Inidep: anarquía, inactividad y ladrones

Deudas y reclamos que nos se saldan, barcos que no navegan, campañas que no se hacen y víveres que desaparecen. Las postales que regala el principal instituto de investigación pesquera del país.

El Inidep no tiene un director a cargo desde hace un seis años, cuando renunció Enrique Mizrahi

6 de Noviembre de 2014 08:48

En el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) habita el relato de un modelo oficial que duplicó su presupuesto en los últimos seis años y lo llevó casi a los 80 millones de pesos, recategorizó a sus técnicos e investigadores y planea mejorar el equipamiento para desarrollar el programa Pampa Azul a partir del verano 2015, que busca poner en valor la riqueza del Mar Argentino.   

Pero en el edificio de ladrillo a la vista, sobre la Escollera Norte, también convive otra realidad que atraviesa al organismo madre de la investigación pesquera argentina. No hay un director en funciones. Hace de tal el jefe de los investigadores. Los tres barcos hace meses que no realizan ninguna campaña, hay demandas insatisfechas con el personal embarcado. Y la frutilla del postre: el mes pasado, luego que se suspendiera la ultima travesía, se robaron los víveres adquiridos para el viaje.

El Inidep asesora a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, al Consejo Federal Pesquero y a la Cancillería Argentina en el uso racional de los recursos sostenibles con el objetivo primordial de preservar el ecosistema marino.

Para cumplir con dicho objetivo efectúa estudios sobre la dinámica de las poblaciones de peces, crustáceos y moluscos de interés pesquero y realiza investigaciones ambientales que incluyen aspectos físicos y químicos del mar.

Pero los buques “Eduardo Holmberg”, “Capitán Oca Balda” y “Eduardo Cánepa”, desde marzo pasado no cumplen con la misión básica del instituto por atravesar diferentes problemas mecánicos. Se trata de embarcaciones que han cumplido largamente su vida útil y deben ser sometidos a reparaciones frecuentes.

En este tiempo se tacharon campañas vitales para conocer el estado de los recursos: calamar, global de merluza, pre reclutas de langostino, caballa… la última en cancelarse fue la de anchoíta, que hubiese permitido despejar un par de dudas:  la demora en el inicio de la zafra y el tamaño pequeño de los ejemplares que dominaron los desembarques.

En noviembre del año pasado el Inidep llamó a licitación de 18 mil horas hombre para el mantenimiento de las embarcaciones.  Astillero Unión cotizó a $120 cada una, muy por debajo de lo presupuestado por SPI Astilleros y Tecnopesca (TPA).

El plan permitía al Astillero dar a terceros aquellas áreas donde no contaba con personal especializado propio. Incluso habían acordado con un varadero en Dock Sud poder poner en seco los buques y romper la hegemonía de SPI, que domina el mercado y cobra lo que se le antoja.

Pero como suele pasar en estos casos, el proceso licitatorio se embarró y nunca se adjudicó. Sin licitación, Unión fue seleccionado para reparar el Capitán Cánepa, el barco más chico y viejo del organismo. No le pagaba el Inidep sino la Fundación Argeninta, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. El barco está terminado pero de los 180 mil pesos facturados por la reparación integral, la fundación apenas liberó el primer pago, por menos de 40 mil.

En el astillero están tratando de apurar el resto del pago para saldar deudas y pagar salarios a los 15 obreros que intervinieron en las tareas. Los 200 cheques rechazados que tiene Argeninta en las últimas semanas no son un aliciente que les permita guardar muchas esperanzas.

Con el “Holmberg” deberían haber completado las dos etapas de la campaña global de merluza. La travesía más importante para determinar recomendaciones de captura. Acá el problema es que no llegan los repuestos importados de la caja reductora del motor principal. Los trabajos los está realizando TPA y confían en poder tenerlo terminado en el transcurso de este mes.

Antes que accedieran a la lista de cheques rechazados de Argeninta, en Unión se aprestaban a reparar el “Capitán Oca Balda”. El barco del medio del Inidep (más grande que el Cánepa y más chico que el Holmberg)  debe ser modificado en su estructura para adosarle dos grúas hidráulicas por banda que le permitirán modernizarse y aumentar las prestaciones con vistas al lanzamiento del programa Pampa Azul, que se hará en febrero próximo.

La cotización de los trabajos superó el millón de pesos. Junto con el presupuesto, desde el astillero entregaron una animación de cómo quedaría el buque con las reformas. Pero el mismo día que estaba previsto arrancar con la obra, desde la Gerencia de Armamentos y Buques del instituto les avisaron que todo el proceso iría por licitación.

Si en el Inidep se roban los víveres de las campañas que se suspenden, la confidencialidad de un presupuesto, con video incluido, tiene menos vigencia que los síntomas de los tripulantes que se hicieron pasar por sordos para cobrar la indemnización de la ART. Esa es otra historia curiosa que regaló el Inidep y marca el grado de impunidad con que algunos se manejan, amparados bajo el Estado como patrón.

El robo de los víveres quedó plasmado en las cámaras de seguridad que monitorean la actividad en el muelle de la Base Naval. En la filmación se observa que aparece un utilitario y la guardia del Oca Balda comienza a cargar vituallas, principalmente, carne. Unos 70 kilos. La campaña de anchoíta no se haría y la tripulación no necesitaba nada que consumir. Las obras de remodelación en el Oca Balda no habían comenzado pero el buque arrastraba un problema en la bomba hidráulica del guinche de pesca.

Que la noticia del robo fuera publicada el martes en Revista Puerto y al día siguiente desde el Inidep hicieran la denuncia en Prefectura, es mera casualidad. Y ya sabemos que no hay casualidades en el puerto marplatense. El Inidep no tiene un director a cargo desde hace un seis años, cuando renunció Enrique Mizrahi. La firma responsable es la del Subsecretario de Pesca, Miguel Bustamante.

Hallar a los ladrones de víveres no resultará más dificultoso que revisar el libro de embarque. Pero nadie es optimista en sanciones ejemplares. El Simape representa a la mayoría de los tripulantes en los buques de investigación y a los observadores de a bordo. Junto con los otros gremios de oficiales, mantiene una puja con Bustamante por recomposiciones salariales. Como no hay barcos disponibles, nadie en la Subsecretaría se apura en subir la oferta.

El relato oficial indica que el BID aportará 30 millones de dólares para el “Programa de Desarrollo Pesquero y acuícola sustentable” y el tesoro nacional otros 25 millones para la ampliación del Inidep, la creación de estaciones satélites en la Patagonia y la adquisición de dos nuevos buques de investigación. Los objetivos se han planteado cumplir en el 2018.

Por ahora deberemos conformarnos con esta otra película, dominada por la anarquía, la inactividad y los ladrones en primer plano.