Comenzaron las pericias y hay polémica sobre la autoría del cuadro robado por los nazis

Los especialistas aseguran que el galerista judío tuvo un error al catalogar la obra. Algo que modificaría el valor de la pieza de arte pero no altera el curso de la causa judicial que se sigue para la restitución.

26 de Septiembre de 2025 09:51

Por Redacción 0223

PARA 0223

Desde este lunes, “Retrato de una dama”, el óleo sobre tela robado al galerista judío Jacques Goudstikker durante la Segunda Guerra Mundial que apareció en la vivienda de la marplatense Patricia Kadgien descansa en el cuarto piso del palacio de Tribunales donde se realizan diferentes pruebas para certificar su procedencia. En las últimas horas,especialistas en Historia del Arte Italiano pusieron en duda la autoría del lienzo y sostienen  que el mercader podría haber catalogado erroneamente la pieza. 

María Luisa Pacelli, directora de la Academia Carrara (institución que alberga la mayor colección de pinturas de Ghislandi), en Bérgamo, Italia aseguró en diálogo con el portal de noticias Bergamonews que la pintura “está presente en el catálogo general del artista Giacomo Ceruti, creada por Mina Gregori en 1982 y su nombre no es Retrato de una dama sino Retrato de una dama con guantes y un libro”, dijo al tiempo que indicó que se expuso en 1911 como obra de la escuela genovesa del siglo XVII y fue devuelta a Ceruti por Roberto Longhi, otro importante historiador de arte, en 1927.

Por su parte, Annelies Kool y Perry Schrier, investigadores del patrimonio cultural de la Segunda Guerra Mundial de la Agencia del Patrimonio Cultural de los Países Bajos indicaron que la pintura “estaba registrada en un formulario de declaración justo después de la guerra, junto con una fotografía y el dato de que podría estar en manos de Friedrich Kadgien”. Por lo tanto, si las pericias concluyen que la obra corresponde a otro artista, sería ese formulario neerlandés el que presentaría el error de atribución.

“Es posible que el propio Goudstikker atribuyera la pintura a Ghislandi”. Además expresó que es difícil de calcular el valor de la obra a través de una foto, pero que “podría alcanzar los 300.000 euros, quizás incluso más”, opinó  Paolo Plebani, conservador de la Academia Carrara de Bérgamo,ante el diario neerlandés AD .

“Por ahora solo sabemos, a través de medios periodísticos, que podría no ser de Ghislandi. A la fiscalía no llegó ninguna presentación formal ni nadie nos informó oficialmente sobre esa circunstancia. De cualquier manera, esto no modifica el fondo de la causa: haya sido pintada por Ghislandi o por otro artista, se trata de una obra expoliada al galerista neerlandés durante la Segunda Guerra Mundial”, comentó el fiscal Carlos Martínez a La Nación.

Según se desprende de la investigación a la que tuvo acceso 0223, el cuadro en cuestión pasó de mano en mano por distintos miembros de la familia Kadgien hasta llegar a Friedrich. Inicialmente, fue adquirido por Leonore Berthold, cuñada del agente de la SS, el 25 de noviembre de 1943, al Museo Wallraf-Richartz de la ciudad de Colonia, en plena Segunda Guerra Mundial.

Al fallecer, el cuadro quedó en posesión de su hermana Augusta Ana Sofia Hildegarda Bertholdt, cónyuge de Kadgien, quien falleció el 30 de mayo de 1965 en Argentina. A partir de esa fecha, la obra pasó al patrimonio de Federico Gustavo Kadgien, nombre con el que el financista ingresó al país. Tras su muerte, el 6 de junio de 1979, con tan solo 14 años, Patricia Kadgien recibió como heredera una serie de valiosos bienes, entre ellos, la obra de arte.

Ahora, se aguarda por la realización de las pruebas de Carbono 14, estratografía del lienzo, estudio fotográfico comparativo y un cotejo de rostro autenticado.