Tremendo: una mujer y su hija de 9 años murieron tras chocar contra un medidor de altura

Una tragedia sacudió a la ciudad bonaerense de Olavarría: un auto se estrelló contra un limitador de altura en el Camino de los Peregrinos, dejando un saldo de dos víctimas fatales. El hecho ocurrió el miércoles alrededor de las 11, cuando un Renault Clío azul impactó violentamente contra un pilar cercano al cruce con la Ruta 60.

En el vehículo viajaban una mujer de 38 años y sus dos hijos menores. La mujer, identificada como Laura Lavalle, y su hija de nueve años, Giovanna Crocci, murieron en el acto. El único sobreviviente fue un pequeño de seis años, quien continúa internado en grave estado. El menor, identificado como G.C., fue trasladado de urgencia al Hospital Municipal “Dr. Héctor Cura” con múltiples lesiones graves.

El parte médico indicó que ingresó con “código rojo” y presenta fractura de fémur y desplazamiento cervical con compromiso medular. Si bien fue estabilizado por los profesionales, permanece en terapia intensiva. El accidente generó una rápida respuesta de los servicios de emergencia locales. Al lugar acudieron patrullas policiales, bomberos, ambulancias y personal de Defensa Civil.

La investigación del caso está a cargo de la fiscal Mariela Viceconte, de la UFI N.º 10. Más allá de que en un principio la causa fue caratulada como “homicidio culposo”, las pruebas recolectadas por la Policía Científica modificaron la hipótesis inicial. Ahora, la causa se investiga como “homicidio doloso, suicidio e instigación al suicidio”.

El contexto previo al hecho encendió las alertas de los investigadores y las redes sociales de Laura fueron claves para entender un posible trasfondo emocional. Un mensaje publicado por la mujer en Facebook un día antes del accidente dejó atónitos a todos: allí expresó su agotamiento emocional y denunció haber sido víctima de abandono, desprecio y maltrato.

En la publicación les dijo adiós a sus hijos con frases como “juntos los tres, siempre” y “lo intenté todo”. El posteo es ahora analizado como una carta de despedida: era madre soltera y trabajaba como operadora de emergencias en el hospital donde fue atendido su hijo. Mientras tanto, el pequeño G.C. lucha por su vida en el centro de salud. El caso reabrió el debate sobre la salud mental y el acompañamiento a personas vulnerables.