La vacuna de la integración

La producción de la vacuna contra el coronavirus en la región abre un nuevo escenario de cooperación. El rol de Argentina y México en esta nueva normalidad latinoamericana. 

Felipe Solá y Ginés Gonzalez García durante la reunión de Celac.

18 de Agosto de 2020 06:45

Desde el comienzo de la pandemia que se viene discutiendo la necesidad de una mayor cooperación en la región para hacer frente a las consecuencias generadas por este virus que puso al mundo patas para arriba. 

Las diferencias ideológicas impidieron que las estructuras regionales funcionen como base de operaciones para diseñar estrategias comunes en un contexto muy difícil a nivel global. Ningún presidente supo emerger como líder aglutinador de una región que hace tiempo navega a la deriva buscando incentivos. 

Pero llegó la vacuna y el panorama cambió. El acuerdo entre un laboratorio argentino y otro mexicano con AstraZeneca y la universidad de Oxford abrió la puerta para la recuperación de un espíritu colaborativo perdido

De esta forma, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) bajo la presidencia de México adquirió una densidad inesperada y en la reunión virtual de ayer por la tarde 17 países se mostraron agradecidos e interesados por este acuerdo. Es lógico, ¿quién no querrá tener la vacuna que termine con este suplicio de tantos meses?. 

El Canciller Felipe Solá abrió la reunión con una cita al General José de San Martín . "San Martin pensó siempre en solidario no pensó solamente en su tierra e hizo lo que tenia que hacer. Nosotros estamos haciendo lo que tenemos que hacer", sostuvo el funcionario con la espalda ancha del que trae buenas noticias.  

La urgencia de la vacuna hizo que convivieran en un espacio al Canciller venezolano, Jorge Arreaza con los representantes del Grupo de Lima que califican a Nicolás Maduro de dictador. Evidentemente, la gravedad del presente dejó en segundo plano discusiones que vienen paralizando toda posibilidad de articulación. 

La imperiosa necesidad de contar con el arma principal para derrotar el coronavirus ubicó a México y Argentina en el centro del escenario. Tendrán que aprovecharlo al máximo y convertir la necesidad en un plan de acción para salir de la crisis y recuperar mecanismos de trabajo conjunto perdidos en el último lustro. 

Aunque parezca una obviedad, es importante descartar que la decisión de pensar una vacuna como un bien público y como un insumo para toda América Latina es una decisión política que se materializa en el repetido lema "nadie se salva solo". Es una postura bastante diferente a la de Brasil que hizo su propio acuerdo con AstraZeneca a través de un laboratorio estatal llamado Bio Manguinhos que fundó la dictadura y el gobierno de Jair Bolsonaro intentó privatizar, sin éxito. 

Tal como viene planteando la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) la rápida reacción de Argentina y México para pensar en términos regionales la distribución de la vacuna es la demostración de que es posible sumar al sector público con actores privados en la provisión de una vacuna accesible a todos y sin fines de lucro.

Este nuevo espíritu de cooperación no resuelve los problemas de una región que comercia menos entre si y carece de liderazgos y proyectos para insertarse en un mundo que demanda salidas colectivas. No obstante es un incentivo para debatir la importancia de priorizar el espacio común y cuestionar las actitudes unilaterales.

 

América Latina no solo es el epicentro del coronavirus sino que será uno de los continentes mas castigado. Según diferentes proyecciones, la post pandemia dejará una región con más pobres, desempleados y millones de personas sin acceso a servicios básicos. No hay margen para que los países latinoamericanos sigan pensando soluciones individuales que generalmente terminan en procesos de mega endeudamiento en el que el remedio termina siendo peor que la enfermedad. 

Por eso, estamos ante una oportunidad para repensar nuestro sistema de integración sobre la base firme que formó parte de este proceso hasta confirmar la vacuna: comunidad científica calificada, articulación publico-privada, transferencia tecnológica y la voluntad de pensar en términos regionales.  

Los liderazgos tiene los elementos naturales de la geografía y los recursos pero también se construyen en circunstancias extraordinarias, el tiempo dirá si Argentina y México están a la altura de rol que no se propusieron cumplir. Por eso, lo que aparece es un horizonte de certidumbre para planificar proyectos como el ingreso básico de emergencia, un bono contra el hambre, subsidios a microempresas, mayor cooperación multilateral y un nuevo pacto social que incorpore la sostenibilidad ambiental

Además, genera las condiciones para diseñar una unidad realista, pragmática y duradera. Ni más ni menos que pensar desde los zapatos latinoamericanos sin estridencias que embarran mas que lo que ordena. 

Hoy, la diversidad de gobiernos latinoamericanos están juntos en la necesidad y urgencia para lograr acceder a  una vacuna termine con el coronavirus y reavive la llama de una integración que está jodida hace tiempo.