¿Cuál es el “Plan anti inflacionario” del Gobierno?

Argentina está entre los 5 países con mayor tasa de inflación durante los últimos 40 años. Qué hace el gobierno para terminar con este flagelo. 

Qué plan lleva adelante el gobierno para contener la inflación.

El mes pasado escribí un artículo sobre las principales causas y efectos de la inflación en Argentina. No dudé en afirmar que la inflación es el principal flagelo económico de nuestro país. Basta con citar algunos números para darnos cuenta del tremendo problema que tenemos respecto al nivel general de precios de la economía. Estamos dentro de los 5 países del mundo con peor desempeño respecto a esta variable macroeconómica durante los últimos 40 años.

Es importante saber:

- Argentina tiene la inflación acumulada más alta del mundo durante los últimos 37 años (excluyendo a Venezuela).

- Argentina en 2019 tuvo la tercera inflación más alta del mundo (54%) después de Zimbabue y Venezuela.

- Argentina promedia un 36% de inflación durante los últimos 11 años (2010 - 2020).

- Argentina lleva durante 2021 una inflación acumulada del 25,3% para el primer semestre (ene21 – jun21). Más preocupante aún es el índice de variación interanual del 50%, que nos muestra la continua aceleración de la inflación. Seguramente la inflación del 2021 terminará entre el 47% y el 54%, si todo va por caminos normales. Aunque podría ser peor, si se devalúa el peso argentino después de octubre, se decide descongelar tarifas ó se continúa un sendero descontrolado de emisión monetaria y déficit fiscal. 

 

Los países “prósperos” suelen tener tasas de inflación de entre el 1% y el 3%, mientras que los países en vías de desarrollo (estrato en el que “podría” situarse a la Argentina) suelen presentar niveles de inflación de entre el 4% y el 6%.¿A qué se debe esto? En otro artículo di una extensa lista de las posibles causas de la inflación, pero hoy voy a ser más directo. Las desorbitantes tasas de inflación en Argentina tienen 4 causas fundamentales: una monetaria, una cambiaria, una de costos y finalmente una cultural (la inflación en nuestro país ya se ha convertido en algo inercial).La cultural es consecuencia de las otras aunque se termina convirtiendo en una causa por sí misma. Necesitaremos años de estabilidad de precios para poder eliminar la inflación inercial. Por ende es menester comenzar a combatir las otras causas, principalmente la monetaria. Hay que controlar la emisión y reducir el déficit fiscal.

Muchos otros economistas nos preguntamos: ¿se da cuenta el Gobierno argentino del peligro que representa la inflación existente? ¿Entienden lo difícil que es vivir y sobrevivir en contextos de alta inflación? ¿Por qué no hablan de inflación? Y quizás la más importante de todas ¿Cuál es el plan antiinflacionario del Gobierno?

Para que exista un Plan antiinflacionario, primero debe reconocerse el serio problema que enfrentamos; y luego se lo debe querer resolver.Sin estas premisas, no existiría la necesidad del mencionado plan. Si el Gobierno no considera que la inflación en Argentina es un problemacrucial, pues entonces no generará ningún plan anti-inflacionario; y seguirán haciendo la misma política económica que ha generado el problema. Planteo esto, porque es probable que los funcionarios del Gobierno tengan otra visión sobre esta realidad.

La inflación genera pobreza e indigencia. Otro dato demoledor de la economía argentina son las preocupantes cifras de pobreza, pobreza infantil e indigencia. Argentina tiene hoy en día un 47% de pobreza y un 11% de indigentes. Tristemente 6 de cada 10 niños son pobres en nuestro país. La pobreza y la inflación tienen relación directa. Cuándo en Argentina comienza a escalar la inflación, lo mismo sucede con los índices de pobreza. Además, el rubro alimentos siempre sube un poquito más que la inflación general, inflando los costos de la Canasta Básica Total y de la Canasta Básica de Alimentos, ítems que se utilizan para medir la pobreza y la indigencia en nuestro país. Es de una ignorancia absoluta no relacionar a la inflación con la pobreza y la indigencia. Por lo tanto no atacar la inflación es no intentar reducir la pobreza e indigencia. Como siempre digo, son las capas medias y bajas de la sociedad quienes mayormente pagan el impuesto inflacionario, ya que tienen una propensión marginal a consumir mayor.

