"La vocación no paga la luz ni el gas": la carta de una estudiante en defensa de los docentes municipales

Se la escribió al intendente una alumna de la escuela municipal 210, luego de que Arroyo dijera que la docencia es un "apostolado" e implica "sacrificarse" para justificar la quita de una bonificación que los docentes cobran desde años casi dos décadas.  

Los docentes municipales, en pie de guerra con el gobierno de Arroyo a partir del controvertido decreto. Foto: archivo 0223

9 de Noviembre de 2018 09:43

Por Redacción 0223

PARA 0223

En medio del enfrentamiento del Ejecutivo y los docentes municipales a raíz de un polémico decreto del intendente Carlos Arroyo que le quita una bonificación que los maestros perciben en sus salarios desde 1989, una estudiante de la escuela municipal 210 “Rodolfo Walsh” escribió una conmovedora carta en la que reconoce el esfuerzo que hacen sus profesores a diario.

 “La vocación no les paga la boleta de luz. La vocación no les paga el gas que usan al recorrer la mitad de Mar del Plata para llegar al colegio. La vocación no les pone un plato de comida en la mesa a sus hijos”, sostuvo la adolescente de 18 años, quien dio a conocer el texto luego de que Arroyo, a la hora de defender la controvertida medida, hablara de la docencia como un “apostolado” y dijera que los maestros deben “sacrificarse”

Aquí, el texto completo:

Soy Sofía Salas, tengo 18 años y estoy cursando mi último año de secundaria. Voy a la escuela municipal 210 Rodolfo Walsh, que tiene orientación en comunicación. Cuando comencé cuarto, yo recuerdo que no me gustaba para nada, prefería una orientación que tenga más que ver con lo que quería estudiar en un futuro. Aún así seguí, porque al igual que mis hermanos, mi mamá quería que terminara la escuela ahí. "Es hermosa" decía.

Ahí conocí a dos personas, que sin lugar a dudas, me cambiaron la vida. Dos profesores que hicieron que me gustase, y que además disfrutara de esa orientación.

Tres años en dónde me enseñaron más que solo palabras en un pizarrón. Encontré en ellos algo más, fueron mis profesores, mis consejeros y cuando lo necesite, mis amigos. Esa es la clase de docente que ama lo que hace y tiene vocación.

Pero amar tu trabajo y vivir de él son cosas totalmente distintas. Porque la vocación no les paga la boleta de luz. La vocación no les paga el gas que usan al recorrer la mitad de Mar del Plata para llegar al colegio. La vocación no les pone un plato de comida en la mesa a sus hijos.

Pedir un sacrificio cuando el que no se daña es usted, señor intendente, es muy conveniente. Decir que los alumnos deben anteponerse a lo personal, cuando usted tiene la comida asegurada al final del día es muy fácil.

Estoy avergonzada y apenada de tener que hacer este reclamo. Porque si usted de verdad buscara la igualdad de reconocimiento, si de verdad creyera que debería existir igual remuneración por igual trabajo, entonces buscaría siempre escalar hacia arriba y nunca hacia abajo.