Sorpresas, euforia y una ciudad movilizada: cómo se vivió el Mundial 78 en Mar del Plata
Mar del Plata fue subsede del mundial 78. "Durante un mes, el futbol unió al país", recuerdan sus protagonistas en diálogo con 0223.
Por Redacción 0223
PARA 0223
1978 marcó un antes y un después en la historia de Mar del Plata. Por única vez, la ciudad fue subsede del Mundial de la Fifa. En el Estadio José María Minella, construido para la ocasión, se jugaron un total de seis partidos. Todos en fase de grupos. En tiempos en los que se rememora lo que significó el evento deportivo para Mar del Plata, con documentales y muestras de coleccionistas, repasamos cómo se vivió el Mundial en el que Daniel Pasarella levantó la Copa del Mundo en las calles marplatenses.
Cuando Mar del Plata fue declarada oficialmente sub sede del Mundial 78, los diarios locales titularon en tapa: “Ahora si: Mar del Plata subsede 78” y comenzó el contador para poner a punto la ciudad que sería una de las cartas de presentación del país.
Las negociaciones habían comenzado 20 años antes. La sede, tal como indica en su edición del 27 de agosto de 1974 del Diario La Capital, fue otorgada al país a mediados de la década del sesenta. Luego de México 70 comenzaron los movimientos para organizarlo, pero hasta 1975 no superaron la categoría de intentos.
Sin embargo, todos los gobiernos desde 1966 en adelante mostraron interés en recibir el campeonato y procuraron obtener una ventaja de cada movimiento realizado, aunque hasta 1975 no se concretaron obras. “Cuando muchos observadores extranjeros estaban preocupados por los tiempos escasos, los argentinos sorprendieron y culminaron todos los estadios, el centro de televisión color y mejoraron las telecomunicaciones”, indican.
En Mar del Plata, todo era expectativa, tal como se exhibe en “La Primera” muestra que reune archivo y objetos relacionados con el mundial 78 en el Museo Roberto T Barili, la ciudad estaba repleta de merchandising mundialista. Banderines, tazas de té, platos, muñecos, pisapapeles, monedas, estampillas, álbumes de figuritas, calcomanías, pelotas Tango, lp con la única grabación en disco de pasta de “El Mundial”, canción oficial del evento, en forma de marcha militar, acorde a los tiempo que corrían.
La presencia en Mar del Plata de O Rei Pelé y la anécdota del Club Kimberley que prestó sus camisetas de urgencia a la selección francesa para que dispute su partido contra Hungría son de las historias más recordadas entre los marplatenses.
Un mensaje para sorprender al mundo
Para Cristina Villar, que en 1978 ejercía como Profesora de Educación Física en el Instituto Santa Cecilia, el año mundialista marcó un antes y un después en su carrera académica. En diálogo con 0223, la mujer, hoy jubilada, recuerda que en 1977 desde Inspección General le ofrecieron coordinar un grupo de alumnas que serían las encargadas de realizar las ceremonias de apertura y cierre en la ciudad. Cristina, dice aceptó “sin pensar mucho” las consecuencias. “Pedí, me acuerdo la designación de la profesora Margarita Martín pra que se haga cargo de las abanderadas y yo me aboqué al trabajo en el campo de juego”, dice.
Se le había encomendado realizar figuras y frases rítmicas. Para ella, fueron meses de trabajo solitario en el que se hizo valer a fuerza de una voz firme y un megáfono ante las casi 300 estudiantes que formaron parte del staff que marcaba cada paso al ritmo de la Banda de la armada. “Fueron meses de trabajo y la última semana estuve sin dormir por la preocupación”, revela con una pícara sonrisa mientras recuerda que, durante el último ensayo general en el estadio había puesto chapas con clavos a modo de señaladores. “Me dijeron que no dejara nada, porque se podía lesionar algún jugador y podía ser motivo de juicio”, dice.
“Para la inauguración había decidido poner bienvenidos y lo que me indicó el Coronel Berisso: Mar del Plata 78 y para el cierre preparé una sorpresa, con una frase que dio la vuelta en los diarios del mundo… formamos Al mundo: amor y paz. En ese momento, para mi era una frase inocente”, recuerda Cristina que respiró aliviada una vez que terminó su participación en el evento.
De acuerdo al relato de Cristina, las jóvenes ensayaron solo tres veces en el estadio “y era una locura porque no podia ver desde arriba entonces marcaba la coreografía con el megáfono, subía a las gradas y volvía a bajar para volver a marcar”, rememora. Los demás ensayos los hicieron en inmediaciones del Instituto y en la zona de Constitución y la Costa porque no había espacio para contener a la cantidad de participantes y la banda de la Marina. “Cortaban el tránsito para que podamos ensayar todos”, recuerda.
"El fútbol une al país"
No todo era alegría y festejo con “suelta de papelitos”. En 1978 el país atravesaba el tramo más cruento de la Dictadura Cívico Militar. Para los familiares de las personas detenidas desaparecidas, el mundial 78 fue un hecho bisagra.
Fernando Martínez Delfino tiene 66 años y es uno de los familiares fundadores del Faro de la Memoria. A Fernando le habían secuestrado a su hermano, Eduardo de 28 años el 15 de septiembre del 76. En diálogo con 0223 Fernando recuerda que para los familiares “fue muy difícil entender el Mundial”
“Había gente que decía que no sabía lo que pasaba, que vivía desconectada. Hubo familiares que decidieron no salir a festejar. Para muchos, los festejos significaban poder salir a la vereda. Fue un mes en el que el país se alegraron”, resume Martínez.
Durante su relato, indica que él decidió salir a festejar cada triunfo de la selección. ”Estaba en la calle en los festejos y en un momento pensé “qué estamos haciendo acá” recuerda al tiempo que asegura que el por esos años, el fútbol era una suerte de oasis. “No importa quién gobierne, el fútbol une al país”, dice.
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