Tony, el Lobo de Mar de las nototenias

Los buques congeladores de Antonio Solimeno declaran elevados volúmenes de nototenia, un recurso que nadie más tiene como especie objetivo. Ellos tampoco: la utilizan para subdeclarar merluza amparados en la vigencia de un sistema de control aceitado por la corrupción.

Antonio Solimeno en su fábrica, le enseña a Vidal y a Macri el secreto de su éxito. Foto: Pescare.

25 de Enero de 2018 08:07

Antonio Solimeno es el referente de una de las empresas más importantes de la industria pesquera local. El “Grupo Solimeno” encabeza los rankings de captura de las principales especies, es una de las firmas que también lidera el ranking de exportaciones y acaba de comprar los tres barcos de la uruguaya Fripur. 

Ya tiene otros barcos: congeladores, fresqueros, poteros (pescan calamar) y cuenta con tres plantas procesadoras donde obreros registrados bajo convenio colectivo y también del anexo Pyme, procesan la materia prima que llega del mar y le suman valor. Una empresa modelo.

En estos últimos años Solimeno ha sabido ganarse una reputación en la industria como un empresario serio e innovador a partir de la inversión millonaria para recuperar lo que en otra época fue Zanella Mare en Pescadores y Ortíz de Zárate, para convertirla en una fábrica modelo con tres líneas de producción de empanados, listos para el consumo.

Pero Solimeno esconde miserias. Hace trampa. O sigue haciendo trampa como en los años 90 cuando con la triangulación de permisos de pesca de dudoso origen pudo ampliar la flota y acceder a buques congeladores. Ahora con la cuotificación de la merluza hubbsi se las ingenia para que esas cuotas se estiren a límites insospechados. 

Esta semana en Revista Puerto expuse la particular atracción que los barcos congeladores de Solimeno tienen sobre la nototenia, particularmente la ramsayi, la más abundante que aparece como fauna acompañante de la merluza.

La nototenia no tiene casi valor comercial. Su tamaño es irregular, con preponderancia a ejemplares chicos. Nadie pesca nototenia como especie objetivo. En la industria se la conoce como “chanchito” y si aparece en las redes de pesca, se la tira al agua sin mucho remordimiento. Fuera de la milla 201 la pescan los españoles y el filet de entre 80 y 100 gramos vale 1400 dólares la tonelada.

A contramano del resto de la industria, Solimeno pesca nototenia. Muchísima según declara en los partes de pesca de sus barcos “Navegantes”, “Luca Mario” y “Ponte de Rande” con los que mayormente pesca merluza, calamar, abadejo y merluza de cola, especies más rentables y redituables que el “chanchito”. 

Pero Solimeno pesca nototenia. En realidad dice pescarla en las declaraciones juradas de los partes de pesca. Es la radiografía con el detalle de lo que pescó el barco durante el tiempo que duró la marea. 

Esa información es convalidada por un observador a bordo y un inspector de pesca que depende de la Dirección de Control y Fiscalización de la Subsecretaría de Pesca. Es el responsable de fiscalizar la descarga del buque cuando llega a puerto. Eslabones de control corroídos por una corrupción que a pesar del cambio de gobierno se mantiene inalterable. 

Recientemente galardonado con el Lobo de Mar por la Fundación Toledo a la “Trayectoria Empresarial”, Solimeno se especializa en nototenia al menos desde el 2009 cuando los desembarques tuvieron su pico de 16 mil toneladas. 

Tuve acceso a partes de pesca del 2012 y los rendimientos son sorprendentes. El parte 7085 da cuenta de las capturas del  “Navegantes”: 494.418 kilos de nototenia. El parte 6973 reseña la del “Ponte de Rande” y registró 520.221 kilos. Ese año el “Navegantes” dijo pescar 3200 toneladas de Nototenia. En el 2016, con el cambio de gobierno y la promesa del fin de la joda, desapareció de los partes: el mismo barco declaró 57 toneladas.

De todas formas, al revisar el movimiento y declaraciones de descargas de los barcos de Solimeno en ese 2016 brotan algunas perlas que ya se pasan de tan curiosas y singulares. Parece que ocurrieron fenómenos repentinos de sobreabundancia de nototenia.

