, la Jefatura Departamental y la Dirección de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas permitió concentrar información vinculada a zonas más calientes y allanar de “modo geográfico”. Si bien parte de la información allí compartida dio lugar a investigaciones más largas y profundas, en líneas generales permitió una tarea más horizontal que dio con varios de los denominados “points”.

La delegación de Drogas Ilícitas participa de la mesa de trabajo.

“Habría que conseguir una mayor efectividad entre lo que se informa como posible punto de venta y lo que realmente es. Es decir, en una causa se puede denunciar un solo punto o hasta más de diez y ha pasado que en una misma investigación se allanaron catorce domicilios “, detalló a 0223.

Para uno de los dos fiscales temáticos de Estupefacientes, los últimos operativos realizados en la ciudad permiten otras conclusiones: hay menores secuestros de marihuana y en el caso de la cocaína, las dosis secuestradas son cada vez más chicas y en líneas generales son de una calidad superior. A su entender, esto obedece a tener menor cantidad de material encima y que las dosis, más pequeñas, sean cada vez más caras.

Una calidad mejor puede obedecer al crecimiento de la práctica de fumar esa droga y si bien no se puede establecer un número exacto, algunos operadores calculan que cerca del 30 por ciento de la cocaína que se comercializa se termina fumando. “Es un porcentaje altísimo en una práctica que genera un rápido deterioro cognitivo”, se alarmaron.

Clanes familiares y cuentapropistas

A partir de la instalación en la agenda nacional de la desbordada situación en la ciudad de Rosario, distintos sectores forzaron comparaciones con cualquier otro punto del país. Si bien hay que trabajar para evitar que se agraven las situaciones de violencia que se dan en la ciudad, una comparación con Mar del Plata no tiene mucho sentido.

Para el fiscal Favaro es “absurdo” hacer esa comparación porque la situación en la ciudad santafesina se desbordó a partir del crecimiento de bandas y la incorporación de otras nuevas a comienzos del años 2000. “Bandas violentas que mutaron la comisión de delito, que entraron en ese mercado y que coincidió con una baja notable en la tasa de esclarecimiento de homicidios”, señaló.

“Ese número hoy está por debajo del 20 por ciento y eso generó cada vez más muertos entre bandas. El asesinato comenzó a ser moneda de cambio y no paro más: ese fue un punto de inflexión hace más de veinte años”, agregó.

En Mar del Plata no se registra en líneas generales homicidios relacionados directamente con el enfrentamiento entre bandas, sino que tienen más que ver con peleas entre consumidores o intentos de robos entre clientes y vendedores . “Hay más clanes familiares, algunos que siguen de generación en generación o cuentapropistas que se mantienen en una misma zona”, detalló.

Haciendo una comparación con Rosario, el fiscal planteó que no se notó en la ciudad que las bandas que cometían otros delitos se volcaran a la venta de droga. “No hubo un traspaso, quizás los más jóvenes de los clanes protagonizan algunos incidentes y podría decirse que la situación más violenta se viene registrando en la zona de La Herradura, Hipódromo y Santa Rosa de Lima”, explicó.

Para Favaro la venta se centra en organizaciones familiares que compra la droga a proveedores con los que no mantiene ninguna relación o con aquellos distribuidores que tienen subordinados vendiendo en “points”. “Se ve mucho más el cuentapropismo, con familias que mantiene varios lugares de venta en algunos barrios, es decir que abastecen a distintos puntos en la misma zona”, concluyó.

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