Semana contra el Suicidio: cada vez más ONGs trabajan en Mar del Plata para acompañar y prevenir
Las organizaciones abordan la problemática para quitar el tabú y ayudar a generar consciencia en la sociedad. Cuáles son los signos de alerta.
Por Redacción 0223
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En el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio distintas ONGs que trabajan la temática realizaron una jornada en la Plaza Seca del Complejo Universitario de Mar del Plata para abordar una problemática que aún sigue siendo tabú en la sociedad.
En silencio y con un trabajo amoroso, muchas organizaciones realizan acompañamientos y campañas preventivas para abordar el suicidio, que se ha posicionado como la primera causa de muerte violenta en jóvenes en varias provincias de la Argentina.
Debatirlo, mostrarlo, difundirlo y problematizarlo son parte de las estrategias que las ONGs utilizan, con la escucha como eje fundamental. "Siempre decimos que la prevención se hace entre todos porque es una problemática social y para evitarla nos tenemos que involucrar todos como sociedad", reconoció Andrea Barbé de Abrazando la Vida MdP en diálogo con Extra (102.1).
En esta oportunidad, la jornada de concientización fue trabajada en conjunto con el área de Servicio Social de la Universidad y se hizo hincapié en los llamados de atención: "Lo más importante es saber que el suicidio puede estar en cualquier lado, que cualquier persona puede llegar a tener ideación suicida y ninguno de nosotros está exento, por alguna crisis o sentimiento. Por eso lo primordial es saber cómo abordarlo y qué hacer con una persona cercana que lo atraviese", destacó.
Signos de alerta
Las especialistas aseguran que muchas veces hay llamadas de atención o signos de alerta que son pasadas por alto por no conocerlas. Desde acciones cotidianas a actitudes puntuales, todas deben ser observadas.
"A veces vemos que una persona no está durmiendo bien o altera su comportamiento. En caso de ser estudiante, que no esté rindiendo, o si salía mucho, ya no lo hace o está mucho en las redes", advirtió Barbé.
La pregunta resulta fundamental: es necesario consultar qué está pasando e involucrarse y "llamar a las cosas por su nombre". Barbé explica que, como nadie va a tener un infarto por preguntarle si lo tuvo, nadie va a suicidarse si se le indaga sobre ello. Sin embargo, se puede abrir una puerta para que la persona que está sufriendo se anime a buscar ayuda.
"A una persona que está sintiendo eso hay que ayudarla, buscarle otras posibilidades, que encuentre un objetivo de vida y crear esperanza. Además, buscar ayuda de un profesional (psicólogo o psiquiatra), o al 109 que es el número de Salud Mental en la ciudad", subrayó.
A la par, las ONGs que trabajan en la ciudad también acompañan a los familiares que sufrieron una pérdida de este tipo y que deben continuar. El entorno debe encontrarse con una ayuda compasiva y contenedora, ya que no hay dispositivos estatales que lo cubran.
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