Por ejemplo, el 19 de diciembre desembarcaron en Mar del Plata el “Navegantes” y el “Ponte de Rande”. Ambos barcos declararon pescar nototenia y coinciden en un mismo rectángulo: 4259 NO Z. Mientras el “Navegantes” declaró 14.968 kilos, el “Ponte de Rande” declaró pescar 100.389 kilos, solo en ese rectángulo.

Nadie pesca nototenia como Solimeno. Los barcos de Valastro o Moscuzza no registran capturas de la especie. El “Fonseca”, de Mattera, registra niveles mucho menores al igual que otros buques factoría de empresas patagónicas. 

Qué dice hacer Solimeno con tanta nototenia. Minced o pasta en bloques de 15 kilos, la cual, supuestamente, es reprocesada en Solimeno Mare para realizar los empanados, el producto final, de la línea de producción a la mano del consumidor. 

El proceso es innovador y generó la visita de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en el 2014, como los principales candidatos de Cambiemos. En la planta produce 25 toneladas por día. Solimeno lidera el negocio del empanado y su competencia se vio obligada a reprocesar pollo o cerdo. Nadie compite con la calidad de sus medallones de pescado. 

Pero los partes de pesca de los factoría de Solimeno no concuerdan con el registro que lleva Senasa del ingreso de materia prima de los buques a las plantas. Las planillas las carga la propia empresa y el organismo de control solo las fiscaliza. 

En la última marea de 2016 del Ponte de Rande, Solimeno declaró casi 70 mil kilos de minced y 7 mil kilos de HGT (sin cola, cabeza ni vísceras). Pero según el parte de esa área el barco declaró 189.473 kilos de minced.

Del "Luca Mario”, en la última de 2016, para los inspectores de Senasa ingresaron 21 mil kilos de pasta y 342 de HGT. El parte de pesca señala otra cosa: 134.629 kilos de minced de nototenia.

Por cada nuevo producto alimenticio que se lanza al mercado interno, el fabricante debe abrir un expediente en Senasa donde detalla el contenido de todos sus ingredientes. Los medallones que fabrica Solimeno y el resto de las empresas que procesan empanados en la pesca marplatense, solo especifican una leyenda que dice “formados de pescado”.

Tampoco hay rastros de nototenia en la página web donde Solimeno detalla los productos empanados procesados en tierra. Figuran patitas de pollo, nuggets de pollo cocrante, milanesas de soja, medallones de pollo, hamburguesas de pollo y bastón de pollo caprese.

Entre los empanados en el mar que destaca la web aparecen: bastones de merluza, formados de merluza, rabas, langostinos empanados, formitas de merluza, filet a la romana, crocantes de merluza, filet empanado, medallones de merluza.

Entre los recursos pesqueros que congela a bordo tampoco figura el HGT que declara que ingresa a planta: figuran calamar, merluza hoki, lenguado, langostino, merluza hubbsi y abadejo.

En Senasa revelaron que la producción mensual de empanados (de todo tipo) que procesa Solimeno en su planta de Ortiz de Zárate es de 120 mil kilos. La empresa ha dicho que procesa cinco veces más. 

“Hoy estamos produciendo alrededor de 500 toneladas por mes de productos casi listos, elaborados en base a merluza, calamar y langostino. Casi el 90 por ciento lo comercializamos en el mercado interno a través de marca propia, Patagonia Mare”, contó Solimeno en la apertura de la tercera línea de producción. No existe la nototenia.

Para que Solimeno pueda disfrazar a la merluza de nototenia en los partes de pesca, no erosionar su cupo y así poder seguir pescando mucho más de lo permitido y autorizado, es necesario que cambien de verdad algunas estructuras de control, o descontrol a decir verdad, que se mantienen intactas en el puerto local. 

Los casos del “Navegantes”, “Ponte de Rande” y “Luca Mario” y las mentiras de Solimeno son de las más burdas, pero existen muchos otros. Hay otros barcos y otras subdeclaraciones maquilladas con otras especies que circulan aceitados por la corrupción. 

Ojalá la obscenidad de Solimeno sirva para que el descontrol que sigue reinando entre los congeladores encuentre su final.