"El enorme aumento de la matrícula no ha sido acompañado con un crecimiento equivalente de los recursos"

El decano de la Facultad de Psicología advierte sobre los inconvenientes crónicos que afronta la carrera más masiva de la Unmdp. Se suma el ahogo presupuestario de Milei. Los por qué de un nuevo ingreso masivo a la carrera en medio del discurso oficial contra las ciencias humanas.

El decano Juan Pablo Issel compartió sus impresiones en el marco del ajuste y del boom en la carrera. Foto: archivo 0223.

14 de Marzo de 2024 10:55

Con un ahogo presupuestario dirigido al sistema público de educación superior resuelto por el gobierno nacional de Javier Milei, el interrogante sobre el futuro en el corto plazo ya está instalado en la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp), como en las restantes casi 60 universidades de gestión pública a lo largo y ancho del país.

En ese marco y en una tendencia que se suele observar en los momentos de crisis económica, la matrícula de la Unmdp sigue marcando récord de inscriptos, con 28 mil ingresantes en 2023 y otros 26 mil en el actual ciclo lectivo, en una cifra final que aún falta consolidar. Sin recursos que acompañen ese crecimiento, la situación crítica se evidencia por estas horas en la unidad académica que contiene la carrera más elegida, la Facultad de Psicología, en una problemática que se arrastra de años y que muestra su cara más preocupante con las clases que iniciaron esta semana: cursadas atestadas, estudiantes sin bancos y un plantel docente insuficiente, algunas de sus manifestaciones.

“No estamos en el mejor momento”, reconoce el decano Juan Pablo Issel, quien cuenta que la facultad a su cargo prácticamente cuatriplicó el ingreso en la última década. Licenciado en Psicología y profesor de la cátedra Epistemología General de primer año, aborda la actual coyuntura universitaria, adelanta el cierre de programas de expansión por la falta de financiamiento, reflexiona sobre los posibles por qué del interés de los jóvenes en problematizar la salud mental y reclama una mayor jerarquización al momento de asignar recursos a las carreras sociales, tanto hacia el sistema universitario en general como hacia la interna de la Unmdp.

- Hace unos días el presidente Milei likeó un tuit de una cuenta anónima donde se conceptualiza a las carreras sociales como “inútiles para la sociedad”, se pide su arancelamiento y se reincide en esta división anacrónica entre ciencias “duras” y “blandas”. ¿Cómo toma que desde lo más alto del poder político se convalide esta perspectiva?

- A la respuesta la engancharía con el notable aumento de la matrícula, tenemos un crecimiento sostenido hace muchísimos años, con un ingreso de hace 10 años de entre 300 y 400 personas y ahora entre 1600 y 1700. Por un lado, esto implica una expansión de la disciplina, que cada vez ocupa más campos de intervención, y, por otro lado, se notó en pandemia, una mayor consideración de la importancia de la salud mental. Uno de los efectos paradójicos de la pandemia ha sido que tuvimos un clic sobre que la salud mental es importante. En un inicio, cuando se dieron las medidas de confinamiento, se consideró que la cuestión era salud versus economía, pero cuando esto avanzó se introdujo la variable de la salud mental. El impacto tan grande no estuvo considerado de entrada, no había expertos en salud mental y en la consideración social fue incorporada.

El polémica like de Milei a un tuit de un usuario anónimo.

Entender directamente que solo se deberían enseñar cuestiones que tienen que ver con una visión más clásica de fortalecer el sistema productivo, parece ir a contramano de estas consideraciones sociales. También esta división entre ciencias duras y blandas es epistemológicamente un poco demodé, no parece ser lo que reclama la sociedad. Tiene que ver con una visión bastante sesgada y me atrevo a decir desinformada de cómo funciona el sistema universitario, por parte de personas que viéndolo de afuera consideran que es una especie de sistema de adoctrinamiento, de caja política, lo cual es una visión bastante sesgada y que no le concede valor a algo que ha llevado mucho tiempo construir.

- Desde su experiencia como profesor de una materia de primer año, como decano y en los diálogos que ha podido mantener con los ingresantes en este tiempo. ¿Qué hipótesis se puede elaborar sobre por qué Psicología se transformó en la carrera más elegida? ¿Qué inquietudes y búsquedas están moviendo a los egresados del secundario a inclinarse por la carrera?

- La elección de la carrera y el crecimiento de la matrícula no es una cuestión unidimensional, no tiene que ver con una única variable. Hay una cierta tendencia a la psicologización de la sociedad, de una idea de que la realización de una persona también pasa por la comprensión y mejora de algunos de sus mecanismos psicológicos, lo que contribuye a un mayor interés por comprender estos mecanismos psicológicos. También es una carrera con una salida profesional interesante, podríamos hablar de una facultad que está funcionando bien y que aloja a sus estudiantes con cuestiones que contribuyen a su permanencia.

- En estos días están recibiendo a una generación de chicos que atravesó la secundaria con las restricciones de la pandemia, con las clases online, y que ahora se encuentra con una universidad que no sabe cómo va a hacer para garantizar las clases en el mediano plazo. ¿Cómo afecta esto al proceso educativo integral de esta camada de jóvenes?

