Fue campeón del mundo con la Selección Argentina y hoy trabaja como recepcionista en Córdoba

El jugador que integró el histórico plantel que ganó el Mundial 1978 y hoy lleva una vida sencilla, alejado de los flashes y la fama.

El jugador que integró el histórico plantel que ganó el Mundial 1978 y hoy lleva una vida sencilla, alejado de los flashes y la fama.

21 de Junio de 2025 10:21

Por Redacción 0223

PARA 0223

La historia de la Selección Argentina está marcada por gestas inolvidables, títulos que emocionaron a generaciones y figuras que quedaron grabadas a fuego en la memoria popular. Sin embargo, no todos los campeones siguieron caminos repletos de luces y contratos millonarios. Tal es el caso de Miguel Ángel “Cata” Oviedo, mediocampista que formó parte del equipo que alzó la Copa del Mundo en 1978, y que hoy lleva una vida completamente alejada del profesionalismo futbolero.

Oviedo nació futbolísticamente en Palermo de Córdoba, aunque su carrera realmente tomó impulso cuando se sumó a Instituto en 1973. Su talento y regularidad lo catapultaron a Talleres de Córdoba, club en el que se consolidó como uno de los mediocampistas más rendidores del país. Su gran nivel en el Nacional 1977, donde Talleres disputó la final frente a Independiente, llamó la atención de César Luis Menotti, quien no dudó en sumarlo a la convocatoria de la Selección para el Mundial de 1978.

Pese a su perfil bajo, el “Cata” fue parte importante del grupo que conquistó el primer título mundial para Argentina. Luego del histórico logro, Oviedo continuó su carrera en Independiente, donde no solo se mantuvo vigente, sino que logró dos títulos internacionales en 1984: la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental, en una de las etapas doradas del club de Avellaneda.

Su carrera futbolística cerró en Talleres, donde se convirtió en una leyenda con 453 partidos oficiales, un récord absoluto en la institución cordobesa. Pero cuando colgó los botines, la vida no lo condujo por el camino de la fama eterna ni los contratos televisivos: aunque intentó hacerse un lugar como director técnico, las oportunidades no llegaron como esperaba.

Hoy, lejos del césped y los estadios repletos, Miguel Ángel Oviedo trabaja como recepcionista en el Polideportivo Municipal Carlos Cerutti, en Córdoba capital. Allí, en un ambiente tranquilo y más íntimo, encontró una rutina que le brinda estabilidad y serenidad, completamente alejada del vértigo del fútbol profesional.

En tiempos donde la fama y el dinero parecen inseparables del deporte, la historia del “Cata” Oviedo es un ejemplo de humildad, trabajo y reconversión. Fue campeón del mundo con la Selección Argentina, pero su mayor título quizás esté en haber elegido una vida con sentido propio, sin necesidad de aplausos.