Hacían secuestros virtuales desde la cárcel: los condenaron a 6 y 7 años de prisión

Los hechos ocurrieron en noviembre de 2013. Carlos Lozano y Cristian Burges contaron con la participación de cómplices que no fueron identificados.

Foto ilustrativa.

28 de Abril de 2016 08:20

Por Redacción 0223

PARA 0223

Dos sujetos que cometieron varios secuestros virtuales desde el interior de la Unidad Penal 15 de Batán fueron condenados a penas de entre seis y siete años y medio de prisión tras un juicio abreviado. Para cometer -e intentar- varios hechos entre el 1 y el 5 de noviembre de 2013, contaron con la ayuda de cómplices que no pudieron ser identificados.

“De forma coordinada y distribuyéndose sus roles” –según cuenta la sentencia a la que tuvo acceso 0223- ambos sujetos llamaban desde el interior del penal con celulares que tenían en su poder y simulaban ser funcionarios policiales para amenazar a sus interlocutores. En todos los casos indicaban que tenían a algún allegado secuestrado y que se abstuvieran de denunciar el hecho porque estaban vigilando la vivienda.

Carlos Lozano y Cristian Burges tuvieron apoyo externo que les facilitó los celulares, los chips, que hacía las recargas de saldo y que les facilitó listados telefónicos de los que sacaban los números fijos y datos de los titulares de las líneas. Según los investigadores, esos mismos cómplices son los que cobraban los “rescates” cuando la maniobra era exitosa.

De los cinco hechos que se le imputaron, los delincuentes pudieron cobrar solamente un rescate cuando se comunicaron con un niño de 11 años al que convencieron que tenían privada de la libertad a su madre. En esa oportunidad los cómplices retiraron una consola de juegos, una computadora, una caja de municiones y 400 pesos.

La coautoría de Lozano y Burges en cinco hechos quedó probada con las testimoniales recabadas, los elementos secuestrados y los informes periciales sobre los teléfonos secuestrados en las celdas. Tras descartar cuestiones eximentes y atenuantes, el juez Alfredo De Leonardis consideró agravantes la reiteración delictiva y la condición de menor de edad de una de las víctimas.

Al considerarlo autor penalmente responsable de los delitos de coacción agravada, extorsión en grado de tentativa, extorsión y amenazas agravadas por ser efectuada en forma anónima se condenó a Cristian Burges a la pena de seis años y seis meses de prisión. En el caso de Lozano, la pena fue de siete años y medio ya que también se probó su participación en tareas de inteligencia en un robo calificado cometido días más tarde.