- El impacto de la tecnología parece ser irreversible. La mayoría de las interacciones, se incluye a la educación, están mediadas fuertemente como no era hasta hace mucho tiempo. Pero la tecnología también está generando nuevos tipos subjetivos, generando nuevas formas de habitar el mundo y la velocidad de estas trasformaciones hace difícil pensar hacia dónde va a ir esto. No soy un pesimista tecnológico, de pensar que sea negativa. Si pienso, por la manera en que estos cambios se están produciendo, que las sociedades democráticas tienen poca gestión sobre la velocidad de estos cambios. Parecen darse con cierta autonomía y bastante guiado a la intención de lucro de grandes corporaciones y ese factor obviamente lo considero negativo. Se está dando una transformación histórica de grandes dimensiones, sería interesante pensar que los mecanismos democráticos pudieran orientar esas producciones.

- Remarcaba que un ingreso masivo no es algo nuevo en la facultad. ¿Se ha ido acompañando este crecimiento de la matricula con recursos como más cargos docentes y nueva infraestructura áulica?

- Hay un reclamo de la facultad que se consolida en lo que acabás de decir, que es que este enorme aumento no ha sido acompañado con un crecimiento equivalente de los recursos. A pesar de haber cuadriplicado nuestro ingreso de ninguna manera hemos aumentado esa proporción en los cargos docentes, donde la planta aumentó de forma menos significativa, y el espacio áulico prácticamente no ha aumentado.

- ¿Y cómo se sobrelleva?

- Con preocupación y dificultad. Hay un intento de la facultad de maximizar los recursos para dar cuenta de esta demanda, pero todos los años nos encontramos que resulta insuficiente, con comisiones superpobladas en el comienzo, estudiantes que no logran ingresar a las aulas, que no tienen sillas y se sientan en un pasillo. Esto deriva en un reclamo histórico tanto hacia el Rectorado de la Unmdp como al sistema universitario, que tiende a reforzar otras ofertas económicas que suelen verse como más necesarias y tanto nuestra disciplina como la facultad se ven postergadas.

Sin una infraestructura adecuada, las clases se ven desbordadas de estudiantes en el inicio del ciclo lectivo. Foto: 0223.

 

“Las proyecciones son negativas”         

Con una inflación acumulada del 325% desde enero de 2023, la prórroga del Presupuesto 2024 atenta contra la sostenibilidad de las actividades universitarias al no contemplarse una actualización acorde de las partidas. En las últimas horas del miércoles, se conoció el anunció de los ministerios de Capital Humano y Economía de un incremento del 70% de los fondos de funcionamiento, lo que, se asegura desde la comunidad, no termina de resolver el cuadro problemático que atraviesa el sistema universitario nacional.

Las tensiones también se manifiestan en la licuación de los salarios de los trabajadores universitarios, que al momento solo percibieron una oferta del 6% por lo que fracasó la paritaria, con un retraso del 50% en relación a la inflación. Por ello, este jueves se lleva adelante un paro a nivel nacional que se expresa en Mar del Plata con la protesta de los trabajadores enrolados en la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (Adum) y en la Asociación de Personal de la Universidad (Apu).

- Por estos días se habla mucho de la situación crítica del sistema universitario nacional ante el ajuste. De no haber una actualización de partidas acorde a la inflación, ¿cuál es el panorama en el corto plazo?

- Más allá de la incertidumbre que produce un cambio de gobierno con las actuales características, no es clara la política hacia la Universidad. Tenemos certidumbre que los gastos de funcionamiento están congelados a valores de enero de 2023 -NdR: la nota se realizó previo al anuncio de Nación- y esto compromete seriamente la perspectiva de funcionamiento a lo largo del año. Las proyecciones son negativas, sin refuerzo es difícil pensar que la Universidad pueda seguir funcionando con cosas básicas como el pago de luz y gas. El recorte impacta en que la Universidad no solo da clases, sino también se investiga, hay proyectos de extensión, transferencia. Los sueldos tampoco han sido actualizados en relación a la inflación, hay conflictos gremiales en puerta, la proyección para el año es preocupante. Ya hemos estado obligados a dejar de hacer algunas cosas que hacíamos.

- ¿A cuáles se refiere?

- Lo que se puede sostener son las clases con recurso docente, pero tenemos diferentes programas como el gerontológico y de intervención en las temáticas perinatales, en lo que es el ámbito de la extensión, que nosotros sostenemos con gastos de funcionamiento. Tenemos la definición de no autoajustarnos porque defendemos las transferencias del tesoro nacional. Las contrataciones de las personas que se desempeñan en esos programas están congeladas.

- El ajuste en ciencia y tecnología, con la suspensión de becas en Conicet y recortes, ¿de qué modo afecta a la facultad?

- Nuestro sistema de investigación es hibrido. Tenemos un instituto de doble dependencia, parte de Universidad y de Conicet. El ajuste causa muchos problemas y preocupación, lo que hay es una incertidumbre porque las señales son muy malas. Lo que ha sucedido con las becas hace pensar que tal vez o sean reducidas o algunas puedan desaparecer y eso disminuye la posibilidad de producir conocimiento desde el sistema de investigación.