Brujas de la Tierra: Un viaje de iniciación y renacer ancestral
Brujas de la Tierra, la nueva novela de Germán Barrios, recupera la memoria del pueblo Selk'nam, exterminado en un brutal genocidio. Akene, una joven fueguina, emprende un viaje de iniciación que la conecta con sus ancestros Selk'nam, confrontando el peso de un pasado trágico y la fuerza de un linaje que se resiste al olvido.
Brujas de la Tierra (Editorial De l'aire – 2025) es más que una novela, es un puente entre un pasado arrasado y un presente que se resiste al olvido. La segunda novela del psicólogo y docente universitario Germán Barrios sumerge al lector en un universo donde la fantasía y la cruda realidad se entrelazan a través de los ojos de una adolescente. Ella debe reconciliar su identidad moderna con su ancestral legado Selk'nam.
La historia sigue a Akene, una joven fueguina cuyo nombre significa "noche" en la lengua de su pueblo originario. A pesar de ser una chica de su tiempo, Akene vive con el estigma de la discriminación, un peso que afecta mucho más a su madre, quien reniega de sus raíces. El conflicto estalla cuando Akene, ajena a las tradiciones de su pueblo por no haber sido criada con su cultura, comienza a recibir un llamado ancestral, el mismo que, según la mitología, recibían las chamanas Selk'nam. Este llamado la guía hacia el Xarchisquepar, el "bosque oscuro", un lugar mitológico que, lejos de ser un simple escenario, se convierte en el epicentro de un viaje de iniciación.
La trama, ambientada en el presente, se despliega a partir de la pregunta que Akene se hace una y otra vez: "¿Por qué yo?". Sin entender lo que le sucede, la joven se ve obligada a enfrentar una serie de experiencias paranormales que la conectan con su linaje y con el renacer de su pueblo. En este viaje, la novela profundiza en las complejas relaciones filiales, explorando la problemática relación entre Akene y su madre, y el profundo vínculo que la une a su abuela. Según Germán Barrios, su experiencia de más de 20 años trabajando con adolescentes le permitió "ponerse en la piel" de su protagonista y capturar con autenticidad su visión del mundo.
- ¿Hay alguna cuota de fantasía en el desarrollo de la historia o estas comunidades hoy en día siguen sosteniendo este legado?
- El pueblo Selk'nam, nativo de Tierra del Fuego, sufrió un trágico destino. Si bien el censo de 1989 declaró la muerte de la última mujer con sangre Selk'nam, y la última hablante de la lengua falleció en 1976, sus descendientes hoy luchan por recuperar su herencia cultural. El declive del pueblo se precipitó a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando el gobierno nacional concedió vastas extensiones de tierra fueguina a un emprendimiento ganadero británico. El decreto que autorizó la concesión incluía la terrible orden de "limpiar la tierra de indios". Para llevar a cabo este genocidio, los británicos contrataron a cazadores de nativos de Estados Unidos, experimentados en la caza de pueblos como los Apaches y los Sioux. Estos mercenarios, armados con rifles Winchester, se enfrentaron a un pueblo que vivía en la edad de piedra, usando flechas de hueso y piedra. En tan solo 50 años, la población Selk'nam, que en su apogeo alcanzaba unas 4,000 personas, fue prácticamente aniquilada. Los sobrevivientes fueron empujados hacia la cordillera y el mar, o capturados. Las mujeres y los niños que se salvaron de las masacres fueron llevados a misiones cristianas, donde se les obligó a renunciar a su religión, a su lengua y a sus costumbres. Este brutal proceso de aculturación, desprovisto de toda visión antropológica, arrasó con la identidad de los Selk'nam. Hoy en día, existen comunidades de descendientes en Chile y Argentina que exigen que los libros de historia dejen de considerar a su etnia como exterminada y reconozcan que fue víctima de un genocidio. Están haciendo un gran esfuerzo por recuperar su cultura, mitos y tradiciones, que en gran parte se perdieron al no tener escritura propia. Aunque la lengua Selk'nam no tiene hablantes fluidos, se conservan algunas palabras y fragmentos de su rica tradición oral, como el mito de que son "hijos de la Tierra".
Los propósitos del libro
La novela no se centra en el genocidio, pero su contexto histórico es un pilar fundamental. A pesar de este trágico trasfondo, el autor opta por enfocarse en el renacer, rescatando los mitos y la cosmovisión de un pueblo que fue silenciado. Brujas de la Tierra se nutre de mitos como el origen del pueblo Selk'nam, nacidos "del barro fecundo" de la tierra, y el relato de la ceremonia del Hain, un rito de iniciación. Para Barrios, era crucial incluir elementos como el mito de la gran diosa femenina, Kre, para ofrecer una visión más contemporánea y no repetir la perspectiva patriarcal de la época.
- ¿Qué propósito querés que tenga el libro en las manos de un lector?
- Por un lado, desafiar la idea de que los pueblos originarios son una especie de reliquia viva, algo separado de nuestra sociedad. Su historia es completamente actual y, a través de ella, aborda problemas que el pueblo Selk'nam sufrió en el pasado y que lamentablemente persisten: la discriminación, ser vistos como un estorbo para el progreso y el odio hacia todo lo que representa un pueblo originario. Este es uno de los objetivos principales del libro. La intención no es dar un mensaje moralista, sino que el lector se sumerja en la piel de Akene para que vea la realidad a través de sus ojos y entienda por qué es necesario reaccionar. Además, busca dar una primera visión de un mundo mágico con una cosmovisión completamente diferente. Según la creencia de los chamanes, y esto coincide con otros pueblos, el espíritu y el cuerpo son uno solo. La curación, por lo tanto, es siempre una cura integral. Esto hacía a los chamanes tan importantes: reunían la medicina y la religión en una sola persona, un poder inmenso.
La novela, que comenzó a escribirse de manera espontánea tras un viaje inspirador, incluye al final un glosario de términos Selk'nam para contextualizar la historia. Además, lleva un código QR que enlaza a un documental sobre la cultura Selk'nam, un valioso recurso que enriquece la experiencia del lector. En un mundo donde la memoria a menudo se borra, la historia de Akene se alza como un eco poderoso. Es un llamado a reconocer que la magia y la resiliencia no están solo en los mitos, sino en la sangre de quienes resisten y reconstruyen su historia. Se trata de una lectura necesaria para entender que las viejas heridas aún duelen y que la lucha por la identidad sigue tan viva como la magia en los bosques fueguinos.
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