Mató durante una pelea navideña: lo condenan a tres años de prisión

Un sujeto que durante los festejos de Navidad hace dos años y en el marco de una pelea vecinal asesinó de un disparo a una joven de 17 años fue condenado a tres años de prisión al considerarlo autor jurídicamente responsable de homicidio agravado por el uso de arma de fuego cometido en estado de emoción violenta. 

Los jueces Néstor Conti, Jorge Luis Rodríguez y Alexis Simaz condenaron tras el debate a Diego Elías Zayas a una pena en suspenso "atento el carácter de primario que posee el encausado, el buen concepto vecinal del que goza y los nocivos efectos del encierro carcelario de corta duración" siempre y cuando "el nombrado cumpla durante el término de la condena con la regla de fijar residencia y someterse al control del Patronato de Liberados". 

Según la sentencia a la que tuvo acceso 0223 quedó probado durante el debate que la herida que provocó la muerte de Sofía Ponce el 27 de diciembre de 2011 se produjo dos días antes durante una pelea vecinal durante los festejos navideños cuando el condenado arribó al lugar munido de una pistola calibre nueve milímetros y efectuó tres disparos, hiriendo de gravedad a la única víctima. 

De acuerdo a los diferentes testigos esa medianoche hubo una verdadera batalla campal entre dos familias antagónicas contra el alambrado que separa la casa de José Zayas de la vía pública. El enfrentamiento terminó cuando "apareció en escena el imputado -convocado telefónicamente por la dueña de casa- quien le disparó a la cabeza a Sofía Ponce que no estaba participando de la pelea. 

En el medio del debate, entre versiones, olvidos y contradicciones quedó claro que la mayoría de los presentes en el lugar participaron de una reyerta que culminó con la vida de, precisamente, una de las personas que no tomaban parte de ella y que Zayas arribó al lugar tras un llamado de su cuñada en el que comentó que estaban por matar a su hermano. 

Al recibir la comunicación,  Zayas subió a su camioneta y se dirigió raudamente a la casa de su hermano José, distante a unos 250 metros, a la que llegó armado, frenando bruscamente y bajando con una pistola en su mano. Minutos después en esa misma camioneta llevaría a la víctima para su atención en el Hospital Regional. 

Según indicó el fallo, lo sucedido entre el llamado telefónico pidiendo ayuda hasta el traslado de la víctima al hospital "son circunstancias que justifican claramente el estado emocional (violento) sufrido por el imputado aquella noche". El veredicto condenatorio se resolvió por unanimidad.