Encuentro pactado, robo y muerte: los brutales detalles del crimen del profesor en La Plata

El docente, que había salido aquella noche con unos amigos, mantuvo luego un encuentro pactado en su casa con quien terminó siendo su asesino.

El cadáver apareció desnudo, con las manos atadas y un trapo que le cubría la boca.

8 de Julio de 2025 08:58

Por Redacción 0223

PARA 0223

Pablo Pedro Mieres, que se desempeñaba como profesor de Química y secretario de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata, fue asesinado en su propia casa en la capital bonaerense después de un encuentro pactado que derivó en una violenta agresión. Durante semanas, la Policía rastreó pistas y buscó a su principal sospechoso, un hombre conocido en la calle como “Nico”, hasta que ayer lo encontraron en Berisso.

El sujeto se trata de Nicolás Damián Arévalo, un delincuente con un largo prontuario que, según los investigadores, es el que le robó y mató a la víctima en la madrugada del 16 de junio. El sospechoso estaba escondido en la calle Montevideo entre 12 y 13, donde intentaba pasar desapercibido después de haber desaparecido de los lugares que solía frecuentar. Al momento de la aprehensión, llevaba la misma ropa con la que había sido captado por las cámaras la noche del crimen y un cuchillo.

En ese contexto, la Fiscalía lo imputó por “homicidio doblemente agravado, en concurso ideal con robo”, la calificación más grave de todas, que prevé la pena de prisión perpetua para el acusado. Mientras tanto, buscan a un cómplice que actuó junto a él aquella noche. El domingo 15, Mieres, de 37 años, fue a un cumpleaños con amigos en la calle 126 entre 531 y 532. A las 23.13, volvió solo a su casa en una moto que había pedido por la aplicación DiDi.

Alrededor de la medianoche, el docente salió nuevamente a la calle, caminó hacia la estación de trenes de 1 y 44, a unas dos cuadras de la propiedad, y fue entonces cuando lo cruzó a Arévalo. Los testigos aseguraron que ya lo conocía: según se aprecia en las imágenes, hablaron unos minutos y luego Mieres volvió. Sin embargo, el encuentro no terminó allí, ya que el atacante, según la reconstrucción policial, se reunió con otro individuo y juntos caminaron hacia el inmueble del educador.

A la 1.50 de la madrugada, las cámaras de seguridad registraron un grito desgarrador en la cuadra. Después, se los vio a ambos sospechosos retirándose del lugar cargando objetos cubiertos. Parte de ese botín fue escondido brevemente bajo un paso a nivel y luego trasladado por los delincuentes. Entre las cosas robadas había objetos personales del profesor, como una guitarra criolla con funda, un televisor Smart de 32 pulgadas, un piano electrónico, su celular OPPO, tarjetas bancarias, dinero y hasta las llaves.

Cuando los efectivos arribaron al hogar, Mieres estaba tirado boca arriba en el comedor, totalmente desnudo, con los pies y las manos atados con cordones de zapatillas, y un trapo que le tapaba la boca. La puerta estaba entreabierta y la habitación mostraba signos de lucha, con ropa tirada por el piso. La autopsia fue concluyente y determinó que la víctima murió por asfixia mecánica. Por lo pronto, el asesino lo estranguló con una prenda de vestir, posiblemente la manga de un buzo, y además tenía golpes en la cara y señales de defensa.