Persecución fatal: “José estuvo mal en huir pero no era ningún delincuente"

El entrenador del motociclista que murió el domingo tras una persecución policial contó que el atleta oriundo de Bahía Blanca había ido a un recital el sábado a la noche y pudo haber tomado alcohol. Por esa causa, cree, escapó del control. "No quería perder su herramienta de trabajo", opinó. 

José Sallago junto a su entrenador, Ezequiel Monín. Tenía 33 años y se había mudado a Mar del Plata para dedicarse de lleno al atletismo, su gran pasión. Foto: @ltl7_phto

22 de Agosto de 2023 11:30

Por Redacción 0223

PARA 0223

José Ignacio Sallago, el hombre de 33 años que el domingo a la madrugada murió al chocar contra un patrullero cuando escapaba de la Policía, era una figura importante en el mundo del atletismo local. Su trayectoria la fue construyendo de la mano de Ezequiel Monin, atleta y entrenador, que durante dos años lo acompañó a distancia porque José vivía en Bahía Blanca. Hasta que tomó la decisión de mudarse para dedicarse de lleno a la actividad. Entonces, Monin tuvo un papel fundamental: le abrió las puertas de la casa que comparte con su esposa e hijas para que pudiera parar hasta que se acomodara

Al tiempo, el bahiense consiguió trabajo como preventista de Arcor y comenzó a alquilar un departamento junto a otro chico del grupo de entrenamiento, oriundo de Tucumán. Ambos vivían detrás del polideportivo, a pocos metros de la pista en donde entrenaban a diario junto al resto de los integrantes de la Agrupación Marplatense de Atletismo.

Según confirma el entrenador, Sallago tenía pasión por el atletismo y por eso cumplía se había organizado una rutina que cumplía a rajatabla: trabajaba de 6.30 a 16 y cuando salía pasaba por su casa, se cambiaba y se sumaba al último turno de entrenamiento, el de las 18 y terminaba entre las 20 y las 20.30. Todos los días.

José Sallago tenía 33 años y se había mudado a Mar del Plata para dedicarse de lleno al atletismo, su gran pasión.

Aún consternado por el final fatal de su amigo, Monin está convencido de que Sallago no sabía que la moto que había comprado era robada porque, de hecho, “la usaba todo el tiempo, principalmente, para trabajar”. “El jefe le había dado la plata para comprar la moto y él se la iba devolviendo. Le quedaba hacer la transferencia -ya le había pedido ayuda a una gestora del grupo- y estaba ahorrando para pagar los 20 mil pesos que le salía el trámite”, agregó.

José Sallago junto a su entrenador, Ezequiel Monín. Tenía 33 años y se había mudado a Mar del Plata para dedicarse de lleno al atletismo, su gran pasión. Foto: @ltl7_phto

En diálogo con 0223, Ezequiel contó que el sábado a la noche Sallago había ido “por compromiso” a un recital al que lo habían invitado -”él no salía nunca para poder entrenar”-, por lo que cree que pudo haber tomado alcohol y por esa causa habría escapado del control policial. “Yo pienso que no quería perder su herramienta de trabajo; fue un error suyo huir y al final pasó lo que pasó”, analizó.

“Estuvo mal en huir pero él no era ningún delincuente”, remarcó y reparó en que “era una persona sana” porque “el deporte era su pasión”. Incluso, recordó que salió en tercer lugar el Maratón de Mar del Plata y también había obtenido un campeonato provincial.

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