Iba a salir de la cárcel, mató a otro preso porque quería "heredar" su cama y fue condenado por otros 20 años

Ricardo Luna estaba por salir de la cárcel gracias a la libertad condicional. El día pautado para eso era el 29 de diciembre. Pero dos semanas antes, tuvo una pelea por la herencia de su cama, una de las cuchetas de la Unidad 15 del Servicio Penitenciario Federal de Río Gallegos. Luna había decidido que ese lugar se lo dejaría a un compañero de mayor edad, pero otro preso quería quedarse con ese sitio una vez que se fuera de la cárcel, y eso desató una agresión contra Luna al día siguiente. La venganza del hombre que estaba por obtener la libertad fue apuñalarlo con una faca casera a él y a otro compañero que lo golpearon con un palo, por lo que no salió de prisión, y en los últimos días fue condenado a cumplir otra pena, de 20 años y seis meses.

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena como autor penalmente responsable de los delitos de homicidio simple respecto a Jorge Cruz Guerrero -alias “el tucumano”, en concurso real con lesiones graves ocasionadas a Leonardo Ezequiel Gallardo. La justicia dio por probado que el 15 de diciembre de 2019 hubo un altercado en torno a quién se quedaría con la cama de Luna cuando éste dejara la Unidad el 29 de diciembre; ya ese día ambos habían estado cerca de llegar a un episodio violento.

Luna estaba a 13 días de adquirir la libertad condicional y, en esa circunstancia, había comentado que le dejaría su cama en la parte de abajo de la cucheta a uno de sus compañeros de celda “por una cuestión de edad”, lo que suscitó un conflicto con Guerrero que casi deriva en golpes. Al día siguiente "el Tucumano" se dirigió junto a Gallardo al “taller de bloquería”, donde se encontraba Luna y lo golpearon en la cabeza “con un elemento contundente” que le generó lesiones leves. Después de la agresión, escaparon a las corridas.

En ese momento, Luna salió “todo ensangrentado” de la sala hacia el patio que conecta con el resto de los talleres y encontró en el de “Mantenimiento” a los dos agresores, a quienes atravesó con un “elemento cortopunzante” descripto en el juicio como una faca casera. Guerrero murió tiempo después en el Hospital de Río Gallegos por una perforación en su arteria pulmonar que desembocó en un paro cardíaco, mientras que Gallardo sufrió cortes graves en su zona lumbar.

Por el crimen, la Justicia le negó el beneficio de la libertad condicional y fue condenado a 20 años y 6 meses de prisión por el asesinato de su compañero de celda. Los jueces tuvieron en cuenta su historial delictivo, por homicidio simple y lesiones graves.