Celso Arrastía, el femicida serial que asedió a Mar del Plata en el verano maldito de Olmedo y Monzón

El asesino estrangulaba a sus víctimas, les mordía los pezones y guardaba sus prendas de vestir como trofeo. Cuando lo detuvieron, publicó una carta en la que dijo ser un "hombre inocente". Durante su estadía en la cárcel, se cruzó con Uby Sacco, el campeón mundial de los pesos superligeros.

“Fui víctima de la perversidad y amoralidad de la Justicia", aseguró en los medios de comunicación.

13 de Agosto de 2021 08:18

Por Redacción 0223

PARA 0223

Celso Arrastía es un nombre que no pasa desapercibido para los archivos de la historia criminal de Mar del Plata: se trata del único femicida serial - por ese entonces, el concepto no existía y las crónicas policiales enmarcaban cada hecho con los entretelones de un "crimen pasional - que tuvo la ciudad. Fue acusado de violar y matar a cinco mujeres pero la Justicia solamente lo pudo condenar por dos hechos.

Arrastía atacó en los momentos previos a la temporada 1987/1988, una época donde todas las miradas del país y los medios estaban depositadas sobre "La Feliz" ya que en aquel verano, que muchos catalogan como "maldito",  el boxeador Carlos Monzón mató a su pareja, la vedette y actriz uruguaya Alicia Muñiz, y el capocómico Alberto Olmedo murió tras caer de un balcón desde el piso 11 del Maral 39 de la costa.

Foto: cortesía Revista Gente.

El femicida cometió su primer crimen, o al menos el primero por el que lo juzgaron,  el 17 de octubre de 1987. Disfrazado de policía recorría la zona del Torreón del Monje cuando se acercó a una pareja de menores y les pidió el documento. Los obligó a entrar a su auto. Cerca del Acantilados Golf Club, bajó al chico y le disparó en la cara.  Aunque Arrastía lo dio por muerto, el adolescente sobrevivió mientras que la chica, Ana María Palomino, de tan solo 16 años, fue encontrada muerta al día siguiente en el sur, sobre la Barranca de Los Lobos.  

Marca registrada

La policía comprobó que la santiagueña Palomino había sido violada y luego estrangulada con su propia ropa interior. Las características del hallazgo permitieron atar cabos con otro crimen anterior, el de Mónica Susana Petit de Murat, nieta del escritor Ulises Petit de Murat: ella también había sido estrangulada.

Arrastía solía buscar a sus víctimas cerca del mar, en los hoteles alojamientos y en cabarets. La seguidilla de crímenes por la que se lo llegó a acusar fue extensa en poco tiempo: en mayo de 1988, en un hotel de la Terminal, murió asfixiada Nélida Mabel Quintana, de 53 años. Días después, Margarita Inés López, una trabajadora sexual de 29 años, fue asesinada en un albergue transitorio de Santa Fe y Falucho. Y hubo una quinta víctima fatal, que fue hallada en un hotel del barrio La Perla.

Todas las mujeres habían pasado por un ritual perverso: cada víctima era violada y el femicida también se encargada de dejarle la marca de un mordisco en uno de los pezones del busto. El hombre solía llevarse las prendas de las mujeres que asesinaba para guardarlas como "trofeos", lo cual terminó siendo la clave para poder dar con la captura después de que fuera denunciado por su propia novia.

"El asesino está libre y han condenado a un hombre inocente"

Arrastía fue detenido en septiembre de 1988 y condenado un año después por la Cámara Federal de Mar del Plata. La pena fue a 25 años de prisión, pero solo pudieron probar su participación en dos de los cinco asesinatos, el de Palomino y el de López.

Ya preso en Batán, Arrastía escribió una carta que hizo llegar a los medios de comunicación, en la que afirmó: “Fui víctima de la perversidad y amoralidad de la Justicia. No maté a nadie. El asesino está libre y han condenado a un hombre inocente. Sólo mi familia me sostiene y es el único motivo de mi existencia”. 

En la Unidad Penal llegó a conocer al boxeador Uby Sacco, campeón mundial de los pesos superligeros. Más tarde pasó a la Unidad 12 de Baradero. El 31 de agosto de 1995 obtuvo una apelación a su favor y casi logra la libertad definitiva, pero un mes después la Suprema Corte falló en contra.

Arrastía fue el único asesino serial de la historia criminal de Mar del Plata. Porque el llamado "Loco de la ruta", al que le adjudicaban los asesinatos de seis prostitutas, resultó una farsa. Los asesinatos fueron cometidos por bandas mixtas integradas por expolicías y narcos.

Nueva vida de familia en la cárcel

El asesino se casó en la cárcel el 16 de febrero de 2000. Algunas versiones que tomó la agencia de noticias DIB dicen que quería hacerlo el 14, el Día de los Enamorados, pero no pudo. También logró formar una familia y así tuvo tres hijos.

El 17 de noviembre de 2003 su caso llegó a la Corte Suprema de Justicia a través de un per saltum. Sin embargo, el máximo Tribunal lo rechazó y pidió a su par bonaerense que se expida en el menor tiempo posible. La Suprema Corte decidió enviar todo al Tribunal. Tiempo después, Arrastía comenzó con salidas transitorias durante los fines de semana para visitar a su familia en Florencio Varela. Después, las obtuvo para salir a trabajar. Vendía boletos en una empresa de transporte. Y, a día de hoy, nada se sabe del femicida serial, que fue devorado por el olvido.