A quince años de la muerte de Willy Wullich, el alma del Teatro Colón que aún ronda la histórica sala

Fue el encargado de devolverle su esencia al Teatro Colón de la ciudad. Sus compañeros de trabajo aseguran que su espíritu aún ronda la sala del espacio al que le dedicó su vida.

Se cumplen 15 años de la muerte del emblemático director del Teatro Colón de Mar del Plata

30 de Agosto de 2025 16:07

Por Redacción 0223

PARA 0223

El 30 de agosto de 2010 por la tardenoche, la comunidad marplatense se sorprendía con la noticia de la repentina muerte del productor teatral y director del Teatro Municipal Colón Willy Wullich. Se había descompensado mientras tomaba un café en un tradicional local ubicado a metros de su lugar de trabajo y, pese a las maniobras de reanimación practicadas en el lugar y a las acciones realizadas por el personal médico que lo trasladó de urgencia, había fallecido.

Con él, se iba uno de los grandes trabajadores de la cultura de los últimos años en Mar del Plata, ejemplo de humildad y compromiso, pero también dejaba un precedente de trabajo que rápidamente fue adoptado porque quienes lo sucedieron y aún hoy se mantiene.

Guillermo Eduardo Wullich había nacido en Buenos Aires el 30 de enero de 1944, durante sus prácticas deportivas lo apodaron Willy y, cuando comenzó a involucrarse en la actividad artística le pareció acertado mantener el pseudónimo. 

La relación de Willy con Mar del Plata había comenzado en los 80, década en la que produjo al recordado José María Vilches. Una década más tarde participaría de “Errare Humanum Est”, junto con Manuel González Gil, Miguel Angel Solá, Juan Leyrado, Jorge Marrale, Darío Grandinetti y Hugo Arana  y produciría "Gotán" y “El último de los amantes ardientes”.  Desde entonces desarrolló, como le gustaba decir, “un amor correspondido” con la ciudad. 

Pero la vinculación definitiva con la ciudad llegó en 1997, cuando fue designado por el gobierno de Elio Aprile como director del Teatro Municipal Colón. El nombramiento implicó que el productor se instale definitivamente y abandone Mar del Plata solo para las Fiestas.

“Creo que he sembrado mucho”, aseguraba a 0223 Willy Wullich tras ser reconocido por su labor en el Honorable Concejo Deliberante. En la misma charla, aseguraba que era un logro fruto del trabajo tener el teatro municipal que dirigía abierto los 365 días del año. “Tenemos impensadamente un teatro abierto los 365 días del año con una programación muy variada con el único requisito que en su género sea bueno o muy bueno para arriba. de lunes a lunes el teatro tiene el protón prendido”.


El entonces secretario de Cultura Nino Ramella, responsable del nombramiento de Wullich, aseguraba en la misma nota que “nadie dijo nada sobre que sea porteño y asuma el cargo. Y digo que no asumió el cargo, sino que se casó con el teatro".

“Nos dijeron que iba a venir un director nuevo y lo aceptamos y nos adaptamos. Hubo toda una reorganización en el teatro a la que no estamos acostumbrados” recuerda hoy Romina Capuccio, Jefa del Departamento de Programación del Teatro sobre la llegada de Willy al teatro Colón. En ese entonces, Romina llevaba dos años en el teatro trabajando como acomodadora. 

Según Capuccio, conocer a Willy “fue una de las cosas más lindas de la vida”. “No nos hizo sentir como empleados”, asegura, al tiempo que recuerda que los 13 años que el productor estuvo a cargo del teatro fueron muy rectos para la gestión municipal.

Durante sus años como director, Willy vivía para el Colón, al punto de quedarse cada noche hasta que termine la última función y se retire el último empleado. Si era necesario, de su propio bolsillo salían los fondos para la compra de banners y volantes promocionales.

Para Romina, al igual que para muchos de los trabajadores del Teatro, la muerte de Willy fue un shock. “Ese día estaba con una situación personal particular y fui a hacer los pagos, para dejarle la caja lista a mi compañera de la boletería y me fui a la clínica Pueyrredon”, recuerda.

Cerca de las 18 recibió el llamado de una de sus compañeras que le avisaba que Willy se había descompensado: “entonces le indiqué dónde estaba la medicación que él tomaba y mi compañera me dice “no estás entendiendo”. En medio de todo el lío por el que estaba pasando veo en la televisión de la sala de espera de la clínica una placa con la noticia… no lo podía creer, no caía”, recuerda.

Lo que siguió para Romina -que reconoce que era "la preferida de Willy"- tras el duelo fue la oferta para cubrir el cargo de Jefe de departamento, puesto que ocupa actualmente. Durante su gestión notó la presencia de su maestro de teatro en reiteradas oportunidades.

En 2020, cuando reabrieron los teatros tras la pandemia, hubo un hecho que la sorprendió. "Cuándo volví a trabajar, las luces del gallinero y el paraíso se prendieron... dije: es Willy que me está dando la bienvenida", cuenta.

No es la única que vio al exdirector del teatro rondando la sala. Durante un ensayo, tiempo después, uno de los técnicos de una obra que se presentaba en la ciudad también aseguró haberlo visto sentado en el palco. "Me lo describió tal cuál era él. Me dijo que lo vio en el palco y cuando volvió a mirar ya no estaba. Yo no le dije nada nunca de cómo era Willy", asevera.

Este sábado se cumplen quince años de la desaparición física de Willy Wulich, el hombre que le devolvió su impronta de calidad al teatro.