Dictaron la prisión preventiva al policía que mató a Luciano Olivera

La Justicia de Garantías dictó este martes la prisión preventiva de Maximiliano González, el policía que el 10 de diciembre pasado mató de un disparo a Luciano Olivera en la ciudad de Miramar, tras el pedido que hizo la fiscal Ana María Caro la semana pasada.

El Juez Saúl Errandonea consideró que la medida pedida se justificaba en múltiples parámetros como la penalidad en expectativa prevista que inviabiliza la aplicación de las pautas excarcelatorias y que la investigación de un hecho de “suma gravedad” tiene aún pendientes diligencias probatorias de relevancia por practicar. Además consideró que se están “paralelamente investigando otras conductas que tuvieron relación con el suceso”.

El magistrado consideró que además del estadio embrionario de la investigación operan como indicadores ciertos y concretos de peligro de fuga y de entorpecimiento probatorio, por lo que es “proporcional y necesaria la mantención del encierro cautelar”.

Errandonea convirtió la detención en prisión preventiva de González en calidad de probable autor del suceso provisoriamente calificado como constitutivo del delito de homicidio triplemente agravado por haber sido cometido por miembro de fuerza de seguridad, mediante el empleo de armas de fuego y con alevosía, tal lo fundado por la fiscal en su pedido.

El hecho

Para la fiscal Ana María Caro la secuencia previa al homicidio del adolescente quedó clara a partir de las testimoniales y de la prueba recabada por el Cuerpo de Ayuda Técnica a la Instrucción (CATI) que trabajó apenas se separó a la policía de la investigación.

Un móvil del Comando de Patrullas de Miramar acudió tras un llamado al 911 al anfiteatro ubicado en el centro de la ciudad y comenzó a perseguir la moto Yamaha YBR 125 que manejaba Luciano Olivera hasta la avenida 9 entre calles 34 y 32.

La víctima se encontró de frente con otro patrullero, una camioneta Toyota Hilux de la que descendieron tres uniformados. En ese momento Maximiliano González –que estaba ubicado en la parte trasera izquierda del rodado- le apuntó con su pistola marca Bersa calibre 9 milímetros -que contaba con 14 municiones- y le disparó a una distancia mayor a un metro.

Tal como se informó oportunamente, las pericias determinaron el normal funcionamiento del arma en los seguros y en el resto de los mecanismos, lo que descartó el supuesto disparo accidental que el imputado le dijo a sus compañeros.

En el marco de la misma causa, la Justicia dispuso la detención de los policías Nelson Albornoz, Rocío Mastrángelo y Kevin Guerricagoitia como imputados del delito de encubrimiento doblemente agravado. Los tres declararon la semana pasada y la Justicia de Garantías rechazó los pedidos de excarcelación formulados por los abogados Mauricio Varela y Raúl Ruiz.