Una plantación de marihuana, robos y un sereno: la historia detrás de los sujetos que llevaron a su amigo baleado al hospital
Los tres imputados de encubrimiento y falso testimonio siguen excarcelados. Les formaron una causa por cultivo de marihuana y pidieron que pase al ámbito federal. Buscan al autor de los disparos.
Por Redacción 0223
PARA 0223
A casi un mes del ingreso al hospital de Miramar de un hombre con dos balazos en el pecho y de las versiones encontradas que dieron los tres amigos que lo llevaron, la Justicia avanzó en el esclarecimiento de ese silencio inicial, en la búsqueda del posible agresor y en la formación de una nueva causa que derivó a la Justicia Federal tras confirmar la existencia de una plantación de marihuana que fue el escenario de los hechos.
La causa, adelantada por 0223, está a cargo de la fiscal Ana María Caro quien en un primer momento dispuso la aprehensión de los tres sujetos que llevaron a Bruno Musso herido y que no supieron o quisieron explicar detalles del ataque sufrido por su amigo. Aunque el Juez de Garantías Gabriel Bombini había negado su excarcelación, la semana pasada la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías revirtió la medida.
A Erik Faierman Katok, Francisco Pérez y Matías López Irusta, que estuvieron acusados inicialmente de encubrimiento y falso testimonio, la fiscalía descentralizada les imputó la infracción al artículo 5 de la Ley 23.737 que contempla penas de 4 a 15 años de prisión para quienes lleven adelante sin autorización o con destino ilegítimo el cultivo de cannabis. La fiscal Caro se declaró incompetente y le pidió a la Justicia de Garantías que haga lo mismo y remita la misma a la Justicia Federal.
Las fuentes judiciales consultadas por este medio confirmaron que los dos primeros, representados por la abogada Manuela Zannato, del estudio Robbio Bernat decidieron declarar la semana pasada y que el último, patrocinado por el abogado Julio Razona lo podría hacer en los próximos días.
A la par de esa resolución, desde la fiscalía ordenaron una serie de medidas a personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) para lograr identificar al autor del ataque. Musso, que fue trasladado de Miramar al Hospital Interzonal General de Agudos (Higa), aún no pudo declarar porque está internado en el área de cuidados intensivos.
Cuatro socios y un campo para cultivar
Desde un primer momento y a partir de las versiones cruzadas que dieron los amigos que llevaron a Musso al hospital, los investigadores establecieron que el ataque sufrido por la víctima ocurrió en un lugar que no quisieron precisar. Tras una serie de averiguaciones, establecieron que fue en un campo en el partido de General Alvarado en inmediaciones de la ruta 88 donde había una plantación de marihuana.
Faierman Katok y Pérez declararon que no incumplieron normativa alguna para el cultivo ya que estaban realizando un estudio genético de semillas y que contaban con un permiso del Registro Nacional de Investigación de Semillas gestionado por un ingeniero agrónomo. Dijeron que el proyecto comenzó en octubre del año pasado, pero no pudieron precisar siquiera el nombre de la persona que habría gestionado las autorizaciones correspondientes ni la ubicación exacta del predio.
En la declaración que dieron tras la negativa inicial a hacerlo, dos de los imputados contaron que junto al tercero y otro sujeto al que identificaron eran los dueños de un campo donde iniciaron un emprendimiento “de investigación y desarrollo de semillas” de cannabis sativa. Ese cuarto socio había dejado a su hijo como encargado del lugar, pero tras unos robos que sufrieron, los amigos decidieron –tres días antes del ataque- llevar a Musso para que también estuviera en el lugar.
Entre la noche del sábado 22 de marzo y la madrugadA del domingo 23, los amigos recibieron un llamado del cuarto socio que les dijo que a Musso lo habían baleado. Relataron que los tres se juntaron y viajaron a bordo de una camioneta Honda CRV hasta el campo donde encontraron a su amigo herido y lo trasladaron al hospital.
En su declaración ante la fiscal Caro se mostraron sorprendidos porque el hijo del cuarto socio no lo socorrió, ni les contó que pasó y que no volvieron a tener comunicación desde que quedaron detenidos. Cuando los consultaron porque no dieron esos datos de manera inicial, aclararon que tenían temor por el accionar policial ya que a partir de cierta desinformación les podrían generar problemas.
Luego de esas declaraciones, los tres amigos fueron excarcelados y aguardan el doble camino de la causa: el esclarecimiento del ataque que tiene a Musso aún internado y la decisión del paso del expediente por la plantación al fuero federal.
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