Enrique Breccia: Un pintor prestado a la historieta
Su Plumín es un Facón, un libro sobre Enrique Breccia (Rayos y Centellas – 2025), es el nuevo libro de Claudio Herrera. Pero no se trata de una biografía, ni de un artbook, ni de un libro de historietas, sino de todo eso junto. Es una gran experiencia artística sobre un artista.
“No fue algo planeado. No suelo hacer biografías ni me considero periodista; estas cosas simplemente surgen. Enrique, para mí, siempre ha sido más que un artista, más que cualquier otro", comienza diciendo Claudio Herrera, quien acaba de presentar un libro sobre la vida y el arte —si no son lo mismo— de Enrique Breccia.
La fascinación por su obra lo llevó, casi sin darse cuenta, a acumular materiales sobre su trabajo: microrrelatos que pocos saben que escribió, cuadros que tampoco muchos asocian con él —ya que la mayoría lo vincula exclusivamente a la historieta— y originales que le había regalado el propio Enrique. Al revisar todo ese material, y siendo amigos, Claudio decidió que tenía que hacer algo. Primero fue la idea de crear un falso cuaderno de anotaciones de Enrique, sin embargo, surgieron dudas acerca de la cantidad de veces que tendría que consultarle sobre las obras y el contenido. Pero luego decidió organizar el material por capítulos o secciones, sin necesidad de un orden cronológico. "Así me liberé de la biografía convencional, porque no es lo mío ni lo que disfruto escribir. Quería mostrar su obra, con materiales raros e inéditos, de una manera más cercana a la curaduría, algo que sí conozco. Fue como si curara una muestra, pero en papel. En cada sección, introducía brevemente el contenido, dándole coherencia al conjunto," asegura Herrera.
- ¿Qué redescubriste de Enrique y su arte durante el proceso del libro?
- En el proceso, descubrí obras de Enrique que desconocía, pese a conocerlo bien y a admirarlo profundamente. Enrique es una persona sincera, transparente y reflexiva, alguien que dice lo que piensa y lo respalda con hechos. Esa honestidad se refleja en su obra y en su personaje Adán Lucero, que él mismo se define diciendo: "Lo que digo con la boca lo sostengo con el cuero." Es admirable como, a sus 79 años, sigue dibujando con la misma pasión de siempre. Cuando le mostré el libro, incluso él se sorprendió: "¿Todo esto hice yo?" Esa magnitud de su trabajo es abrumadora.
El libro llevó tres años y medio de trabajo, no consecutivos, dadas las demás ocupaciones del autor. Fue un proceso intermitente y lleno de pausas. Pero, según el propio Claudio, "Lo más laborioso fue la bibliografía, el recorrido detallado por cada obra de Enrique, desde sus historietas hasta sus exposiciones, investigando meticulosamente". El resultado es un libro que aspira a ser una herramienta para quienes quieran profundizar en su obra, con detalles como la extensión de sus historietas y las épocas en que las creó.
Enrique Breccia no solo es historietista, también es pintor, aunque a muchos les cuesta verlo en ese rol. Sus cuadros reflejan temas recurrentes como el mar y el campo, lugares que ama profundamente. En sus obras hay una carga emocional y un deseo constante de comunicar algo.
- ¿Qué es lo que más te sigue fascinando de la obra de Enrique?
- Lo que más me fascina es su versatilidad: puede manejar múltiples estilos según lo que la obra demande. Desde El Sueñero hasta sus trabajos sobre el Che Guevara, Enrique adapta su técnica al servicio de la historia que quiere contar. Incluso en obras como su historieta sobre Venecia —donde él mismo armó cinco plumines para poder llevarla adelante porque no conseguía los adecuados— demuestra su espíritu artesanal y su genialidad.
Este libro no es solo un tributo, sino también un testimonio del inmenso y multifacético talento de Enrique Breccia. Desde ilustraciones, pinturas, catálogos, fotos inéditas, entrevistas, hasta historietas cortas y anécdotas; recoge un poco de todo. Como se dijo, el libro no es una mera biografía. Son muchas las aristas que se pueden explorar del historietista que vive en Roma. Y digo historietista porque, según el autor, "La pintura llegó después de la historieta. En realidad, él pinta desde muy chico, pero el mundo de la historieta fue el que lo hizo conocido y el que le dio su lugar. De hecho, él dice que es ‘un pintor prestado a la historieta’."
- Y ya casi que a esta altura no interesa, ¿no? Ahora, ¿encontrás algún punto de contacto entre sus pinturas y sus historietas o sus textos?
- Yo amo todo lo que hace, pero no porque sea un fanático sin medida. Si hay algo que no me gusta, lo digo sin problema. Pero la verdad es que me encantan sus pinturas; hay algo en ellas que conecta con sus ilustraciones, aunque no sean exactamente lo que uno espera después de ver, por ejemplo, una obra como El Sueñero. Sin embargo, de algún modo, todo está ahí. En sus pinturas, Enrique vuelca mucho de él. De la obra que he visto puedo destacar temas recurrentes como el mar y el campo. Él ama profundamente esos paisajes: ha vivido mucho tiempo en el campo y tuvo una casa frente al mar. Esa conexión con la llanura y el océano se refleja intensamente en su trabajo. Siempre hay una carga particular, una necesidad de decir algo en todo lo que crea. Enrique, como artista, para mí es maravilloso. Tiene una capacidad que pocos poseen: puede manejar cinco, seis o incluso siete estilos distintos al dibujar o pintar, adaptándose a lo que la obra requiere. Cada obra lleva su propio sello, desde la historieta del Che Guevara hasta El Sueñero, y nada se parece entre sí. Esa versatilidad es lo que realmente me maravilla y lo convierte en un artista único.
Con casi 80 años, Enrique Breccia continúa con su arte desde Italia. Marcó generaciones con sus dibujos y lo sigue haciendo hoy. El libro Su Plumín es un Facón, un libro sobre Enrique Breccia, nos acerca a la marca imborrable que ha dejado en el universo de la historieta y la pintura. Su obra no solo cuenta historias: construye mundos, revela emociones y nos recuerda que el arte es una extensión profunda del alma.
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