En Mar del Plata comenzó la revolución del "Sírvase usted mismo"
En 1951, La Estrella Argentina abrió sus puertas en Mar del Plata, marcando un antes y un después en el comercio del continente. Liderado por el visionario Bernardino Brasas, este local en Avenida Luro 3302 fue el primer supermercado de Sudamérica. Dejó atrás el viejo almacén e instaló el sistema de auto-servicio, revolucionando los hábitos del consumidor.
En el corazón de Mar del Plata, justo donde la Avenida Luro cruza con la calle Salta, se gestó en 1951 una revolución silenciosa que transformaría los hábitos de consumo de todo un continente. Atrás quedarían los largos turnos de espera en el mostrador del almacén de barrio, con el dependiente pesando cada producto. Aquel 17 de diciembre, el público se detuvo asombrado frente a una estructura comercial inédita.
Su nombre era "La Estrella Argentina", pero su impacto superaría con creces la geografía local: se convertiría no solo en el primer supermercado de Argentina, sino en el pionero absoluto de América del Sur.
El visionario detrás de la novedad
El responsable de esta audacia comercial fue el inmigrante español Bernardino Brasas. Acompañado por sus hermanos, Pedro y Florentino, y sus socios de trabajo, Juan Lembo y Saturnino Hernández, Brasas perseguía una visión moderna de las ventas.
Aunque inicialmente le ofrecieron un local en Luro y Avenida Independencia, la suerte del negocio se concretó a cien metros de allí, en Avenida Luro 3302. Esta ubicación se convertiría en el kilómetro cero del self-service sudamericano.
La inauguración de La Estrella Argentina fue un acontecimiento social y comercial que generó desconcierto. El público, acostumbrado a los rituales del almacén tradicional, no comprendía bien la mecánica del lugar. ¿Cómo era posible tomar la mercadería sin la ayuda del vendedor?
La respuesta fue una campaña de prensa incesante y llamativa. Los diarios de la ciudad publicaron grandes avisos que mostraban a una ama de casa empujando unas novedosas canastas metálicas con rueditas. El texto era categórico: “La Estrella Argentina inaugura su moderno sistema de AUTO-SERVICIO".
El cartel que hizo historia
Aunque el comercio abrió inicialmente bajo el concepto de "grandes almacenes", la transformación total llegó poco después, cuando don Bernardino aplicó una idea que ya triunfaba en Estados Unidos y empezaba a conocerse en Europa.
Colocó un cartel que marcaría una época y convertiría al local definitivamente en un supermercado: "Sírvase Ud. mismo y pague a la salida".
Con esta simple frase, Brasas no solo importó un sistema, lo bautizó para el público hispanohablante. El nuevo método se destacaba por su velocidad y comodidad, pensado especialmente para "las amas de casa con prisa", como señalaban los anuncios. El cliente era ahora libre de elegir, comparar y llenar su carrito, ahorrando tiempo y dinero.
Tal fue la consolidación de este modelo que el supermercado llegó a tener su propia marca, "Auto Servis", bajo la cual vendía al menudeo productos básicos como azúcar, aceite, arroz y fideos.
Un fenómeno social y comercial
El impacto de La Estrella Argentina fue más allá de lo económico. Las crónicas de la época señalan que la apertura del "Auto-Servicio" instaló una nueva costumbre social: la compra en familia. La curiosidad era tal que el paseo por los pasillos se volvió un evento. Muchos vecinos se acercaban por simple curiosidad y, casi sin darse cuenta, adoptaron el ritual de recorrer góndolas, mirar precios y descubrir productos como parte de un paseo cotidiano. Años más tarde, esa misma escena se repetiría en la tienda Los Gallegos, donde la tradición familiar de “vamos a ver qué hay” terminó de consolidarse como una marca de época en Mar del Plata.
El brillo de este emprendimiento se mantuvo durante treinta y seis años. Recién el 1º de julio de 1987, el local pionero fue vendido a una reconocida cadena de supermercados local, pasando a ser una sucursal más y perdiéndose en su propia historia.
El fenómeno generado por la apertura de La Estrella Argentina fue tan importante que el día de su inauguración, el 17 de diciembre, se conmemora en todo el país como el Día del Supermercadista.
Hoy, la imagen de un carrito de supermercado repleto de víveres es la escena más común de la vida cotidiana. Pero hace más de siete décadas, en Mar del Plata, esa imagen era un manifiesto de modernidad.
La Estrella Argentina no fue solo una tienda, fue la primera piedra de una revolución logística y cultural que empoderó al consumidor y redefinió el acto de la compra.
El legado de Bernardino Brasas perdura: el recuerdo de un almacén que se atrevió a soñar con el futuro, marcando con su estrella el camino para todo un continente.
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