"Vaya despidiéndose de su familia": la amenaza de una organización usuraria

La Justicia Federal reveló detalles de una causa después de avanzar con la detención de un hombre acusado de participar de una banda que cobraba préstamos “gota a gota” a sus víctimas.

Foto ilustrativa: archivo 0223.

12 de Mayo de 2021 18:35

Por Redacción 0223

PARA 0223

Un hombre que había sido víctima de una organización que otorgaba préstamos usurarios bajo la modalidad de cobro “gota a gota”, denunció haber sido amenazado por un sujeto que se presentó en su comercio y, antes de golpearlo en el rostro, le señaló: “Vos nos quedaste debiendo plata hace un año”. Dos días después tuvo otra amenaza en su local, e incluso en el teléfono celular de su esposa recibieron amenazas de muerte. La actuación de la Fiscalía Federal N°2 de Mar del Plata, a través del auxiliar fiscal Hércules Giffi, en coordinación con la Policía Federal Argentina, permitió la identificación y detención del agresor.

Para el representante del Ministerio Público Fiscal, la logística desplegada con miras a amedrentar a una de las víctimas de la causa que ya se encuentra elevada a juicio oral, para la cual se valieron de distintas personas movilizadas en al menos dos rodados diferentes, es demostrativa de “que la organización oportunamente investigada en el caso referido continúa operativa, y cuenta evidentemente con un alto grado de organización”.

Los hechos investigados se iniciaron el 16 de marzo a partir de la denuncia de una de las víctimas de la banda, quien relató que un sujeto vestido con pantalón negro y campera roja, con un casco de moto colocado, había ingresado a su comercio, le había reclamado dinero y lo había golpeado. Tras la declaración testimonial se requirieron una serie de medidas a la Jefatura de la División Unidades Operativas de la PFA, para dar con la identidad del agresor y se puso a disposición del denunciante un abonado de contacto inmediato de la fuerza para comunicarse ante cualquier temor o acontecimiento relevante.

Las tareas de investigación fueron exhaustivas: se identificaron cámaras de seguridad y se logró saber que el acusado poseería como “clientes” a varios locales de las inmediaciones de avenida Colón y calle 206, donde se realizaron también tareas de vigilancia.

Dos días después del primer episodio, el denunciante se comunicó con el personal policial abocado al caso para relatar un hecho similar: otro sujeto a bordo de una moto, cuyo dominio pudo registrar, le había exigido saldar la deuda que tenía. “Esto no queda así”, le dijo el hombre antes de retirarse mientras era fotografiado por la víctima.

Ese mismo día, a través de la mensajería instantánea de WhatsApp, la esposa del denunciante recibió mensajes, uno de los cuales señalaba: “Cuídese la espalda nada más y vaya despidiéndose de su familia”.

“La dinámica del hecho demuestra la gravedad de las conductas desplegadas por (el acusado), quien no solo concurrió al local del testigo del caso principal a amenazarlo (y golpearlo), sino que posteriormente fue otra persona con la misma finalidad, evidentemente vinculada al nombrado. Incluso, estas amenazas continuaron paralelamente a través de mensajería instantánea, pero esta vez, al abonado de su esposa, lo que evidencia, por un lado, el alto nivel de información con que cuenta el nombrado y la organización con la que opera, y la extrema gravedad del hecho que nos convoca”, comprendió el Ministerio Público Fiscal al momento de solicitar la intervención de su teléfono y la detención del agresor.