Vivir con menos, pero mejor: la filosofía detrás de las Tiny Houses
En tiempos de consumo responsable y búsqueda de equilibrio, las Tiny Houses se imponen como una tendencia que va mucho más allá de la arquitectura. Conocela.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Cada vez más personas buscan simplificar su vida, reducir el consumo y reconectarse con el entorno. En ese contexto, las Tiny Houses —casas pequeñas, móviles o fijas, pero diseñadas para un uso racional del espacio y los recursos— se consolidan como una alternativa que combina diseño, sustentabilidad y libertad. Vivir con menos, pero mejor.
“La elección de una Tiny House tiene más que ver con una filosofía de vida que con una moda arquitectónica. Te obliga a simplificar la forma en la que vivís. Al tener poco espacio, decidís qué cosas realmente necesitás y cuáles no”, explicó a 0223 la arquitecta Analía Verónica Díaz, especialista en construcción en madera.
Una filosofía de vida en pocos metros
El movimiento Tiny House comenzó en los años 70 en Estados Unidos, vinculado a las primeras casas móviles y al espíritu nómade. Hoy, resurge con fuerza ante los desafíos económicos y ambientales actuales. “Son espacios pequeños, pensados para un uso racional de materiales y energía. El impacto ambiental es menor, y suelen estar en estrecha relación con el entorno. En mi caso, mi casa tiene una galería donde muchas actividades se desarrollan al aire libre”, detalló la arquitecta.
Además de su bajo impacto, Díaz destaca ventajas prácticas, al ser más fáciles de limpiar y mantener. "Al tener menos metros, todo se multiplica por menos: menos revestimientos, menos materiales, menos consumo”, resaltó.
¿Tiny House, casa prefabricada o contenedor?
Aunque suelen confundirse, no son lo mismo. “Una casa prefabricada no es sinónimo de una casilla. Prefabricada significa que las partes se construyen en taller y luego se montan en el terreno. Puede ser de madera o steel frame, y puede alcanzar un nivel de diseño y calidad de alta gama”, aclaró Díaz.
Respecto a los contenedores adaptados, “son cubículos metálicos que se reutilizan para vivienda. Requieren ciertas adaptaciones, pero pueden ser una opción válida según el proyecto y el lugar”.
En definitiva, una Tiny House puede construirse con distintas tecnologías —prefabricada, in situ o con módulos transportables—, lo importante es el concepto: espacios pequeños, eficientes y flexibles.
Costos y eficiencia
En términos de costos, no hay grandes diferencias con la construcción tradicional. “El valor del metro cuadrado depende de la tecnología, los materiales y las terminaciones”, explica la arquitecta.
“Lo relevante es que los sistemas prefabricados o en seco permiten lograr eficiencia energética y control de desempeño. No es más cara ni más económica por sí misma, depende del proyecto y los metros construidos”.
Una ventaja adicional es la posibilidad de prefabricar módulos completos —baño, cocina, dormitorio— y transportarlos listos para su instalación, reduciendo tiempos y costos de obra.
Usos posibles: del hogar al refugio
Las Tiny Houses pueden cumplir múltiples funciones y según Díaz, "algunos las eligen como vivienda principal; otros, como casa de fin de semana, espacio adicional o incluso como inversión para renta o jubilación”.
Gracias a su diseño flexible, estos espacios pueden integrar baño completo, cocina, mobiliario a medida y sistemas de climatización eficientes. “Todo se adapta al espacio disponible. La idea es que cada metro cuadrado se aproveche al máximo”, detalló.
Movilidad y energía sustentable
Otro de los atractivos del concepto es su potencial autosuficiente, ya que según la también docente de la Unmdp, pueden incorporar energía solar, eólica, biodigestores o sistemas de recolección de agua de lluvia. Y en cuanto a movilidad, depende del proyecto: “Algunas están montadas sobre tráilers y pueden trasladarse; otras se instalan de forma fija. Es una decisión del usuario. El movimiento Tiny nació con la idea de casas móviles, aunque hoy muchos prefieren asentarlas en un lugar”, señaló.
Micro Tiny: el desafío del mínimo espacio
Una tendencia más reciente son las Micro Tiny Houses, que reducen aún más los metros cuadrados. “Son espacios mínimos, de 10 a 15 m², que incluyen lo esencial: baño, cocina, zona de descanso y estar”, explicó Díaz.
“Funcionan como refugios temporales o anexos a viviendas principales. El desafío está en el diseño, en aprovechar cada rincón con inteligencia”.
Una nueva forma de empezar
Para cerrar, la arquitecta introduce un concepto interesante: la vivienda de aterrizaje.
“Hay personas que compran terrenos en zonas alejadas y construyen primero una Tiny House para tener un lugar donde vivir mientras desarrollan la obra mayor. A veces, terminan quedándose con esa vivienda porque descubren que no necesitan más”.
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