Millones de un lado, frases estridentes del otro: habemus campaña

22 de Marzo de 2017 20:11

Todavía faltan varios meses para que la campaña de cara a las elecciones 2017 comience formalmente, pero las fichas ya comienzan a moverse de un lado y del otro. Esta semana, por caso, hubo varios episodios que confirman que la mirada ya está puesta en octubre –aunque algunos no deben perder de vista el cierre de listas de junio, ni las Paso de agosto-.

Carlos Arroyo comenzó la semana con buenas noticias para una gestión poco acostumbrada a ellas: tras una reunión con el viceministro del Interior, Sebastián García de Luca, anunció que el gobierno nacional aportará 79 millones de pesos para pavimentos en los barrios periféricos de la ciudad y otros 36 millones para la construcción de viviendas sociales a cargo de cooperativas.

El primer tema está pensado estratégicamente para recuperar muchos de los votos que Arroyo perdió en este año y tres meses de gestión. El tema del estado de las calles, aunque está lejos de ser uno de los principales problemas de Mar del Plata, es uno de los que más altera a la sociedad local. Y dar respuesta allí puede sumarle puntos importantes. Lo sabía Gustavo Pulti, que en época de elecciones intensificaba las obras en las calles. Sin embargo, en la última elección le jugó en contra, pues intentó realizar más obras de las posibles. Lo que en un principio era satisfacción por el arreglo de determinadas calles, mutó en enojo por las demoras y los cortes en distintos puntos de la ciudad.

Son habituales los exabruptos de Arroyo cuando enfrenta a los medios de comunicación y dice barbaridades políticamente incorrectas –en muchos casos porque así lo siente-, pero no fue casual que este miércoles, por Canal 8 –la pantalla de mayor alcance en la ciudad- dijera que siente “vergüenza” por el estado de las calles. Asumir un problema con 79 millones de pesos para comenzar a solucionarlo resulta una buena estrategia. Por caso, si logra que la diagonal Vélez Sarsfield abandone el estado de inundación permanente que exhibe desde hace años en esa zona seguramente se gane más de un voto.

Los millones para las viviendas sociales también vienen a colaborar (bastante desde lo simbólico, aunque insignificante en números concretos) con un problema de larga data en Mar del Plata: el déficit habitacional. Además, entregarle la construcción a las cooperativas le permitirá descomprimir algo la tensión social que en este mes de marzo creció significativamente en la ciudad.

Estos anuncios pueden ser un buen impulso –si se concretan y no quedan solo en promesas- para una gestión que no tiene demasiados logros propios para exhibir. Sin embargo, el jefe comunal todavía debe resolver varias cuestiones que le inclinan la balanza hacia el lado negativo.

Las secretarias Silvana Rojas (Cultura) y Ana María Crovetto (Educación) parecen turnarse para estar en el centro de la polémica. Hace poco más de un mes, luego del escrache en la entrega de los Estrella de Mar, todos los cañones apuntaban a Rojas y día a día había una nueva voz que reclamaba su renuncia. Sin embargo, nada cambió y la funcionaria, del riñón del Pro, se sostiene en su cargo, al menos por ahora.

Ahora, tras la intervención en la Escuela Secundaria 205, las miradas viraron hacia Crovetto. Hasta el momento, logró evitar ir a dar explicaciones al Concejo Deliberante y ser interpelada por el cuerpo legislativo. Pero esas maniobras le están costando caro a la funcionaria, de la que prácticamente nadie habla bien, y también a Arroyo. 

A diferencia de Rojas, Crovetto goza de la confianza del jefe comunal que en las últimas horas hizo férreas defensas de su gestión y arremetió contra aquellos que la critican. Ya son varios los funcionarios que le manifestaron al jefe comunal que la gestión educativa en Mar del Plata es pobre. Tal vez sea hora de que los más cercanos al intendente (que son muy pocos) le insistan para que le dé una salida a la exinspectora educativa.

Tanto la salida de Crovetto como la de Rojas sonaron fuerte luego de que Arroyo anunciara que a mediados de marzo confirmaría cambios en su gabinete. La fecha anunciada ya pasó y, hasta el momento, los cambios son apenas maquillaje que no alcanzan a tapar las imperfecciones de una gestión gastada en varias áreas.

 El nombramiento de Fernando Telpuk como secretario de Seguridad fue sorpresivo para el propio Telpuk que no había hablado del tema con el jefe comunal. Pero más allá de esa extravagancia, lo cierto es que pondrá en papel algo que ya se daba en los hechos con 15 meses de demora.

El otro cambio es peor aún. Stella Maris Marinier debió abandonar la delegación de Sierra de los Padres acusada de maltratar a los empleados y sin darle respuesta a la población del lugar. La gran idea de Arroyo fue darle un cargo en el que deberá interactuar con todas las sociedades de fomento de Mar del Plata y todas las ONGs. Suena ilógico.

Mientras la gestión municipal navega entre los anuncios esperanzadores y los problemas cotidianos, algunos dirigentes de la oposición que buscan instalarse para octubre comenzaron a intensificar su presencia mediática a como dé lugar.

Marcelo Artime, uno de los precandidatos de Acción Marplatense, se lanzó el último viernes con un acto en el club River, junto al exintendente Gustavo Pulti, y el otro precandidato del partido Leandro Laserna. Aquel día planteó que en octubre se dirimirá entre “Arroyo o un equipo con proyecto de ciudad”. 

Sin embargo, este miércoles el exsecretario de Gobierno, entre otros cargos, redobló la apuesta y salió con un planteo estrambótico: “Voy a pedir  una Junta Médica que dictamine sobre la salud del intendente. Quiero saber si el señor Arroyo está bien, si está en condiciones de gobernar”. El mensaje, de poco sustento en los hechos, estuvo apuntado solo a los medios para instalar su nombre, apoyado en esa vieja idea de lo importante es que hablen de mí, no importa si bien o mal.

Con algo más de tacto, el otro dirigente que reapareció tras más de un año de silencio es Ariel Ciano. Desde la derrota electoral de 2015, en la que él no integró ninguna lista, el exfuncionario de la gestión Pulti decidió alejarse de la arena política y esperar. Tras analizar varias posibilidades, finalmente aceptó el ofrecimiento de Sergio Massa y de Javier Faroni para convertirse en la figura del Frente Renovador en Mar del Plata. A partir de ese salto, el extitular del Concejo Deliberante también comenzó a multiplicar sus apariciones en los medios y a opinar ante cada hecho relevante que se produce en la ciudad.

A fuerza de millones y obra pública, el gobierno nacional y provincial intentan recuperar votos en Mar del Plata para darle impulso al candidato oficialista (todo indica que será Vilma Baragiola). La oposición, especialmente aquellos que no ocupan cargos, exhiben cierta desesperación para enviar comunicados y salir en los medios. Formalmente, la campaña electoral está lejos. Sin embargo, ya comenzó.