Los números que preocupan a Merlini, entre asesores externos y la mesa de Mirtha Legrand

Se mantienen las restricciones en el área de giro para los buques de porta contenedores, que tienen a Mar del Plata como primer puerto cuando debería ser el último. Patricia Bullrich tomó el reclamo y lo hizo público en los almuerzos. Medio millón de pesos para redactar un pliego de licitación que podrían evitarse.

Patricia Bullrich visitó el puerto y escuchó problemas que no terminaron con el dragado.

18 de Enero de 2018 08:28

“Estamos mal… peligran las recaladas futuras a partir de los 7,70 metros de calado en un sector del círculo de maniobras”.

El aviso en forma de email se emitió en las últimas semanas del año pasado desde la naviera MSC y tuvo múltiples destinos. La Terminal de Contenedores Dos, agencias marítimas, prácticos del puerto, la Gerencia General del Consorcio y también Maersk Line, como para que la competencia también se ponga al tanto de los inconvenientes que siguen sin resolverse a pesar del dragado.

El domingo pasado, el “Saturn” que operan los daneses dio una pista irrefutable que los problemas son más graves. Cuando abandonó el puerto, cargado con 90 contenedores no siguió la ruta hacia el norte, sino hacia el sur.

Mar del Plata se ha convertido en la primera escala del servicio que une Montevideo o Navegantes, Brasil, con los puertos patagónicos. La carga refrigerada de la industria pesquera salen una semana de paseo.

La estación marítima local debería ser el último puerto, pero es el primero para que el buque no entre tan cargado y el giro en el área de maniobras no se convierta en una odisea que puede trastocar la logística del flete marítimo.

En el comercio exterior el tiempo es dinero. Pretender incrementar el movimiento de cargas desde Mar del Plata cuando para que salga un barco hay que mirar el horizonte y chequear la velocidad del viento, si todavía hay luz natural o ya se hizo de noche, es una misión imposible. Nadie invertirá en un puerto diurno y operativo solo en pleamar.

El problema de falta de profundidad en el sector de maniobras fue advertido por los propios trabajadores de TC2 el sábado cuando cayó de sorpresa Patricia Bullrich con el Saturn todavía amarrado y sin salir porque se había levantado viento.

Al relato paradisíaco que transmite el Presidente del Consorcio sobre la realidad portuaria le brotó un cuestionador impensado. El sábado Patricia Bullrich recorrió al muelle de ultramar a ver cómo era la operatoria y el proceso de control del personal de Aduana.

La visita de la Ministra de Seguridad tomó a todos de sorpresa.  Al punto que la recibió el Jefe de la Plazoleta. Al otro día la Ministra anticipó que hablaría con Guillermo Dietrich para intentar resolver la situación.Merlini hubiese preferido otro escenario para plantear el problema y no la mesa de Mirtha Legrand.

El Ministro de Transporte de la Nación todavía conserva un buen concepto del Presidente del Consorcio. Más ahora que acaba de contratar a uno de sus asesores en temas portuarios para que redacte el pliego de bases y condiciones de la licitación de la plataforma logística en el predio de los silos, que todavía se mantienen en pie.

Marcelo Requena es arquitecto y está al frente de la Gerencia de Obras y Servicios del Consorcio Portuario desde hace varias décadas. Parece una figura decorativa. Si él  no puede elaborar el pliego podría pedir ayuda a su par de la Subsecretaría de Puertos.

Nada de eso. El trabajo en equipo, como le gusta decir a Merlini cuando habla de sus logros: mantener la boca del puerto sin de sedimentos y más metros libres para la operatoria portuaria, pierde por goleada.

Parece que no hay equipo capaz de vencer a la asesoría externa. Juan Larrague es ingeniero civil con un post grado en ingeniería portuaria. Integra el equipo de profesionales que asesora a Dietrich y con quien Merlini se reunió un par de veces. Incluso se lo presentó al Directorio.

Juan Larrague encabeza Larrague & Asociados, estudio de ingeniería portuaria, y el presupuesto por el servicio de consultoría que le envió al Consorcio asciende a los 550 mil pesos. El Directorio, ya completo con la oficialización de Darío Sócrate en su doble rol de representante del Municipio de Balcarce y de flamante Gerente de  las empresas integradas de CEPA, se dispone a aprobarlo.

Merlini tiene otros números que lo desvelan. En declaraciones periodísticas esta semana adelantó un par de datos de la última etapa del dragado de mantenimiento que harán sus amigos de Canlemar con la draga Omvac 10 en el segundo semestre del año.

En radio Mitre Mar del Plata se cuidó de no anunciar plazos de obra como para no repetir el error del año pasado cuando anticipó que eran 90 días corridos para remover 430 mil metros cúbicos y terminaron siendo 161 días para extraer 670 mil metros cúbicos.

Ahora Merlini dijo que el objetivo del dragado 2018 será remover 300 mil metros cúbicos. Suponiendo que esta vez sí acierte con el plan de obra, el Consorcio deberá afrontar el pago de los 240 mil metros cúbicos que los españoles no cobraron todavía del año pasado.

A 8 dólares el metro cúbico removido, el Consorcio Portuario tendrá que afrontar con sus propios recursos, como le gusta decir a la autoridad portuaria, el pago de 4,3 millones de dólares por el nuevo dragado y lo que quedó pendiente del 2017. A plata de hoy, más de 80 millones de pesos.

Además de los honorarios de Larrague, el Directorio del Consorcio estuvo inmiscuido con otros números un tanto más aciagos. El presupuesto del 2018 contempla los mismos fondos del año pasado más un 17% por una inflación que fue casi del 25%.

El Directorio no publica las Actas de las reuniones de directorio, muchos menos el presupuesto. Distintas versiones marcan que el año pasado rondó los 130 millones de pesos. Este año rondará los 150 millones y tendrá una caja nueva: los  540 metros nuevos de muelle que Dietrich le entregó a Merlini de la Base Naval.

Pero más de la mitad de los recursos se los llevaran los amigos dragadores, amigos de Merlini. Aunque puede estirar los plazos de pago. Así cualquiera es autosustentable…

Pero si con estos números Merlini logra pagar sueldos, ampliar servicios, mejorar la infraestructura y quedar al día con Canlemar,Merlin, como lo han bautizado algunos operadores y permisionarios portuarios, dejaría de ser solo humo y efectos especiales. Se convertiría en un verdadero mago.