Volvieron al mar en San Clemente del Tuyú tres lobos marinos

Uno había sido rescatado hace dos meses de un arroyo con desembocadura en el río Gualeguaychú. Los otros dos fueron hallados en Pinamar y Villa Gesell.

El momento de la liberación de los lobos marinos recuperados en La Costa.

11 de Noviembre de 2022 18:38

Por Redacción 0223

PARA 0223

Tres lobos marinos de la especie de dos pelos sudamericanos (arctocephalus australis) regresaron al mar durante la mañana de este jueves 10 de noviembre en las playas de San Clemente del Tuyú, luego de atravesar un período de rehabilitación de casi dos meses.

Uno de los animales había sido rescatado el pasado 11 de septiembre en un arroyo con desembocadura en el río Gualeguaychú, a la altura de la localidad entrerriana de Primero de Mayo, entre los municipios de Villa Elisa y Pronunciamiento, por la Fundación Tekove Mimba.

Transcurridos unos días en ese centro de rescate, la Brigada de Control Ambiental (BCA) dependiente del  Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación coordinó su traslado, en primera instancia, a la Fundación Temaikén donde se lo asistió y se le brindaron cuidados veterinarios, y posteriormente, a la Fundación Mundo Marino, en San Clemente del Tuyú, donde completó el proceso de rehabilitación.

“El animal ingresó a nuestro centro de rescate el pasado 19 de septiembre. Llegó decaído y con un cuadro de desnutrición moderada. Por suerte, rápidamente empezó a comer sólo, mostrando una buena actitud alimenticia y comportamental. Lo que detectamos, luego de una extracción de sangre inicial, es que tenía un elevado número de glóbulos blancos, por lo que le realizamos un tratamiento con antibióticos para revertir ese cuadro infeccioso”, explicó Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino.

No es el primer caso de un animal de esa especie que aparece en las aguas del Río Gualeguaychú. A mediados del 2020 cuatro lobos marinos de la misma especie y un elefante marino (mirounga leonina) también fueron rescatados en distintos cauces de agua dulce como el Río Gualeguaychú, el Río Luján, a la altura de Escobar, y en el Delta del Paraná, a la altura de Tigre.

Respecto a la causas de por qué estos animales pueden aparecer en zonas fluviales, Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, explica: “A lo largo de los años observamos que, en estos casos, siempre se trata de animales juveniles que no tienen compromiso reproductivo y cuya única responsabilidad es la búsqueda de alimento. Además, tanto el Estuario del Río de la Plata, como la Bahía de Samborombón, son áreas elegidas tanto por esta especie como por otras especies marinas por la gran oferta de alimento que poseen. Esto lo hemos corroborado a través de estudios de monitoreo satelital que hemos realizado en conjunto con la Universidad Nacional de Mar del Plata”.

Uno de los lobos marinos al volver al mar en La Costa.

Los otros dos lobos marinos que volvieron al mar

Durante la misma mañana también regresaron al mar dos lobos marinos de la misma especie.

Uno de ellos se trató de una hembra juvenil que había sido rescatada el pasado 10 de octubre por la Fundación Ecológica Pinamar y que, al llegar a la Fundación Mundo Marino, evidenció un cuadro de desnutrición y deshidratación que pudo revertirse satisfactoriamente.

Uno de los ejemplares de dos pelos sudamericanos durante su rehabilitación.

El otro animal fue un macho, también juvenil, que fue rescatado el pasado 14 de octubre por la Fundación Rescate Verdemar en la localidad de Villa Gesell.

Además de presentar un cuadro de desnutrición y deshidratación, el animal presentó una importante inflamación en la zona derecha de su mandíbula: “A través de una radiografía detectamos que tenía una fisura en su maxilar inferior derecho, por lo que le suministramos analgésicos, para aliviar el dolor, y antibióticos porque la zona inflamada supuró durante los primeros días que estuvo en nuestro centro de rescate. Creemos que esa herida se la pudo haber generado un golpe de origen antrópico o, no descartamos, una mordedura de perro”, explicó Juan Pablo Loureiro.