Ana Franchi: “Tenemos más de 10 mil investigadores reconocidos en el mundo pero no eran valorados acá”

Es la segunda mujer que preside el Conicet en la historia. En una entrevista con 0223 se refirió a los principales objetivos de su administración, la recomposición de becas doctorales, la necesidad de incrementar el número de investigadores y el rol de la mujer en la ciencia.

Ana Franchi, presidenta de Conicet, charló con 0223.

28 de Enero de 2020 08:53

Ana María Franchi es doctora en Química Biológica y graduada en Sociología, y se convirtió en la segunda mujer que preside el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en la historia. Verborrágica y de hablar  tranquilo, Franchi no ocultó su entusiasmo por estar al frente del organismo.”Vamos a volver a poner a la ciencia de pie”, dijo,  optimista, en una entrevista con 0223

-¿Cómo encontró el Conicet? ¿Tuvo tiempo de hacer una evaluación?

-Encontré un Conicet con una enorme deuda que dejó la administración anterior. Estamos tratando de empezar. Gracias al apoyo del Gobierno a la ciencia y tecnologías, volvimos a tener Ministerio, tuvimos una reunión con el Ministro de Economía y no tuve que explicarle para qué sirve el Conicet... Estamos tratando de volver al camino de donde la ciencia y las tecnologías jamás debería haber salido y que, sin embargo, se descuidó durante los últimos años. Tenemos más de 10 mil investigadores en todo el país que son reconocidos en todo el mundo, pero no eran valorados y eso es una gran deuda. En este momento tenemos casi el 30% menos de presupuesto, algo así como $6.500 millones menos respecto del 2015 sólo para el Conicet. Además de todas las cosas que fueron sucediendo, fueron un desprestigio.

-¿El plan de Recomposición de Becas Doctorales viene a saldar un poco esa deuda?

-Vamos paso a paso, llevamos poco más de un mes de trabajo. Tenemos muchas deudas con el sector científico tecnológico y es difícil resolverlas todas juntas. Los subsidios, los salarios, que en estos momentos están entre los peores de la región. También tenemos equipamiento obsoleto, las unidades ejecutoras me lo están reclamando.

 

-Siempre se plantea la necesidad de federalizar el sistema científico ¿Tiene pensado abocarse a esta cuestión durante su administración?

-Llevamos 40 días (risas). Tenemos que empezar a pensar proyectos integrales. Es cierto eso de Dios atiende en Buenos Aires. Tenemos centros en las grandes ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario, Mar del Plata y funcionan bien. Pero hay lugares más chicos donde es real que cuesta más todo. Te decía que vamos a trabajar en proyectos integrales porque no podemos mandar a un investigador o una investigadora a una ciudad chiquita para que al tiempo vuelva a su ciudad de origen. Primero, tenemos que hablar con las provincias, saber si están interesadas en recibir científicos para resolver problemas, para reforzar la ciencia y la tecnología. Hay que saber qué demandan y conocer qué es lo que ofrecen. 

-¿Hay algún programa para repatriar a los científicos que en los últimos años se fueron del país como fue el programa Raíces en su momento?

-Raíces está vigente todavía. Hay pocos científicos, es cierto. Pero estoy convencida que cuando el país vuelva a ponerse en marcha y vean que funciona van a interesarse en volver. Pero para generar ese interés primero tenemos que, como dice Alberto, poner Argentina de pie.

- ¿Cuales son los principales objetivos que tiene para su gestión?

-En principio, teníamos dos objetivos claros: primero, aumentar los montos de las becas, que es lo que hablábamos antes y está resuelto, y el segundo objetivo, incrementar los ingresos de investigadores y científicos. Espero acompañar la administración Fernández estos cuatro años y dejar el Conicet funcionando. La intención es que podamos trabajar para ayudar a resolver muchos problemas que tiene nuestro país; continuar desarrollando medicamentos, tratamientos kit de lactosa y lograr que la sociedad, las ong y los diferentes organismos se acerquen al Conicet. Que cuando tengan un problema sepan que en el Conicet hay gente especializada que puede ayudarlos.

-Respecto a los ingresos, ¿cuál sería el número de ingresantes necesario para que el Conicet funcione de forma “ideal"?

-Mirá, el último año hubo 450 ingresos en el área de investigación. Para este año solicitamos 600. También tenemos que pensar en ingresos del personal de apoyo para los grupos de investigación. Solicitamos 150 cargos más para la carrera de personal de apoyo. Pensamos que, si bien no es lo óptimo, vamos a andar mejor.

-¿Tienen pensado implementar algún programa para vincular al Conicet con escuelas o universidades?

-Hay miles de temas, te repito: son 40 días muy intensos. La articulación con las escuelas y las universidades es otra deuda. Este año reabre Tecnópolis, pedimos una reunión con el Consejo Interuniversitario Nacional. No queremos que haya una competencia entre la universidad y el Conicet. También nos interesa tener una relación más fluida con el Inta, y el Inti.

-Hablábamos del área de investigación en Ciencias Sociales antes de comenzar la nota. En el último tiempo fue quizá el sector más criticado.

-Desde el lado mediático, sí. En principio te diría que es por una decisión política de la gestión anterior, el agarrar un paper, leerlo y denostarlo. Porque es lo que entienden, lo que pueden leer, digamos. Con un texto de física cuántica no saben cómo agarrarlo. Pero es verdad que fue un área muy maltratada, llegaron a decir que se estudiaban pavadas, por decirte algo. Sin tener en cuenta que desde las Ciencias Sociales se puede aportar muchísimo para resolver grandes problemas que tenemos hoy. Nosotros lo que queremos mostrar es que desde las ciencias sociales se puede aportar muchísimo a los grandes problemas de la Argentina. Los antropólogos, los sociólogos, los comunicadores, los lingüistas son necesarios para poder trabajar y tener un resultado más acabado.

-¿La ciencia continúa siendo un lugar difícil para las mujeres?

-Empecé hace 40 años y celebro el cambio que se está dando. Si hablás con científicas jubiladas te dicen “nunca me discriminaron” y cuando escuchas cómo trabajaban decís 'les hacían de todo', pero lo naturalizaban. En el Conicet la mayoría de investigadoras y becarias son mujeres, pero los cargos jerárquicos son mayoritariamente masculinos. Sin ir más lejos, en 62 años soy la segunda presidenta que tiene el Conicet y de ocho gerencias, sólo una es mujer.

Las primeras científicas de renombre sacrificaron mucho su vida personal, por lo que hay que tener oportunidades y facilidades para que ahora no retrasen su carrera científica, por ejemplo al momento de la maternidad y vamos a trabajar en eso. Una de las opciones es otorgar becas más cortas, porque una mujer suele tener una carga familiar, que pueden ser los hijos o los padres y tres meses puede ser mucho tiempo. Sigue habiendo micromachismos: cuando una mujer manda un paper tardan más en evaluarlo, por ejemplo. O si -y a mi suele pasarme- ves las iniciales en una investigación, pensás automáticamente que es un varón. Tenemos muchas deudas pendientes y de a poco vamos a saldarlas.