El astrofotógrafo marplatense que sorprende al mundo con sus imágenes
Lucas D'Ortone comenzó a sacar fotos hace quince años por hobby y ahora dicta cursos en todo el país y en el exterior. Su última producción en La Payunia, Malargüe, cautiva a propios y extraños.
Hace quince años, Lucas D'Ortone se propuso un objetivo muy claro: convertirse en astrofotógrafo en una época en la que no había tanta información sobre el tema y con el único antecedente en su registro de los documentales que veía en su casa. Por aquella época no existían los cursos de fotografía astrológica y eran muy pocos los profesionales que se dedicaban a realizar estos trabajos. Pero eso no lo detuvo.
Entonces se puso en contacto con una red de fotógrafos y, tres años más tarde fue galardonado con el premio del concurso de Astrofotografía del Observatorio de la Universidad de La Punta, en San Luis y al año siguiente comenzó a dar cursos tanto en Argentina como en Chile.
Su última producción fotográfica en La Payunia, Malargüe, Mendoza generó sorpresa entre los aficionados a la fotografía y la población en general. "La primera vez que estuve en Malargüe, en 2022, me hablaron de La Payunia. No la conocía ni siquiera de nombre, pero cuando vi fotos del Iugar me propuse que algún día iba a hacer astrofotografía ahí", dice a 0223
"En 2024 tuve la oportunidad de trabajar con un permiso especial en un parque con huellas de dinosaurios, lo que me permitió combinar patrimonio terrestre y cielo. Ese antecedente me animó a dar un paso más, y gestionar directamente con el gobierno de Mendoza un permiso excepcional para entrar de madrugada a La Payunia. Finalmente en 2025 se dio, y pude concretar ese proyecto que llevaba años imaginando", sintetiza el técnico informático y fototógrafo.
- ¿Qué rescatas de esa experiencia?
- Lo primero que rescato es haber podido conocer un Iugar extraordinario, que realmente parece otro planeta. En pocos kilómetros el paisaje y los colores cambian de manera sorprendente, algo único de ver en una misma reserva. También es un orgullo haber recibido la autorización para ingresar a un área tan cuidada y sensible, porque implica un voto de confianza muy grande. Y lo más importante es la experiencia personal, estar bajo ese cielo incomparable y haber conseguido algunas de las fotografías que más tiempo tuve en mente. En el momento de la captura se mezclaron la plenitud y la alegría con la ansiedad de no fallar, porque no es un trabajo que pueda repetirse fácilmente, dada la complejidad de la gestión para obtener el permiso.
Según detalló Dortone, lo primero que tiene en cuenta a la hora de encarar proyectos como este es que el lugar no tenga contaminación lumínica. "La astrofotografía no es solo una imagen estética, a través de los colores podemos interpretar la edad de las estrellas, la composición de las nebulosas y otros datos relevantes, por eso es fundamental respetar los colores reales para que la foto tenga también un valor científico", explica.
"Se pueden hacer imágenes muy lindas desde lo artístico, pero si los colores no son verídicos, ya no estaríamos hablando de astrofotografía en sentido estricto. La planificación es otro punto esencial. El cielo cambia día a día y no siempre es igual, por lo tanto es necesario conocer la fase lunar, para evitar la contaminación lumínica de la luna, y la posición de la Vía Láctea de acuerdo a la época del año, el día y el horario", agrega.
Pero, hay un elemento clave que se destaca sobre los demás: la paciencia. "Para lograr una panorámica completa de la galaxia se necesitan varias fotografías, cuya cantidad depende de la distancia focal utilizada, que luego se fusionan digitalmente para abarcar el arco entero junto al paisaje terrestre. Cada detalle exige tiempo y precisión, desde la planificación inicial hasta el procesado final", dice.
Por último, el astrofotógrafo adelantó que tiene planeado regresar a Malargüe para realizar nuevas fotografías y dictar un taller además de continuar con las clases online personalizadas a estudiantes de toda Latinoamérica. "En octubre estaré organizando un taller en Piedra Naranja, un Iugar con un cielo muy limpio y cercano a Mar del Plata, como cierre de la temporada de la Vía Láctea", dice.
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