Un “zombie” le quemó la casa a una familia con 6 hijos en plena madrugada: los nenes se salvaron porque dormían con sus abuelos

La humilde vivienda en la que vive un matrimonio y sus seis hijos sufrió un incendio y fue devorada por las llamas. Lo que en principio parecía un accidente, con el correr de los minutos se transformó en miedo porque las víctimas lo vinculan con una “vendetta” por denunciar la venta de drogas en el barrio.

“Mi hija Solange (33 años), salió de su casa muy temprano, tipo 4 de la madrugada con su esposo. Ellos a esa hora salen a cirujear, que es su forma de trabajo. Cuando salen de su casa, se cruzan con un chico de más de 20 años, que balbucea un nombre, que no era el de mi yerno y le quiere pegar una puñalada. Mi hija desesperada le dice que no era esa persona y el tipo se queda ahí. Ellos siguen caminando y a las cuadras ven que salía humo de la zona pero nunca pensaron que se estaba prendiendo fuego su casa”, relató Omar (59), el padre de la damnificada.

En declaraciones a 0223, el hombre advirtió que, a horas del siniestro que dejó a la familia de su hija “en la calle”, solo agradece que en ese momento no estaban sus 6 nietos, que tienen entre 8 y 13 años. “Estaban conmigo y su abuela y habían pasado la noche en casa porque muy temprano pasa la combi a buscarlos al cole”, agradeció.

Un incendio intencional por las denuncias de venta de drogas

Omar sostiene que el hecho fue intencional y que testigos vieron que el sujeto ingresó a la vivienda y desde el interior inició las llamas. “A este chico lo conocemos y es del barrio vecino, sabemos que tiene grandes problemas de consumo de drogas. Pero también yo creo que no fue casual, sino intencional por las denuncias que hicimos por la venta de drogas”, afirmó.

“No tengo miedo, ya hicimos varias denuncias a la Fiscalía Temática de Estupefacientes: primero yo a través de las web del Ministerio y luego me pidieron que ratifique de manera presencial y fue mi hija. Esto que pasó no fue casualidad, fue intencional”, dijo Omar.

El hombre trabaja como operador de salud y entiende la delicada problemática que atraviesan muchos jóvenes en esta situación de vulnerabilidad. “Esto es un reflejo de la creciente violencia que estamos presenciando en nuestra comunidad, muchas veces vinculada a la adicción y sus consecuencias devastadoras. Es fundamental que tomemos medidas para abordar esta problemática y ofrecer apoyo a quienes lo necesitan. La adicción es una enfermedad que demanda tratamiento y empatía; no podemos permitir que continúe destruyendo vidas y comunidades”, reflexionó.