"Ninguna política puede diseñarse, monitorearse ni implementarse en base a ecuaciones simples"

En el día en el que se cumplen ocho años de la primera marcha masiva por “Ni una menos”, en reclamo de la erradicación de la violencia machista, la directora de Políticas de Género de la municipalidad, Belén Berruti, enumeró las acciones que se llevan a cabo desde el área que comanda y respondió a las críticas del Movimiento de Mujeres y Diversidad de Mar del Plata, que días atrás pidió la “descentralización” de la dependencia, entre otros puntos.

“El servicio de oficinas descentralizadas tiene base en Batán y está coordinado por una terapista ocupacional especializada en violencia, con gran experiencia en la temática. Allí se atiende de lunes a viernes, al igual que en la sociedad de fomento de Playa Serena, Sierra de los Padres y el Punto Violeta de Jorge Newbery, Las Dalias y Camet Norte”, dijo la funcionaria en diálogo con 0223. 

En ese sentido, sostuvo que la descentralización de la dirección contempla no sólo el acompañamiento a la víctima de violencia, sino también otras actividades de prevención, como es el caso de los talleres de alfabetización jurídica, escritura expresiva, de suelo pélvico; rondas de mujeres y otros dirigidos a adolescentes de escuelas secundarias para evitar los noviazgos violentos. 

Berruti dijo que también impulsan otros talleres de formación con personal calificado en ESI y la Ley Micaela, que se desarrolla de forma virtual y en el marco de un convenio con las facultades de Psicología y Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata. “Tratamos de que la política se diseñe con perspectiva de género, es decir,  en base a las demandas que las mismas mujeres y efectores del sistema integrado de abordaje (donde participan diferentes instituciones nucleadas en la Mesa Local) va pudiendo leer y traducir en una respuesta acorde”, precisó la psicóloga. 

En ese orden, subrayó que el los abordajes del área se da en esa clave de lectura, más allá de “las cifras absolutas y relativas de consultas” porque confían en que “es el tipo de consulta y el análisis de los aspectos que es necesario reforzar para que la persona comience un camino de autonomía lo que nosotras miramos y por lo que trabajamos”.  

“Así fue que diversificamos y multiplicamos tanto los tipos de abordaje en el acompañamiento ante la situación de violencia -tanto en el abordaje de mujeres como de varones agresores- como todo lo que tiene que ver con capacitaciones para el empleo, alfabetización e inclusión digital (a través del programa provincial Comunidades sin violencia); el acompañamiento a emprendedoras en articulación con el programa Mujeres emprenden y el Programa de Educación Barrial, las Escuelas de Formación Profesional, la ONG Conciencia, por ejemplo”, agregó. 

Según Berruti, “son las propias mujeres las que se acercan en busca de respuestas”, al igual que sucede con las “trabajadoras de otros servicios y las referentes barriales que, en su sana crítica, nos orientan y nos ayudan a reajustar y volver a pensar los abordajes, complejizarlos, hacerlos cada vez más potentes porque la violencia -como todo fenómeno social- muta”. 

“Además cada grupo social en cada momento histórico produce sus propias formas de violencia, oculta algunas y visibiliza otras. Entonces, quienes dirigimos este tipo de servicios tenemos que crear nuevas respuestas para estos problemas complejos que van mutando conforme los contextos se vuelven más críticos en algunos aspectos”, agregó. 

En consecuencia, evaluó que “ninguna política puede diseñarse, monitorearse ni implementarse en base a ecuaciones simples que se asumen como inmodificables de una vez y para siempre, a la manera de esto tiene o no tiene perspectiva de género, porque en todo caso habría que decir ‘esto va adquiriendo tal o cual perspectiva’”.

“Nosotras seguimos alentando a las mujeres a acercarse a nuestro servicio, pero también a esos varones que van tomando conciencia de que responden a mandatos sociales que atentan contra sus propias posibilidades de construir una vida saludable, de construir vínculos sanos. En la medida en que más varones se vayan responsabilizando afectivamente y materialmente de sus conductas y de sus actitudes, entonces sí habrá más posibilidades de caminar hacia una sociedad más igualitaria y menos violenta”, sentenció.