Ahora puedo argumentar que si no hay un “Plan anti-inflacionario” es porque tampoco le importa al Gobierno reducir las tasas de pobreza e indigencia. Ante este escenario surge la sospecha de que el incremento de la pobreza es funcional para el incremento del asistencialismo que desarrollan algunos de nuestros gobernantes como políticas de Estado para la captación de votos. Pero es sólo una sospecha, no lo puedo afirmar. También existe la posibilidad que realmente crean que pueden reducir la pobreza imprimiendo y regalando dinero, aunque los datos demuestren lo contrario. Sobre este punto destaco las valientes palabras de Randazzo: “Argentina ha incrementado el presupuesto en materia de planes y cada vez hay más pobres”. Durante el período 2016-2020 -cuando volvieron a publicarse los números de la pobreza luego de la vergonzosa intervención del INDEC-, los gastos destinados a ayuda social se incrementaron un 7,2% en términos reales. En ese mismo período, la pobreza aumentó 11,7 puntos porcentuales y la indigencia, 4,4 puntos. Y lo continuó haciendo durante 2021.

Cómo no existe un plan expreso anti-inflacionario (o yo lo desconozco), estuve pensando en las medidas con las que el Gobierno ha intentado frenar la inflación. Se me vinieron dos a la cabeza. Control de precios y Prohibición de exportaciones de carnes. La primera no dio resultado y nunca ha dado resultado en ningún país del mundo y la segunda generó el efecto contrario al buscado. El precio de las carnes subió un 6% el mes posterior a la medida. En fin, ningún país de la región ni del mundo ha solucionado sus problemas de inflación con este tipo de medidas. ¿Entonces porque lo haríamos nosotros? ¿Por qué nos consideramos especiales? No son más que medidas que hacen mucho ruido, pero generan más problemas que soluciones.

Otra cuestión que me llama la atención es que nunca escuché al Ministro de Economía ni al Presidente hablar sobre el tema de la inflación. También recuerdo como Gobiernos anteriores falsearon los índices de inflación de la Argentina. Si bien el Ministro es experto en temas de renegociación de deuda y parece que se dedica exclusivamente a eso, me encantaría escuchar qué  planes tiene el Ministerio de Economía de la República Argentina para mejorar las 3 variables macroeconómicas básicas de cualquier economía: PBI, Inflación y Desempleo. Reitero, ¿cuál es el plan para incrementar el producto Interior Bruto? ¿Cuál es el plan para generar empleo digno? ¿Y Cuál es plan para bajar la inflación? Sólo he escuchado medidas (paliativas) sobre incrementos de asistencia social y eso como economista me preocupa y mucho. Hay que salir de ese círculo vicioso: Inflación – Pobreza – Asistencialismo. Existe una peligrosa relación entre estas variables.

Es crucial comenzar a pensar seriamente en una reducción del Gasto Público, reducción del déficit, reforma impositiva (para ayudar “de una vez” al sector privado que es quien debe generar empleo) y en una Ley laboral inclusiva que busque incorporar al mercado laboral al 51% de trabajadores que están fuera del mercado formal. El espacio encabezado por Florencio Randazzo ha marcado pautas concretas en estos sentidos, intentando escapar a la dañina grieta política e ideológica que tanto deterioro ha generado en Argentina en los últimos 15 años.

Hay que volver a pensar en una senda de crecimiento y desarrollo que incremente el PIB y reduzca el desempleo. El PIB se incrementa con más producción, o sea con más sector privado.  Para esto es indispensable trabajar en dos frentes: prolijidad fiscal e incentivos al sector privado. No queda opción. Caso contrario, seguirá subiendo la inflación, la pobreza y la indigencia. Está a la vista que la excesiva emisión monetaria, la creciente presión impositiva y el “asistencialismo eterno” no han solucionado los problemas y que sólo ha empeorado la situación macroeconómica del país. Ese modelo no ha conducido a los resultados esperados. Quiero ser claro, no tengo nada en contra de los receptores de las asistencias. Por el contrario, considero que ellos son víctimas de este sistema. Están cautivos de un sistema económico y político del que no pueden escapar. Son sus victimarios el problema.

Hay una frase que se le atribuye a Albert Einstein y que viene muy bien para finalizar este artículo y aplicarla a la economía argentina: “Si buscás resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Los argentinos ya estamos hartos de tanta inflación, tanta recesión, tanto desempleo, tanta pobreza y tan pocos “planes serios” para solucionar los mismos problemas de siempre.