Come ratas, cucarachas y garrapatas: el marsupial que se instaló en Mar del Plata y sigue sorprendiendo
Es común verlas por la noche en barrios residenciales de la ciudad. Son familiares de los koalas y pese a su aspecto, son inofensivas y ayudan a controlar las plagas de cucarachas y garrapatas.
Por Redacción 0223
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Hay zonas de Mar del Plata que se caracterizan por la presencia de determinados animales. Así, como en los últimos años se incrementó la presencia de chimagos fuera de las zonas rurales, en la zona de Güemes, Los troncos y Lomas de Stella Maris es común que por la noche, cuando la ciudad se aquieta, las zarigueyas (conocidas popularmente como comadrejas) salen a la calle en busca de alimento y generan sopresa entre los vecinos.
Pero, ¿Por qué se ven en estos barrios de Mar del Plata y no en otros? La presencia de estos marsupiales en la zona coincide con la proliferación de cucarachas, uno de los insectos que forman parte de la base de su dieta que acompañan con garrapatas y ratas.
En la página web de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos de la Secretaría de Producción indican que la comadreja overa es habitual del norte argentino y el litoral aunque también puede encontrarse en la región pampeana. Son marsupiales fundamentales para conservar el equilibrio ecológico del ecosistema.
“Es una especie fundamental para el equilibrio ecológico de los ecosistemas, al controlar las poblaciones de los animales que son sus presas y, también, puede ser utilizada como un aliado natural de las personas en la lucha contra las pestes, debido a que es una gran consumidora de ratas, cucarachas y otras plagas causantes de enfermedades”, indican.
En esta línea, detallan que “pese a ello, a menudo, los ejemplares de la especie son perseguidos por sus apariciones en áreas suburbanas, aunque también son temidos por creerlos portadores de enfermedades, debido a su apariencia que suele confundirse con distintos tipos de roedores”.
Según explican los especialistas son animales inofensivos que pueden llegar a generar alguna molestia en caso de sentirse atacadas- Es que, cuando se ven amenazadas su instinto de supervivencia las lleva a practicar la tanatosis, es decir que “fingen su muerte” y de inmediato liberan un aroma desagradable para ahuyentar a su depredador.
“No hay que alimentarlas ni molestarlas. Si aparecen en una vivienda buscando alimento se alejan una vez que lo consiguen", cierran.
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