Demandó a la clínica por una intervención errónea y ahora deberán indemnizarla
La operación había sido presentada como sencilla y rápida pero se extendió durante horas.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Una paciente de 16 años se sometió a una cirugía de vesícula en una clínica privada del oeste del conurbano bonaerense. Lo que comenzó como un procedimiento programado terminó con una compleja batalla legal luego de que la paciente sufriera una grave lesión de sus vías biliares durante la operación. A partir de allí, un extenso seguimiento médico, nuevos internaciones y una demanda civil por daños y perjuicios pusieron a prueba los criterios de responsabilidad profesional y de las instituciones médicas en un caso que llegó hasta la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Mercedes.
La joven sostuvo en su presentación judicial que, antes del procedimiento, había consultado por dolores abdominales persistentes, náuseas y vómitos. La primera consulta en la clínica activó una serie de estudios que incluyeron una ecografía abdominal y derivaron en un diagnóstico de colecistitis, inflamación de la vesícula biliar por la presencia de cálculos. El médico a cargo recomendó una intervención laparoscópica.
Según la versión de la parte demandante, la intervención, que había sido presentada como sencilla y rápida, se extendió durante horas. Luego del procedimiento, la paciente experimentó fuerte dolor abdominal y permaneció internada. En los días posteriores, las complicaciones se agravaron. La adolescente fue sometida a nuevos estudios, entre ellos una colangioresonancia, y se le informó a la familia que debía trasladarse a un centro de mayor complejidad para continuar el tratamiento.
El traslado a otra institución médica facilitó el diagnóstico de síndrome coledociano, un cuadro derivado de la obstrucción de las vías biliares. Los médicos del nuevo establecimiento determinaron que, durante la primera operación, además de extraerse la vesícula, se había lesionado el conducto colédoco, por lo que fue necesario reconstruir esta vía biliar mediante otra cirugía de considerable complejidad. La joven pasó por terapia intensiva, necesitó drenajes percutáneos y, durante su convalecencia, descendió 14 kilos y requirió nutrición especial y un prolongado seguimiento médico domiciliario.
El reclamo de la paciente
La paciente responsabilizó a la clínica donde fue intervenida y al profesional que realizó la cirugía, reclamando una indemnización por daño físico, moral, psicológico y estético. Alegó que el procedimiento inicial constituyó un caso de mala praxis que alteró severamente su calidad de vida y la sometió a numerosas intervenciones y tratamientos posteriores.
La clínica demandada negó tener responsabilidad sobre el resultado de la intervención, argumentando que el profesional no mantenía relación de dependencia ni subordinación directa con el establecimiento. Expresó que el médico había sido elegido por la paciente a través de su obra social. Insistió en que su obligación se limitaba a proveer los recursos materiales y no a garantizar resultados médicos, mientras que la lesión de las vías biliares era un riesgo inherente a ese tipo de cirugía.
La sentencia de primera instancia hizo lugar a la demanda. El fallo remarcó que la prueba aportada acreditó que la lesión fue causada durante la operación y no por una evolución clínica ajena al acto quirúrgico. La justicia consideró también que la clínica debía responder por el accionar de los profesionales que actúan en su ámbito, descartando los argumentos que buscaban desligar su responsabilidad.
La resolución fijó indemnizaciones por 24 millones de pesos por daño a la integridad patrimonial, 12 millones por daño moral y 550 mil para tratamiento psicológico, todas actualizables, con más intereses. Además, asignó las costas a los demandados.
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